Esta tarde, las calles que rodean al Congreso de la Nación prometen convertirse en una marea color violeta. Miles de personas se manifestarán a partir de las 17 en una jornada de lucha por el 8 de marzo, Día Internacional de los Derechos de las Mujeres.
El color que se verá en remeras y banderas es el distintivo de la lucha en el mundo y hace referencia a dos hechos históricos que marcaron la lucha de las mujeres a lo largo de los años y ese es el color elegido por las autoridades de la mayoría de los países para iluminar monumentos o espacios públicos.
La Argentina no fue la excepción: desde 2017, el Congreso de la Nación se ilumina de “morado” o “violeta” la noche anterior y el mismo 8 de marzo. Sin embargo, este año no va a suceder.
Las autoridades de la Cámara de Senadores y de Diputados, Victoria Villarruel y Martín Menem, definieron que este año los balcones del Palacio Legislativo prenderán sus luces a partir de las 20 horas pero no se iluminarán de color violeta sino que, simplemente, se eligió que sea color blanco.
Por primera vez desde que el colectivo de mujeres se moviliza por el 8M, las autoridades, en este caso del Congreso, decidieron no utilizar el símbolo mundial del Día Internacional de la Mujer.
El cambio en el color se suma a la decisión del Ejecutivo nacional de descontar el día de trabajo a las mujeres que se plieguen al paro que forma parte de la jornada de lucha y, además, la línea interna por la que se prohibió a las dependencias públicas hacer cualquier tipo de expresión sobre el 8M en las redes sociales. Tampoco habrá ninguna participación oficial en ningún tipo de acto que se refiera al 8M.
Además, el vocero presidencial dijo hoy, 8 de Marzo, que la secretaría de la Presidencia de la Nación, es decir, Karina Milei, definió que le cambiará el nombre al Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario ubicado en el primer piso de Balcarce 50: pasará a llamarse Salón de los Próceres.
Un dato que refuerza la decisión de cambiar el color para iluminar el Palacio es que al día siguiente, el sábado 9 de marzo, el Congreso se volverá a iluminar a las 20 horas, pero esta vez de color rojo para concientizar sobre la salud cardiológica de las mujeres.
El 8 de marzo fue establecido como Día Internacional de la Mujer por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1977, en honor a todas aquellas mujeres que lucharon por la igualdad de derechos en todo el mundo.
Se toma esta fecha como recuerdo del 8 de marzo de 1857, cuando 129 obreras textiles de la fábrica Cotton de Nueva York fallecieron en un incendio mientras se manifestaban en contra de la extensa jornada laboral, los bajos salarios, las precarias condiciones de trabajo y las diferencias que sufrían en comparación a los hombres.
Existen dos versiones respecto del color. Una es que esas mujeres que lucharon por sus derechos confeccionaban camisas de color morado; la segunda es que el humo que se podía ver desde toda la ciudad era morado por las tintas que se utilizaban en esa fábrica.
A esto se le sumó que un varios años más tarde, alrededor de 1910, ese mismo color fue el que adoptaron las sufragistas británicas como símbolo de su movimiento. La emblemática activista Emmeline Pethick-Lawrence dijo que “el violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad”.