Javier Milei planea profundizar su enfrentamiento con el Congreso de la Nación. Mientras avanza, por un lado, la idea de conformar algún tipo de asociación estratégica entre los bloques del PRO y de La Libertad Avanza en ambas Cámaras, el Presidente está terminando de definir lo que será su aparición en el Palacio Legislativo el próximo 1 de marzo cuando tenga que inaugurar el período de sesiones ordinarias 2024.
El primer mandatario no va a alterar de ningún modo lo que establecen la Constitución y las leyes, que obligan al Ejecutivo a abrir el año legislativo. Pero podría hablar, como hizo el día de la jura y la toma de posesión, afuera del Congreso, de espaldas y ante un público propio convocado al efecto.
El jefe de Estado definió que los legisladores son, en su gran mayoría, opositores. Por un lado, están los diputados y senadores de la UCR, a quienes constantemente les mostró un fuerte desprecio, a pesar de la voluntad de buena parte de ellos de acompañar la Ley Ómnibus. Por otro lado, los bloques dialoguistas, a quienes, luego de la caída del proyecto, acusó de “traidores” y “corruptos”. Por último, el bloque de Unión por la Patria, a quien ni siquiera nombra.
En ese contexto es que crece la idea en la Casa Rosada de que Milei repita la actitud que mostró el pasado 10 de diciembre cuando asumió la presidencia: sólo cumplió el protocolo de la jura, recibió los atributos del mando y se retiró del recinto para dar su primer discurso de espaldas al Congreso.
“Milei abrió en el Congreso un nuevo frente de conflicto. Les dijo varias cosas en este último tiempo y los eligió como enemigos. Y siempre que pueda lo va a demostrar. Como son la casta que no aprobaron la ley y ya dijo que no iba a mandar más proyectos está pensando en volver a tener un discurso fuera del edificio, nuevamente de espalda a los legisladores”, explicó a Infobae una fuente de la Casa Rosada.
En el discurso de apertura de sesiones ordinarias los presidentes suelen adelantar cuáles serán las leyes que planean enviar como parte del camino legislativo que buscarán desarrollar durante ese año.
Si se cristaliza la idea que están trabajando en el Poder Ejecutivo, el desplante no sólo apuntará a los diputados y senadores sino que también tendrá como destinatario a otros poderes del estado. Según el protocolo que se establece para la apertura de sesiones ordinarias, se invita a participar de la misma a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, a los gobernadores de las 23 provincias y al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Pero la decisión de Milei no solo está relacionada con la idea de generar una “represalia” al Poder Legislativo como consecuencia del fracaso de la Ley Ómnibus, sino como parte de una discusión que un sector de La Libertad Avanza ya empieza a plantear.
La debilidad de LLA en el Congreso quedó en evidencia en medio de las sesiones extraordinarias. En la mesa chica de la fuerza libertaria entienden que la escasa representación lo deja a merced de los bloques mayoritarios y de constantes negociaciones y, mientras miran al bloque del PRO, comienzan a pensar en las próximas elecciones legislativas.
Es en ese sentido que crece la estrategia de reeditar el concepto de casta pero para los diputados y senadores. La idea que se impuso durante la campaña presidencial sigue siendo efectiva, según las encuestas que tienen en Balcarce 50. Por eso, intensifican el relato de los diputados y senadores como los nuevos “culpables de la decadencia argentina”.
Esta es la idea que regirá el discurso de Milei si es que finalmente define, al igual que el pasado 10 de diciembre, armar un escenario en las escalinatas del Palacio Legislativo y hablar, nuevamente, de espaldas al Congreso.