En octubre de 2023, 10,3 millones de personas contaban con empleo asalariado registrado en sectores como el privado, público y el trabajo en hogares particulares, mientras que 3 millones de personas ejercían su labor como trabajadores independientes, incluyendo monotributistas y autónomos. Un total de 13.375.200 personas con empleo registrado.
Del análisis de los datos a esa fecha, comparando con idéntico mes del año anterior, surge que el empleo asalariado aumentó un 2,4%, lo que representa 241.700 nuevos trabajadores. Este crecimiento interanual ha sido liderado por el empleo público, con un salto del 3,2%, mientras que el sector privado experimentó un incremento del 2,2%. En números absolutos, fueron en ese lapso 108.500 nuevos empleados que lograron un empleo bajo la esfera pública y 139.100 los que se integraron al sector privado.
Las cifras surgen de analizar las estadísticas de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, sobre la base del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA)
“El crecimiento en términos absolutos de los empleados privados en relación a los públicos, obviamente está indicando una preferencia, posiblemente por entrar al sector privado, debido a que allí se dan mayores oportunidades de crecimiento, de progreso y otros beneficios. Pero el crecimiento porcentual del empleo público está indicando que mucha gente prefiere la estabilidad laboral. El tema de la estabilidad es central en este sector”, señaló Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI y experto en temas de economía, ante una consulta de Infobae.
En cuanto al área del trabajo independiente, se detectó un incremento anual del 6,3%, equivalente a 179 mil nuevos trabajadores. De este total, 109.700 fueron nuevos monotributistas y 70.400 fueron nuevos monotributistas sociales. En términos porcentuales, se destaca el alza de los flamantes monotributistas sociales, con un aumento del 12,7% interanual, mientras que el monotributo mostró un 5,7% de aumento para el mismo período.
En la opinión de Ponce, esto se debe a una multiplicidad de factores, básicamente y en muchos casos porque hay búsqueda de ingresos adicionales debido a la precariedad en el mercado laboral y la falta de opciones en el mercado formal.
“Creo que no puede soslayarse el momento histórico y también el cronograma electoral de ese momento. Es decir, 2023 fue un año esencialmente de preparación del tema electoral, en el que el ministro que estuvo a cargo de la economía fue el candidato a presidente. Me parece que no es un tema neutral para lo que ocurrió, tanto en los temas de reactivación, ayudas, planes, etcétera, como para el desarrollo de la propia economía, donde todo era pateando para adelante”, sostuvo.
Por otra parte, el trabajo en hogares particulares disminuyó un 1,2% en este mismo periodo y el régimen de autónomos, mostró un descenso insignificante, de apenas el 0,2%. Estas variaciones abarcan todas las relaciones de trabajo que cuentan con acceso a beneficios contributivos del sistema de seguridad social.
Los datos sobre los cuales se construyeron estas estadísticas se basan en los registros administrativos de la seguridad social, provenientes del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Este sistema abarca una amplia gama de trabajadores, incluyendo desde empleados asalariados del sector privado hasta funcionarios de la Administración Pública Nacional, además de integrar a los autónomos, monotributistas y trabajadores de casas particulares. A este conjunto se suman también aquellos empleados del sector público provincial pertenecientes a cajas previsionales no transferidas al SIPA.
El contexto en el mercado laboral
La evolución del trabajo registrado en Argentina ha mostrado diversos cambios a lo largo de los años, influida por factores económicos, políticos y sociales. Históricamente, el país ha experimentado períodos de crecimiento y declive en el empleo formal, marcados por crisis económicas, cambios en las políticas de empleo y el impacto de eventos globales como la pandemia por COVID.
A lo largo de la década de 2010, el trabajo registrado en Argentina enfrentó altibajos, influenciados por la inflación, la devaluación de la moneda y cambios en las políticas laborales y fiscales. Estos factores contribuyeron a un ambiente de incertidumbre económica que impactó en la creación de empleo formal.
El año 2020 marcó un punto de inflexión debido a la pandemia, que provocó una contracción económica global. Las medidas de confinamiento y la desaceleración económica resultaron en una pérdida significativa de empleos formales en Argentina. Sin embargo, hacia finales del año y durante 2021, se observó una recuperación gradual del mercado laboral.
A pesar de los escenarios desfavorables, el mercado laboral argentino ha mostrado ciertas señales de recuperación y adaptación, con un incremento en la creación de empleo registrado en diversos sectores. No obstante, la economía y el mercado laboral del país continúan enfrentando desafíos, como la alta inflación y la necesidad de generar empleo de calidad y aumentar la competitividad.
Análisis por sector y por provincia
En términos interanuales, fueron 12 los sectores que registraron variaciones positivas. El mayor aumento se dio en el sector de la hotelería y gastronomía. En octubre de 2022 agrupaba a 265.600 empleados y un año después, el número creció a 284.500, un aumento del 7%. Un incremento similar se observó en minas y canteras y el porcentaje baja al 5% en Comercio y al 2,4% en industria manufacturera.
Para el mismo período, se detectó caída del empleo en el sector de la agricultura y ganadería, así como en Intermediación financiera (-1,3% y -0,5%, respectivamente).
Un análisis similar al estudiar el empleo asalariado privado en las provincias: 18 de ellas lograron aumentos porcentuales de los trabajadores. Lidera Catamarca, con el 13% de aumento, y le sigue Neuquén con el 12,2%. La provincia de Buenos Aires mostró una suba del 2,7% mientras que CABA, del 2,2% El resto de las variaciones positivas osciló entre el 5 y el 1%, salvo San Luis, con apenas 0,3% y Chaco que no mostró variaciones. La mayor caída fue para Formosa, con el 10% menos de asalariados en el sector privado, con relación al año anterior.
Estos datos reflejan la disparidad económica a nivel regional dentro de Argentina. Los resultados desiguales entre las provincias subrayan la importancia de estrategias adaptadas a las condiciones y necesidades locales para fomentar la creación de puestos de trabajo y un crecimiento equilibrado del empleo a nivel nacional.
La informalidad laboral es quizás, el desafío significativo más importante, con un alto porcentaje de trabajadores no registrados, estimado en casi la tercera parte de la fuerza laboral total.
“Los esfuerzos para combatir el trabajo en negro como para combatir toda la economía en negro no han tenido el éxito esperado. Evidentemente venimos de fracaso en fracaso, posiblemente, debido a que faltaron políticas que entendieran la complejidad del problema y tal vez una implementación efectiva del incentivo a la creación de empleo. Si bien obviamente el trabajo registrado ha mostrado un crecimiento en la última década, de cara al futuro lo que hay es una gran incertidumbre”, declaró Ponce.
Añadió también que hay que adaptar la legislación laboral a las realidades de este siglo, que no tienen nada que ver con lo que ocurría cuando se sancionaron dichas leyes. “Pero, no es anulando el artículo 14 bis de la Constitución que se va a generar automáticamente trabajo”, sostuvo.
El último reporte del INDEC, con cifras al tercer trimestre de 2023, revela que hay casi 5,5 millones de personas trabajando fuera del sistema. El número se mantuvo con escasa variación con relación a idéntico período del 2022. En ese momento se estimaron 5.331.000 de trabajadores y en octubre del año pasado en 5.486.000, con un aumento porcentual del 2,9%.
Esta situación no solo afecta a quienes trabajan por fuera del sistema y por ende se encuentran en una posición vulnerable, sino también al Estado, ya que reduce los ingresos por concepto de impuestos y contribuciones a la seguridad social.
Procesamiento de datos: Daniela Czibener
Visualización de datos: Andrés Snitcofsky
Carga y chequeo: Desiré Santander