Javier Milei brindó este viernes un durísimo discurso en su primera apertura de sesiones del Congreso como presidente de la Nación. Uno de los momentos que sorprendió en su alocución fue que por primera vez criticó directa y abiertamente a Cristina Kirchner, de quien dijo que “ha sido responsable de uno de los peores gobiernos de la historia”.
En un momento de su exposición, el jefe de Estado comenzó a referirse a “un sector importante de la dirigencia política que no quiere abandonar los privilegios del antiguo régimen”. En ese sentido, comenzó mencionando a “las violentas manifestaciones frente al Congreso” y “las declaraciones de los sindicalistas que se resisten a entender que la Argentina de los privilegios se terminó”.
Incluso apuntó contra quienes fueron sus aliados temporariamente, pero no lo acompañaron en la votación de la Ley Ómnibus en el Congreso, cuando disparó contra “el accionar de Diputados que pidieron el voto apoyando el cambio pero que pretendieron traicionar su mandato mientras nadie veía”.
Luego, le dedicó un espacio a varios representantes del kirchnerismo con los que suele confrontar. Específicamente a Sergio Massa, Pablo Moyano, Juan Grabois y Máximo Kirchner, a quienes llamó “jinetes del fracaso”.
Pero lo que nadie esperaba, no por extraño, sino porque aún nunca había sucedido, era que también cayera en la lista Cristina Kirchner, de quien dijo que “ha sido responsable de uno de los peores gobiernos de la historia”.
“Lo vimos también en gobernadores, a los que solo les importa asegurarse la caja para seguir con la fiesta del gasto público, la pauta oficial, los recitales de artistas con alto cachet y dudosa calidad, los aviones privados y tantos otros vicios a los que nos tienen acostumbrados los políticos hace décadas”, siguió, con un párrafo en el que, entre otros, parece haberles dedicado un tiro por elevación al chubutense Ignacio Torres y a Lali Espósito, al menos de acuerdo a sus mayores batallas dialécticas (y hasta judiciales) de las últimas semanas.
Y concluyó ese tramo culpando una vez más a varios sectores por el fracaso de la Ley Ómnibus que envió al Congreso y con la que quería fundar las bases de su gobierno: “Evidentemente, hay muchos actores del establishment político y económico del país que no quieren dejar atrás a la Argentina del fracaso. Algunos, por miedo al cambio; otros, porque son los beneficiarios del antiguo régimen. Es importante que la sociedad comprenda que fue la resistencia de gran parte de la política a renunciar a sus privilegios lo que boicoteó a la ley”.