Omar Maturano no sabe de medias tintas ni de eufemismos. Está enojado con el Gobierno y se le nota. Pero también está molesto con otros gremios ferroviarios que acaban de firmar un acuerdo salarial “por debajo de la inflación” y critica a la CGT: cree que debe reunir a los sindicatos para decidir otra protesta contra Javier Milei, mientras advirtió: “Un paro es chiquito, hay que hacer otras cosas”.
El titular de La Fraternidad es uno de los dirigentes más intransigentes ante la administración libertaria y quedó en evidencia cuando la semana pasada se diferenció del resto de los sindicatos del sector para concretar un paro de 24 horas que tuvo un alto acatamiento y le complicó la vida a un millón de usuarios. Ahora, afirmó que si el viernes no llega a un acuerdo salarial con la Casa Rosada que beneficie a los conductores de locomotoras, puede decidirse otra huelga o un quite de colaboración. “Algo vamos a hacer, no nos vamos a quedar tranquilos”, dijo en diálogo con Infobae.
Tenaz crítico de los Moyano, Maturano pareció aludir al clan de Camioneros cuando sostuvo: “Quiero ver a los luchadores. Ahora están escondidos debajo de la mesa. Como cuando pasó la dictadura, todos estaban escondidos. Y después salió la democracia y dijeron: ‘Ah, somos todos campeones’”.
— ¿Por qué ustedes no firmaron el acuerdo de los otros gremios ferroviarios?
— Nosotros tenemos que ir a una reunión el próximo viernes y ahí damos por finalizada. Las reuniones de paritarias y quedamos en libertad de acción. Aunque este tipo te están llevando de semana en semana a una discusión en la que no te aplican la conciliación obligatoria. Nos llamaron la semana pasada, ahora nos llamaron para esta y nos quieren volver a llamar la otra semana, pero dijimos que no. El viernes vamos a la última reunión. Terminamos ahí y después quedamos en libertad de acción.
— ¿Entonces no firmará el mismo aumento que los otros tres sindicatos?
— No, ni en pedo.
— ¿Cuál es la cifra por la que cerraría un acuerdo salarial?
— Nosotros con el 50% de aumento está todo bien.
— Lo firmado es un 12% de aumento que se suma al 16% de enero, más las sumas no remunerativas. Ese número no alcanza, por lo visto.
— Es algo parecido al 28,8% si vos sumás uno y el otro, pero a los empleados del Congreso, con diputados y todos adentro, les dan el 29%. ¿Qué les pasa? No es así.
— Si el viernes no hay acuerdo, ¿ustedes van otra vez al paro?
— Vamos a ver qué decidimos, si hacemos un paro o un quite de colaboración. ¿Viste cómo es acá? Vos no sabés lo que vas a hacer, pero algo vamos a hacer. No nos vamos a quedar tranquilos.
— ¿El Gobierno está dilatando los plazos a propósito al no declarar la conciliación obligatoria?
— Date cuenta: fuimos la semana pasada a una reunión, nos citaron a otra reunión esta semana y como nos quieren citar a otra reunión la semana que viene, dijimos que no. El viernes es la última. Si no, nos llevan a una conciliación obligatoria de prepo, de guapo, sin aplicarla, claro. Llevan 15 días de discusión sin aplicar la conciliación obligatoria. Entonces, ¿sos vivo, vos? No somos boludos.
— ¿La oferta salarial del Gobierno fue mejorando?
— La propuesta salarial no cambió. Sigue siendo la misma: el 12%. En diciembre nos dieron el 16% y el 12% en enero. Después quieren ver qué pasa en febrero y en marzo. No cambió nada. Y aparte nos ponen como empleados públicos. No lo somos porque hay cinco empresas privadas y siete nacionales. Y no somos del todo público. Ahora los privados se van a aprovechar de lo que firmamos y nos van a dar el mismo aumento. Eso no es lo que queremos. Queremos una discusión paritaria libre, sin techo.
— ¿Hay negociaciones informales o apuestan a cambiar todo en las próximas conversaciones?
— No quiero hablar con ningún pelotudo. Queremos discutir en una mesa.
— Con lo que firmaron los otros sindicatos, ¿están por debajo de la inflación?
— Más bien y los dialoguistas lo aceptan. Los “botones” como nosotros, no.
— ¿Y cómo estás viendo todo el tema político y económico con Javier Milei en la Presidencia?
— Es problema de ellos. Pero el tema es que vos manejás un sector de la sociedad donde se ven los problemas. Después los otros sectores también son problema de los otros dirigentes. Todos escondidos debajo de la cama, haciéndose los pelotudos. No son oposición. Todos luchan por el salario del sector, como hago yo, pero acá tiene que estar la CGT junta y decir: “Bueno, todos los sindicatos discuten en las paritarias libres y no hay techo”. Y aparte, salir a apoyar también los conflictos.
— ¿La CGT no está apoyando los reclamos de cada sindicato?
— No nos interesa que la CGT nos apoye. Lo que hacemos, lo hacemos solos y nunca le pedimos permiso a nadie. Tranquilos: tenemos que esperar. Esto va para largo.
— ¿Cuándo se va a reunir la CGT para analizar si van a hacer un paro o no?
— No sé ni me interesa.
— ¿Pero piensa que la CGT tiene que ir a un paro para acompañar los reclamos de todos?
— La CGT tiene que juntar a todos los sindicatos y decirles: ”Bueno, muchachos, ¿qué hacemos?”. Ahí le diremos qué tienen que hacer y si lo hacen, lo hacen. Y si no lo quieren hacer, que no lo hagan.
— ¿Usted es partidario de un paro nacional de la CGT?
— Más bien, pero un paro es chiquito para mí. Hay que hacer otras cosas.
— ¿Pero qué otras cosas?
— Me las guardo. Veremos qué pasa. Hay que esperar. Esto es para largo y el que se calienta, pierde. Ni nos calentamos. Lo dejamos correr, hacemos la nuestra, ellos que hagan lo que hagan. Pero quiero ver a los luchadores. Ahora están escondidos debajo de la mesa. Como cuando pasó la dictadura, todos estaban escondidos. Y después salió la democracia y dijeron: “Ah, somos todos campeones”.
— ¿A quiénes se refiere con “los luchadores? ¿A los Moyano?
— A todos. Así que me voy a poner a explicarlos. Acá no hay luchadores: todos se hacen bien los pelotudos. Vamos a dejar que sigan siendo pelotudos. Pero nosotros no somos pelotudos.
— ¿No lo perjudica el hecho de que los gremios ferroviarios no estén unificados? Al final, usted se quedó solo con sus reclamos y eso lo debilita para negociar. Se quedó solo.
— No estoy solo. Yo estoy con mis compañeros y la única forma de que funcione el ferrocarril es si los conductores conducen los trenes. Si existen los guardas, los señaleros, los supervisores, los boleteros, me importa un carajo. Conducimos los trenes y el poder de fuego lo tenemos nosotros.