Matías Santana, el mapuche que se hizo conocido por declarar que vio cuando Gendarmería Nacional se llevaba a Santiago Maldonado, fue detenido este sábado en Bariloche luego de permanecer prófugo durante un año y cuatro meses, en el marco de la investigación por los asentamientos ilegales, daños y atentados terroristas ocurridos en Villa Mascardi.
El “mapuche de los binoculares”, tal como lo apodaron luego de esa declaración – por la que fue procesado por falso testimonio – integraba la agrupación Lafken Winkul Mapu, que en 2017 usurpó dos predios de Parques Nacionales en Villa Mascardi, se adjudicó atentados incendiarios y protagonizó numerosos episodios de violencia en el paraje patagónico.
En octubre de 2022, durante el desalojo de los predios públicos y privados que había usurpado la misma autoproclamada comunidad, Santana escapó del lugar junto a varios cómplices, algunos de los cuales todavía permanecen prófugos.
Sin embargo horas más tarde, aquel mismo día, reapareció en una manifestación para reclamar por la liberación de las siete mujeres que habían sido detenidas durante el desalojo. Ninguna autoridad se percató de su presencia y fue la última aparición pública del individuo.
Efectivos de la Policía Federal lo identificaron este sábado a la mañana en una arteria comercial de Bariloche y lo trasladaron a la dependencia de esa fuerza, desde donde notificaron a la Justicia Federal sobre su captura.
Durante su permanencia en la agrupación Lafken Winkul Mapu, Santana entabló un vínculo sentimental con la “machi” Betiana Colhuan, máxima autoridad espiritual de la comunidad, con quien tuvo dos hijos.
Por esa relación, el gobierno de Alberto Fernández – en la figura de su Secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, pensaba beneficiar a Santana y a los demás integrantes del grupo, a pesar de que permanecían prófugos. Les ofreció regresar a los predios que habían usurpado y de donde habían sido desalojados en 2022. Además ofertó la construcción de viviendas para la residencia de la “machi” junto a Santana, su familia y sus colaboradores, y un consultorio para asistir a sus “pacientes”. En la misma propuesta estaba incluida la entrega de otras 10 hectáreas de tierras públicas para la instalación del resto de los integrantes de la misma agrupación.
En las diligencias judiciales posteriores al desalojo, los efectivos que realizaron los operativos encontraron en las viviendas – que luego fueron demolidas por orden de la ex jueza Silvina Domínguez- gran cantidad de documentación de Santana, incluso su documento de identidad y tarjetas bancarias. La información fue incorporada como evidencia probatoria en el marco de la causa unificada por la usurpación de los predios, los daños y atentados, entre otros delitos.
Los vecinos de Villa Mascardi, que siguen de cerca la evolución de la causa, denunciaron en el transcurso de esta semana que Santana – sobre quien regía un pedido de captura – circulaba por Bariloche “con total impunidad”. “A nadie le interesa detenerlo” denunció uno de ellos. Incluso difundieron imágenes del prófugo acompañando a su pareja, a quien reconocieron fácilmente por su atuendo “ancestral”.
Del listado de prófugos y procesados, la Policía de Río Negro había detenido antes a Jéssica Bonefoi, otra de las integrantes del grupo, quien intentó evadir un control que disponía la fuerza policial en la zona sur de Bariloche.
El accionar de la Lafken Winkul Mapu
El raid delictivo del grupo comenzó en noviembre de 2017 con la usurpación de dos lotes pertenecientes a Parques Nacionales. El intento frustrado de desalojo de esas tierras, en el marco del cual fue asesinado el mapuche Rafael Nahuel dio lugar a un avance desenfrenado del grupo a otras propiedades. Así vandalizaron y usurparon las instalaciones del ex hotel IOS -donde estaba prevista la instalación de la Escuela de Guardaparques- y la propiedad La Escondida, perteneciente al vecino Juan Greham y su esposa. Luego siguieron con el lote perteneciente al Obispado de San Isidro y dos lotes pertenecientes a la Unión Personal Superior de Gas del Estado.
Otra cabaña afectada fue Los Radales, propiedad del actual presidente de la Junta Vecinal de Villa Mascardi, Luis Dates, donde también incendiaron un puesto que Gendarmería Nacional había instalado en el lugar, de manera preventiva. Además avanzaron y dañaron La Cristalina, perteneciente al ex dirigente vecinal, Diego Frutos.
El Comando Unificado de fuerzas federales que conformó el Ministerio de Seguridad de la Nación mantiene su presencia en el sitio para custodiar los lotes públicos que están en litigio. Sin embargo los vecinos que debieron dejar sus espacios aseguran que no tienen garantías para regresar. Además, dicen, “no tenemos donde, nos destruyeron todo”.