La ex presidenta Cristina Kirchner publicó esta mañana en sus redes sociales un documento de 33 páginas con duras críticas al gobierno de Javier Milei y un balance negativo sobre la gestión del Frente de Todos, pero también dejó algunas propuestas para que el peronismo debata en los próximos años, entre ellas, avanzar con reformas laborales. La frase que utilizó fue la de una “ineludible una actualización laboral”.
“Resulta ineludible discutir seriamente un plan de actualización laboral que brinde respuestas a las nuevas formas de relaciones laborales surgidas a la luz de los avances tecnológicos y de una pandemia que trastocó todos y cada uno de los ámbitos de la vida de las personas”, indicó en la conclusión numero 10 de su documento.
Según su mirada, la ex vicepresidenta consideró que hay cuestiones que no han sido analizadas en detalle o que necesitan nuevas regulaciones, como el “teletrabajo” y las “plataformas digitales, que intermedian entre oferta y demanda, son algunas de las modalidades que se deben amparar normativamente”. Pero también dio indicios de que es necesaria reformar la legislación laboral existente.
“Sin embargo, las formas de contratación laboral ya incluidas en nuestro sistema legal también deben ser revisadas, mediante la actualización de los convenios colectivos de trabajo -muchos de los cuales datan de décadas atrás- teniendo en cuenta las nuevas realidades antes mencionadas”, remarcó en el mismo apartado, al hacerse eco de algunas de las críticas habituales de sectores empresarios.
Anticipándose a los reproches sindicales que podría llegar a recibir, CFK subrayó que “estas actualizaciones deben respetar los derechos conquistados por los trabajadores, pero también deben realizarse bajo el concepto de que una vez consagrados, los derechos acarrean obligaciones que deben cumplirse”. Con una retórica similar a la de Javier Milei, la dos veces jefa de Estado alertó sobre algunas prerrogativas de sectores de asalariados: “De lo contrario, el ejercicio de un derecho sin el cumplimiento de sus obligaciones correlativas, no es mas ni menos que un privilegio”.
La propuesta de avanzar hacia reformas laborales se suma a otros ejes de discusión sobre el futuro del país. La descripción, en términos políticos, se asemeja a una plataforma electoral de propuestas que -según advierte la ex vicepresidenta- no es de carácter taxativo, sino enumerativo, y en el que se incluyen definiciones sobre el rol del Estado, economía, seguridad, y educación. La agenda económica impulsada por la ex mandataria incluye “discutir un régimen de incentivo a las grandes inversiones pero que agreguen valor y transfieran tecnología”, o “la integración de la empresas del Estado tanto por vía de la participación del capital privado como de las provincias”.
En un intento de síntesis de balance sobre sus mandatos presidenciales, Cristina Kirchner que “el crecimiento de la economía en Argentina y su posibilidad de desarrollo con trabajo bien remunerado sólo se ha alcanzado con un patrón de acumulación sustentado en un modelo industrialista de sesgo exportador con valor agregado, con bajos volúmenes de deuda externa o con una correcta y responsable administración de la misma”, y no como el que propone ahora La Libertad Avanza (LLA) a la que definió como una suerte de cuarta experiencia neoliberal”.
Para Fernández de Kirchner, “todas las medidas adoptadas hasta el momento son repeticiones de políticas ya ejecutadas en el pasado, inclusive algunas de ellas aplicadas con el Parlamento cerrado por la dictadura”. En este punto, señala que “todas fracasaron estrepitosamente provocando sólo pobreza y dolor”.
En ese marco, insistió que reeditar una propuesta política semejante que intentó llevar a cabo en sus mandatos presidenciales, lo que “no significa negar la necesidad de una revisión de este modelo en lo que hace a las correcciones que demanda la estructura productiva de la Argentina, que nos permita profundizar el sesgo exportador, plantear una ineludible actualización laboral o contemplar la creación o transformación de empresas bajo la forma de una asociación pública y privada virtuosa, como se hizo con YPF antes de su desnacionalización”.