El presidente de Diputados, Martín Menem, designó este lunes a los integrantes de la Cámara baja que integrarán la comisión bicameral de Trámite Legislativo, encargada de analizar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). La decisión ocurre tras largas semanas de demora y luego de reiterados planteos del kirchnerismo senatorial para rechazar la norma que activó Javier Milei y desregula la economía.
Por Diputados estarán los oficialistas Oscar Zago -jefe de bloque- y Lisandro Almirón; los kirchneristas Vanesa Siley, Ramiro Gutiérrez -responde a Sergio Massa- y Carolina Gaillard -comandó el fallido juicio político contra la Corte Suprema el año pasado-; el macrista Hernán Lombardi; el radical Francisco Monti y Nicolás Massot (Hacemos Coalición Federal).
En tanto, el Senado estará representado por el libertario Juan Carlos Pagotto; los kirchneristas Anabel Fernández Sagasti, Mariano Recalde y María Teresa González; el radical Víctor Zimmermann; el macrista Luis Juez; y los peronistas disidentes Juan Carlos Romero (Cambio Federal) y Carlos Espínola (Unidad Federal).
De esta manera, la bicameral de 16 legisladores quedará conformada por ocho diputados y ocho senadores. Como este año le corresponde a la Cámara alta, se espera que la presidencia quede en manos del libertario Pagotto (La Rioja), quien tendrá la posibilidad de desempatar. Más allá de esto, al haber pasado 10 días para tratarse el mega DNU desde que ingresó al Congreso, el mismo puede ir directo a los dos recintos.
La integración de la bicameral de Trámite Legislativo se convirtió en un dolor de cabeza para el Gobierno y el principal apuntado fue Menem. Semanas atrás, el kirchnerismo le envió cuatro integrantes y una discusión nunca saldada -hasta este lunes- sobre dicha cifra dilató la designación de los representantes de la Cámara baja. El titular de Diputados no adoptó la misma postura cuando se tuvo que debatir la ley “ómnibus” y, a partir de ahí, nacieron críticas desde la oposición no cristinista. El caso más reciente fue el del radicalismo.
En el Senado, la definición fue mucho más simple. La presidenta de la Cámara alta, Victoria Villarruel, dictó una resolución y no dio lugar a las quejas del Frente de Todos, que pretendía más lugares en la bicameral. Diputados dilató la designación y Menem ganó varios enemigos. De hecho, en los últimos días mantuvo un fuerte cruce con el legislador y titular del centenario partido, Martín Lousteau.
A medida que transcurrieron los días, los senadores cristinistas le pidieron varias sesiones especiales a Villarruel para ir y votar en contra del mega DNU. El mismo ya fue objetado en la justicia y gran parte del Congreso espera que termine en la Corte Suprema para evitar una guerra legislativa y consecuencias de trascendencia.
Para que quede desactivada, este tipo de normas necesita el rechazo de ambas Cámaras, un escenario que nunca ocurrió desde que existe la ley -empujada por Cristina Kirchner- que reglamenta los DNU.
Una de las opciones que tiene La Libertad Avanza, ante el reclamo de los radicales y otros espacios anti K, es convocar a la bicameral para que elija a sus autoridades y comience a analizar no sólo el DNU de Milei, sino también las decenas de normas que planchó el kirchnerismo del Gobierno anterior.
Esta jugada le daría algo más de tiempo a la Casa Rosada para pensar nuevas estrategias de cara al inicio de sesiones ordinarias del 1 de marzo y amortiguar una presión sobre el mega DNU que, por momentos, pareció ser acelerada por los errores del propio oficialismo.
Otro camino que explora la oposición no kirchnerista es replicar la norma en diversos proyectos -la senadora radical Carolina Losada replicó el DNU en una ley espejo- para descomprimir el conflicto.