En medio de una disputa entre el Gobierno nacional y el gobernador de Chubut por la retención de los fondos de la coparticipación, Ignacio “Nacho” Torres defendió su decisión que tomó, según dijo, con el fin de hacer valer los derechos de los chubutenses. “Que me manden a Gendarmería, que me metan preso”, apuntó.
El mandatario provincial reafirmó su decisión de dejar de enviar petróleo y gas al resto del país, si el presidente Javier Milei no aseguraba el reembolso de los 13 millones de pesos que le habrían sido retenidos a la provincia. Sin embargo, señaló que la vía de diálogo para revertir la situación continuaría abierta hasta el miércoles de la siguiente semana.
“El miércoles si no está la solución para los chubutenses, que la solución no es más ni menos que quitarnos el pie de encima desde el Banco Central a pedido del Gobierno, se paran todos los yacimientos”, afirmó Torres al precisar que había sido una decisión que tomó en conjunto con las empresas, operadoras y sindicatos provinciales.
Luego de que el Gobierno nacional tomara conocimiento de la medida de fuerza que impulsará el gobernador se dio a conocer un comunicado oficial desde la cuenta de la Oficina del Presidente en X, en el que respondieron al jefe de Estado provincial. “Proceda con su amenaza de inmediato y hágase cargo de las consecuencias en la Justicia”, señalaron al pedirle que no pusiera un plazo de espera para poder accionar.
“Me voy a hacer cargo de las consecuencias legales, que me denuncien, que me manden a Gendarmería, que me metan preso, no me importa”, afirmó Torres durante una entrevista que brindó al noticiero de La Nación+. De la misma manera, indicó que planea presentar una denuncia en la Justicia para resolver la disputa.
Después de que el gobernador del PRO considerara que era injusto que se retenga más de la mitad del monto coparticipado por la provincia, denunció que el recorte sería una medida extorsiva puesta en práctica por el Gobierno para disciplinar al resto de las provincias y, así, conseguir el apoyo legislativo que no recibió durante el tratamiento de la Ley Ómnibus.
“El Gobierno nos está extorsionando. Nunca me imaginé que iba a estar a dos meses de mi gestión diciéndole: ‘Le cierro la válvula al Gobierno nacional”, confesó al plantear que el objetivo del Ejecutivo “es matar a una provincia para ejemplificar y disciplinar al resto”.
Por este motivo, Torres recordó que le había brindado su apoyo a la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos por medio de los diputados de su provincia y que estaba de acuerdo con la necesidad de sanear la cuestión fiscal.
Sin embargo, el líder provincial rechazó las formas de comunicarse que tiene el Presidente por medio de las redes sociales, en donde también sostuvo un acalorado ida y vuelta. “Que chicaneé es infantil, es inmaduro, es agresivo, es violento. Yo creo que la Argentina necesita un liderazgo con firmeza, pero con respeto y tolerancia”, sostuvo.
En cuanto a la disputa por la quita de fondos, el mandatario aseguró que el blanco de la estrategia habría sido Chubut por haber presentado una medida ante la Justicia luego de que se anunciara el corte de los subsidios de transporte en las provincias. “Esto es revanchismo porque presentamos la cautelar a favor del transporte”, planteó al agregar que tampoco podía aceptar la quita del Fondo de Incentivo Docente (Fonid), el cual es utilizado para financiar los sueldos de los docentes del interior.
De esta forma, el mandatario chubutense defendió: “Podemos resignar muchas cosas, pero no podemos resignar la educación de ninguna manera”. Por este motivo, contó que tuvo que reasignar parte de la partida presupuestaria para poder cubrir el pago de los salarios y que las clases pudieran comenzar conforme lo estipuló el calendario académico del ciclo presente.
“Nosotros no tenemos nada contra Milei, ni contra Francos, esto es en defensa de los recursos de mi provincia”, ratificó. Asimismo, sostuvo: “Los chubutenses queremos vivir en paz, Chubut fue pisoteada muchos años por muchos gobiernos”, en referencia a solo recibirían un 40 por ciento del total que coparticipan.
Con respecto a la deuda que debe abonar la provincia, Torres se quejó ante la falta de cooperación de parte del Gobierno para poder abonarla por medio de cupos de regalías con una tasa de bajos intereses. “Cuando la provincia de Chubut le plantea al Gobierno nacional: ‘Te pagamos toda junta pero déjanos cambiar la deuda” y el Gobierno nos dice: ‘No te dejamos canjear la deuda y te retenemos la coparticipación’, eso es ilegal”, denunció.
Esta situación no hizo más que agrandar la distancia entre Nación y las provincias. Sobre todo, porque el mandatario chubutense recibió el respaldo de varios de sus pares. Los primeros en expresar su apoyo fueron Axel Kicillof, de Buenos Aires, y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero.
Sin embargo, a lo largo de la jornada, los gobernadores que pertenecen al espacio de Juntos por el Cambio manifestaron “su total respaldo y apoyo” hacia Torres, después de que argumentaran que el deber del Gobierno es “cumplir con la Constitución y enviar urgentemente los recursos coparticipables que le pertenecen a la provincia”.
En el documento que publicaron los mandatarios se encontraron las firmas del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, Leandro Zdero, de Chaco, Gustavo Váldes, de Corrientes, Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, Carlos Sadir, de Jujuy, Alfredo Cornejo, de Mendoza, Marcelo Orrego, de San Juan, Claudio Poggi, de San Luis, y Maximiliano Pullaro, de Santa Fe.
En este mismo sentido, los gobernadores remarcaron que “no cumplir con la ley y los acuerdos entre Nación y provincias no afecta a los gobernadores sino a los 50 millones de argentinos que viven en las 24 jurisdicciones del país”.
Frente a esto, el Gobierno apuntó contra los representantes provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires al subrayar: “Deben entender que la Argentina eligió un cambio. Se acabó la era en la que la casta malgastaba los recursos de los argentinos y luego iban a pedir limosnas al Banco Central a cambio de favores políticos”. En consecuencia, señalaron que era el momento de elegir si querían formar parte de los “que quieren que la Argentina siga igual” o si apoyarán a las ideas de libertad.