Este jueves el portavoz presidencial, Manuel Adorni, volvió a referirse a una polémica que parecía estar enterrada. En respuesta a la carta firmada por 68 ganadores del Premio Nobel, que manifestaron su preocupación por la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología y el despido de empleados del CONICET, aseguró: “No se va a gastar en investigaciones sobre la orientación sexual de Batman”.
Aquel artículo ya había sido referido por la vicepresidente durante el debate entre candidatos, luego de que Florencio Randazzo -entonces compañero de fórmula de Juan Schiaretti- la interrogara sobre el cierre del organismo científico: “Nos interesa que el CONICET investigue las ciencias duras y las cosas que le van a dar prestigio a nuestro país. Investigar el ano de Batman, las canciones de Ricardo Arjona, el pensamiento de Victoria Villarruel, la película del Rey León, o si Star Wars era mesiánico o no, definitivamente no es ciencia y no es algo que deba pagar el pueblo argentino”.
Pero la historia se remonta en realidad a 2019, cuando el periodista Eduardo Feinmann expuso en la emisión de su programa de televisión el artículo “Memoria queer e historieta anal: cuando el cómic nos abre el culo (y nos gusta)”, de Facundo Saxe, investigador del CONICET con doctorado en Letras y especializado en teoría queer -un campo enfocado en las disidencias de género y sexualidad-. En ese momento, exhibió las redes sociales personales de Saxe y propuso que los científicos e investigadores inventaran su propio organismo llamado “Ñoquicet”.
Dos años más tarde la ponencia “El ano dilatado de Batman: apuntes para una investigación sobre archivos de odio y borramiento de las disidencias sexo-genéricas”, del mismo autor, volvería a poner en agenda la polémica.
En el resumen que se encuentra en la web del organismo, Naxe empieza con una advertencia: “Voy a decir esto por si lo encuentra y lo lee algún odiante. Esto no es una investigación terminada, es una ponencia, una ponencia no es un congreso entero ni una tesis completa ni una investigación cerrada. Es parte de una investigación en desarrollo, una suerte de work in progress. En este caso, me interesa compartir en el Congreso Universitario de Historietas algunos apuntes sobre ciertas derivas de la sexualidad de Batman, o más bien, ciertos efectos del personaje en determinadas personas y su vínculo con la idea de archivos de odio”.
La vida después de la polémica
En septiembre del año el autor le concedió una entrevista al periodista Franco Torchia, en donde, no solo explicó que tanto su ponencia -el famoso “ano dilatado de Batman”- como el trabajo presentado sobre el superhéroe -”Historieta anal”- no tenían financiamiento del CONICET, sino que relató las situaciones angustiantes que sucedieron después de la exposición: amenazas de muerte, divulgación de su dirección real e incluso, contó, en ciertas zonas de La Plata se armaron “pegadas” contra algunos investigadores cuyos trabajos se relacionaban con género y sexualidad.
“Nos vamos a morir de literalidad, también, porque prácticamente tengo que salir a explicar que no estoy trabajando el ano de Batman, porque justamente ahí hay una ridiculez. ¿Qué? ¿Viajo a Estados Unidos, busco el cadáver de Adam West y le investigo el ano? Digo, no tiene el mínimo sentido”, defendió el doctor en Letras.
Y desarrolló: “Hay libros de un escritor argentino, que se llama Osvaldo Bossi, en los que escribe poemas sobre la relación homosexual de Batman y Robin o escritos en prosa en los que el sujeto que habla es Batman a Robin y utiliza imágenes de las series. Eso está conectado con ese imaginario del Batman homosexual borrado. Entonces, no es tan literal como mirar el ano físico, es otra cosa que tiene que ver con esa filosofía anal. Yo, todo esto, lo estoy conectando con una leyenda de la cultura argentina en torno al servicio militar obligatorio que dice que si te marcaban como homosexual en el examen médico, te ponían la sigla AD”.
La sexualidad de Batman
El artículo ”Historieta anal” fue un trabajo para la Revista Kamandi. “El uso de “anal” proviene, entre otras posibilidades, del concepto de ano castrado de Paul B. Preciado. Este me permite descentrar no sólo el binarismo sexo-genérico sino también binarismos culturales muy arraigados en disciplinas de las ciencias humanas y sociales”, indica el resumen encontrado en la web del organismo.
Según el autor del artículo, su propuesta es la de pensar el cómic y su lectura “desde lo anal”: “En mi caso particular, como lectora marica, en mi trayectoria vital personal la lectura de la Mujer Maravilla me permitió la constitución de ciertas identificaciones vinculadas a la disidencia sexual”.
En otro fragmento, Saxe desarrolla como el “giro conservador” de los años 50 se sintió en los cómics de superhéroes, cuando “La seducción de los inocentes” de Frederic Werthman -autor que señaló que Wonder Woman era lesbiana y que Batman y Robin podían llevar a los niños al camino de la homosexualidad- “desató una campaña” en contra de las historietas.
En fin: el tema principal parecería ser una mirada crítica para leer historietas y no, a como a simple vista se sugeriría, una investigación literal sobre los “anos” de los personajes de los cómics.