Las sesiones extraordinarias culminarán este próximo jueves sin que el Senado de la Nación haya logrado sesionar lo que, sumado a la caída de la Ley Ómnibus en Diputados, muestra que el período que estableció el Gobierno por afuera del proceso ordinario no logró mayores resultados.
En lo que se refiere a la Cámara alta, su titular, Victoria Villarruel, había comenzado con mucho ímpetu. Su primera, y hasta ahora única sesión, la mostró dominando el recinto y cuando llevó adelante la conformación de las comisiones logró cerrar acuerdos con el resto de los bloques que dejó en minoría a Unión por la Patria.
Esta situación había generado una especie de blindaje en el Senado que le permitió a Villarruel sortear sin demasiados sobresaltos los pedidos de sesiones del bloque kirchnerista. Sin embargo, el devenir de la discusión de la Ley Ómnibus, su caída y los dichos del presidente Milei contra la oposición en general y los gobernadores en particular dinamitaron esa posibilidad y ahora, frente a un nuevo pedido para sesionar este jueves 15 de febrero, el oficialismo definió no sesionar frente a la posibilidad cierta que el bloque K sume voluntades de los senadores que responden a los mandatarios provinciales a los que atacó el Presidente.
El problema que se le presenta al oficialismo es que hace una semana el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se ocupó de hablar con los legisladores para conseguir el dictamen del proyecto de ley de lavado de activos, algo que necesita tener antes de marzo, momento en el que llegará a la Argentina el equipo evaluador del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para conocer el sistema ALA/CFT/CFP (Anti Lavado de Activos, Contra Financiamiento del Terrorismo y Proliferación de Armas de Destrucción Masiva).
La salida que está estudiando el oficialismo es llamar a una sesión especial el próximo 23 de febrero para tratar este dictamen y de esa manera ganar tiempo para seguir las conversaciones en busca de contener en especial a los senadores que no forman parte de UxP, LLA, PRO o UCR y bloquear la intención del grupo de legisladores que conduce José Mayans.
Parte de esto se conversó días atrás en el despacho de Villarruel. La presidenta del Senado estuvo con referentes de los bloques “dialoguistas” y les planteó qué posición adoptarían si efectivamente convoca a sesión y el kirchnerismo pide tratar el DNU. Aseguran que la Vicepresidenta se llevó el compromiso de bloquear ese pedido.
Parte de esa estrategia de bloqueo pareciera tener que ver con una decisión que tomó la UCR. Ayer por la tarde, el partido le pidió al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que designe “con urgencia y sin más demoras” a los integrantes de la Bicameral de DNU porque “ese es el único paso pendiente para que la misma pueda funcionar”.
Lo hicieron a través de una carta que entregaron por mesa de entradas con la firma del presidente del Comité Nacional, Martín Lousteau; los vicepresidentes Inés Brizuela y Doria y Luis Naidenoff; los titulares de las bancadas de diputados y senadores, Rodrigo De Loredo y Eduardo Vischi y los vicepresidentes de los bloques de diputados y senadores, Karina Banfi y Pablo Blanco.
Si la bicameral funciona, podría ir el DNU y que se debata en ese espacio, lo que limpiaría el camino para poder sesionar en la Cámara alta.
Pero igual la tensión sigue puesta en los senadores que pueden desnivelar para un lado o para el otro (3 de Unidad Federal, 2 misioneros, 1 rionegrina y los 2 santacruceños). El kirchnerismo tiene 33 senadores por lo que sólo necesita sumar a cuatro para lograr ganar la votación y voltear el DNU.
La respuesta de Villarruel a ese método de presión y desgaste del bloque opositor llegó con un video publicado en su cuenta de la red social X. Allí, la compañera de fórmula de Javier Milei les respondió a los opositores que “ya no marcan la agenda”, e insistió en una interpretación propia del reglamento: una sesión es convocada por el pleno del cuerpo, es decir de una mayoría de senadores, o por decisión de la presidencia del Senado.
“El kirchnerismo tiene que entender que hay un cambio de época, los argentinos eligieron un cambio, y la agenda del Senado ya no la dictamina el kirchnerismo, sino el diálogo y la participación de todos los senadores”, fue la respuesta de la Vicepresidenta.