La jueza federal Sandra Arroyo Salgado apuntó contra el uso de cargos políticos para hacer negocios o buscar beneficios privados y apuntó directamente contra los diputados Nicolás Massot y Emilio Monzó (bloque Hacemos Coalición Federal), al señalar que intervinieron en favor de empresarios en una causa que investigaba a una clínica privada de Vicente López que incumplió las normativas sanitarias durante la pandemia.
La mención de la magistrada se trata de una causa iniciada en abril de 2020 por la muerte de la jubilada Fátima Cellini en el Centro de Salud Norte, tras contraer coronavirus. En ese momento, la intervención de la Justicia federal permitió detectar al menos 36 contagios y el fallecimiento de otra paciente con COVID-19 en este establecimiento que era prestador del PAMI. La acusación fue por “propagación dolosa” de la enfermedad y terminaron detenidos el director y la coordinadora médica, Jorge Pinzetta y Ana Bellusci, ysu dueño, José Benjamín Teitelbaum.
De esas actuaciones, surgió que los imputados se contactaron con dirigentes políticos para solicitar ayuda. Entre ellos, figuraban el expresidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó y Massot, que durante la gestión PRO integraron la bancada PRO.
Ayer, en declaraciones a LN+, Sandra Arroyo Salgado señaló como un caso de corrupción y de irregularidades en la función pública que “haya clínicas privadas exclusivamente financiadas por el PAMI”, y mencionó a los legisladores como un ejemplo de tráfico de influencias.
“El Centro de Salud Norte de Vicente López y el Sanatorio Mariano Pelliza, de estos mismos empresarios, estaban exclusivamente financiadas por PAMI y facturaban prestaciones que no prestaban a los ancianos, no extremaban los resguardos para preservar la salud y para curar a los ancianos jubilados que han trabajado toda su vida”, recordó sobre la mencionada causa abierta en la pandemia. “Cuando el funcionario público tiene que fiscalizar y el funcionario municipal no extrema esos controles, tiene que intervenir la Justicia. Como nos ha ocurrido, hemos detenido a los empresarios y clausurado a estas clínicas. Los vecinos llamaban ‘escalera al cielo’ a una de ellas”, agregó.
La jueza señaló que, “en el marco de esa investigación, nos encontramos con escuchas telefónicas, conversaciones y gestiones realizadas por diputados de los distintos colores políticos”. “En este caso, en plena pandemia, nos hemos encontrado con legisladores eran del gobierno macrista haciendo gestiones por estos empresarios. Es el caso que lo han mencionado recientemente, Emilio Monzó y (Nicolás) Massot”, precisó.
Arroyo Salgado lamentó que “la Justicia haga caso omiso de estas acciones, que son una especie de tráfico de influencias” porque se trata de gestiones “que se hacen por determinado empresario porque es mi conocido o mi amigo”. Y concluyó: “Es momento de que se hable de lo que hay que hablar, y de que los funcionarios que deciden dedicarse a la función pública se dediquen a la función pública, y no a hacer negocios privados y obtener beneficios utilizando un cargo del Estado”.
El descargo de los contactos políticos
La investigación que había llevado a cabo el fiscal federal Fernando Domínguez había constatado que en el Centro de Salud Norte había una situación de “descalabro sanitario” y que hubo intención de los acusados de entorpecer la investigación judicial. Una de las maniobras que hicieron fue aprovechar contactos políticos y familiares para mejorar su situación. En las escuchas telefónicas que constan en la causa aparecían, además de Massot y Monzó, el exdiputado y actual ministro de Justicia y Seguridad porteño, Waldo Wolff y el gobernador Axel Kicillof.
En 2020, cuando el caso salió a la luz, todos los dirigentes políticos mencionados en las conversaciones fueron contactados por Infobae para que dieran su versión de los hechos. Massot, Monzó y Wolff admitieron entonces que hubo conversaciones telefónicas con los empresarios.
Los investigadores detectaron que Monzó era el suegro de la hija de Jorge Pinzetta. El ex legislador admitió haber hablado con el director médico del Centro de Salud Norte, ya que una de las hijas de este profesional era la pareja de su hijo mayor, y fue su secretaria privada durante su Presidencia al frente de la Cámara de Diputados.
“Ella y su hermana, a quienes conozco de hace mucho de Bragado, donde viven los hijos de mi primer matrimonio, me contaron lo de su padre, ya que estaban muy afectadas por la denuncia judicial. Pinzetta me llamó después, habrá sido hace unos dos meses, preocupado porque quería que el Ministerio de Salud de la provincia acelerara una inspección para poder mostrar que las cosas estaban bien en la clínica. Hice esa gestión, pero quedó en nada, no sé qué pasó”, relató el dirigente peronista.
Massot, aclaró en la consulta de 2020 que es muy amigo de Monzó, al igual que sus familias, y que por ese motivo conocía la relación del hijo del expresidente de la Cámara de Diputados con la hija de Pinzetta, antes incluso de que ella entrara a trabajar al Congreso. Y también confirmó que habló con Teitelbaum por esta intermediación, y que les ofrecieron algunos estudios de abogados conocidos para que pudieran ocuparse de la situación judicial. También señaló que hubo un pedido de acelerar la inspección sanitaria. “No ejercimos ninguna influencia. Lo que hicimos fue prestar la oreja. No conocía ni vagamente a ninguno de los dos. Fueron cruces circunstanciales por un vínculo personal, no político”, concluyó el ahora diputado nacional de Hacemos Coalición Federal.
Por su lado, Waldo Wolff también reconoció que Teiltelbaum se contactó con él el 17 de abril de 2020 por Whatsapp. “Yo no lo había visto nunca en mi vida, y me dijo que quería hablar urgente conmigo. Su mujer (por Viviana Knohl) es amiga de mi hermana, y conozco a su yerno porque trabaja en el Congreso”, dijo. “Lo escuché, me contó su historia y me dio su versión de la situación en la clínica. Me dijo que era injusto lo que estaba pasando y ahí se terminó. No hice nada por él. Cero gestión”, aseguró, tras compartir los chats con este medio.
El gobernador Kicillof fue el único de los mencionados que se desligó de haber tenido alguna intervención en favor de los empresarios y negó todo tipo de conversación con los imputados.
“No conozco a ninguna de esas dos personas (por Pinzetta y Teitelbaum). Que yo recuerde, no los vi en mi vida. Tampoco han intentado algún tipo de acercamiento a mi entorno, ni han pedido alguna audiencia formal o informalmente. No es la primera vez que se intenta una operación así, invocando mi nombre. Que la Justicia proceda como tiene que proceder”, respondió entonces el mandatario peronista.