A las once en punto, Antony Blinken será recibido por Javier Milei en Balcarce 50. No es una reunión protocolar: el secretario de Estado llega con la misión política de acordar con el Presidente una agenda común que puede transformar al país en el socio estratégico de la Casa Blanca en América Latina.
Estados Unidos siempre opta por Brasil cuando diseña su hoja de ruta en la región, pero Lula da Silva se acercó a China y Rusia, además de comparar al gobierno israelí con la Alemania Nazi por su ofensiva contra Hamas en Gaza.
En este contexto geopolítico, Joseph Biden considera que Milei puede reemplazar a Lula en un escenario condicionado por la ofensiva de Beijing, la actividad de grupos terroristas que operan en Medio Oriente y la inestabilidad social y económica.
Blinken se reunirá con Milei “para reafirmar intereses compartidos y ampliar la cooperación en materia de comercio, minerales críticos, derechos humanos y seguridad”, sostiene el comunicado de prensa que emitió anoche el Departamento de Estado.
El jefe de la diplomacia de la administración demócrata participó del G20 en Río de Janeiro y pudo volar anoche hacia New York para intervenir en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU convocada por la guerra en Ucrania. Este cambio de ruta exhibe el interés de Washington sobre Milei.
Desde el Salón Oval de la Casa Blanca se observa que Brasil y Colombia se acercan a Xi y Vladimir Putin, y cuestionan la política exterior de Estados Unidos ante los ataques terroristas cometidos por Hamas contra Israel. A este acercamiento se suma la actividad constante de las dictaduras en Cuba, Nicaragua y Venezuela, y la crisis sistemática que afecta a Bolivia, Perú y Ecuador.
Con este cuadro de situación regional, Blinken y Milei se encontrarán en la Casa Rosada. El secretario de Estado transmitirá la recomendación de frenar a China como comprador clave de litio y congelar sus aspiraciones geopolíticas vinculadas a la Hidrovía, la construcción de represas hidroeléctricas, centrales nucleares y un puerto de aguas profundas en la Patagonia.
Milei está alineado con estos intereses de Estados Unidos en América Latina y coincide con Biden respecto a la defensa de Israel frente a la agresión terrorista de Hamas, la condena a Rusia por su invasión a Ucrania y la crítica a Nicolás Maduro por la represión sistemática a los líderes de la oposición en Venezuela.
Pero esta sintonía entre Buenos Aires y Washington puede sufrir alteraciones por la campaña electoral en Estados Unidos. Biden busca la reelección presidencial y es muy probable que su adversario republicano sea Donald Trump. Ambos adversarios políticos se odian mutuamente, y su choque electoral abre un agujero negro que se traga lo que encuentra a su paso.
La Casa Blanca tiene voluntad política de consolidar un proceso de relaciones bilaterales con Argentina que finalmente desemboque en una alianza estratégica con la administración de La Libertad Avanza. Pero Biden y Blinken dudan de ejecutar este paso diplomático frente a los coqueteos de Milei con Trump.
Tras recibir al secretario de Estado en su despacho, el presidente volará a DC para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), adonde se aguarda un fuerte discurso de campaña de Donald Trump.
Milei aseguró a Infobae que no tiene prevista una reunión formal con el líder republicano y que su discurso no implicará un apoyo político al probable adversario de Biden.
El Departamento de Estado ya conoce la agenda del presidente en la CPAC, y su malestar arranca por la decisión de Milei de aparecer muy cerca de Trump, cuando la Casa Blanca apoya al gobierno en su programa económico, en la negociación con el FMI y en su enfrentamiento con las facciones peronistas que responden a Cristina Fernández de Kirchner.
Milei recibirá a Blinken junto al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, la canciller Diana Mondino, el ministro de Economía, Luis Caputo, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y Gerardo Werthein, embajador designado ante la Casa Blanca.
Al lado de Blinken se alinearan Marc Stanley, embajador de Estados Unidos en Argentina y Brian Nichols, subsecretario de Estado para América Latina, entre otros funcionarios de la administración Biden.
Cuando termine el cónclave bilateral, Blinken y Mondino ofrecerán una declaración conjunta y protagonizarán una acotada conferencia de prensa. A las 14.00, si no hay demoras inesperadas, el secretario de Estado y su comitiva partirán rumbo a DC.
Allí todavía hace frío y en la Casa Blanca se espera una compleja agenda atravesada por la crisis en Medio Oriente, los ciberataques ordenados por Xi, la guerra en Ucrania y Trump, que puede coronar su candidatura presidencial este fin de semana.