El encuentro del papa Francisco con el presidente Javier Milei que tuvieron hoy en la residencia de Santa Marta sigue con una tradición que inauguró desde que fue elegido para ocupar el trono de Pedro. A todos y cada uno de los inquilinos de la Casa Rosada, el sumo pontífice los recibió y, salvo la proverbial foto con gesto serio que tuvo en el primer encuentro con Mauricio Macri, con todos los mandatarios se mostró cercano y dispuesto a dar su apoyo para resolver los problemas crónicos de Argentina.
Con la de hoy, Francisco tuvo la reunión número 12 con mandatarios del país, más una del mes pasado con Alberto Fernández como ex presidente. Cristina Kirchner encabeza la lista de los que más encuentros tuvo, con siete oportunidades, y Macri el que tuvo el contacto más breve, con 22 minutos.
El de esta mañana, en Roma, fue una de las recepciones que más rápido concedió el papa Francisco a un presidente argentino y que más tiempo se prolongó. Se concretó a dos meses de la asunción y se prolongó durante 70 minutos, según informaron fuentes vaticanas. Como en otras ocasiones, el sumo pontífice recibió al presidente en el Palacio Apostólico y con ese contacto dio por concluido cualquier enfrentamiento, tensión o enemistad. Pasó con Cristina Kirchner, también con Macri y ahora con Milei. Sólo Alberto Fernández llegó sin rencillas previas o antecedente relevante.
Milei llegó a tratar al sumo pontífice de “representante del maligno en la Tierra” y le lanzó no pocos insultos. Mientras que Francisco habló en una entrevista con un medio argentino previo a las elecciones del peligro del arribo al poder de un “Adolfito”, una mención que fue interpretada como dirigida en contra del entonces candidato presidencial de La Libertad Avanza.
Con el encuentro de hoy, todo quedó atrás. Una sana costumbre que viene teniendo el Papa con todos los presidentes del país que lo vio nacer.
El primer encuentro entre Cristina Kirchner y Francisco ocurrió el 19 de marzo de 2013, a días de que Jorge Bergoglio fuera ungido como Papa. Un día antes de la ceremonia de asunción, ambos compartieron unos 30 minutos en la residencia Santa Marta. Ella le regaló un equipo completo de mate y un poncho confeccionado en Catamarca. Fue el final de desencuentros que tuvieron Néstor y Cristina Kirchner con el entonces arzobispo de Buenos Aires, una tensión evidenciada en la decisión inédita de realizar el Tedeum del 25 de Mayo no en la Catedral metropolitana, sino en templos de las provincias.
La segunda vez que el Papa se encontró con Cristina Kirchner fue en Río de Janeiro, Brasil, el 28 de julio de 2013, en el acto de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud. Fue un contacto de minutos con la entonces Presidenta y Francisco, quien le obsequió un pequeño par de zapatillas de cuero y medias blancas para su nieto recién nacido, Néstor Iván, hijo de Máximo Kirchner.
El tercer encuentro fue mucho más prolongado. El 17 de marzo de 2014, en el salón de audiencias de la sala Paulo VI de la Santa Sede, los dos compartieron un almuerzo de dos horas y media, con motivo del primer año de papado de Francisco. Cristina Kirchner le regaló un retrato del beato Oscar Arnulfo Romero, de Eugenio Cuttica, y una canasta con productos regionales argentinos. El Sumo Pontífice, por su parte, le obsequió una copia del siglo XI de un ícono de la Virgen de la Ternura de la catedral de Vladimir.
El siguiente almuerzo, con agenda abierta, fue el 19 de septiembre de ese año en la residencia Santa Marta. En aquella ocasión, nuevamente marcada por la distensión y cordialidad, Cristina Kirchner le obsequió cuadros de pintores argentinos, miel de productores locales y una escultura de la Virgen Desatanudos.
El quinto encuentro se realizó el 6 de junio de 2015, en el Vaticano. Se prolongó por casi dos horas. “Fue muy bueno, un domingo, a diferencia de otras veces que he venido y ustedes saben que para los católicos el domingo es un día de descanso”, señaló Cristina Kirchner a la prensa después del encuentro.
Su siguiente encuentro fue en Paraguay, el 12 de julio de ese año. La entonces Presidenta aprovechó la gira que realizó el papa Francisco por algunos países de Sudamérica y viajó al parque Ñu Guasú. Allí saludó al Sumo Pontífice tras la misa de cierre. Como es tradición, le obsequió una copia de recortes de diarios de época con el rezo de Juan XXIII por la salud de Eva Perón.
Un formato similar tuvo el contacto que ambos tuvieron el 20 de septiembre de 2015, cuando Cristina Kirchner viajó a Cuba para saludar al Papa durante la multitudinaria misa que brindó en la Plaza de Revolución. Fue la última vez que como presidenta de la Nación se encontró con el Sumo Pontífice.
Mauricio Macri tuvo su primera reunión como presidente con el papa Francisco el 27 de febrero de 2016 en la Biblioteca del Palacio Apostólico, luego de meses de rumores sobre cortocircuitos en su relación. El encuentro fue corto, protocolar y duró apenas 22 minutos. Estuvo marcado por la distancia y frialdad, lejos de los gestos de cercanía y amistad que hubo durante las visitas de Cristina Kirchner. Por estos motivos, aquella jornada quedó signada por las especulaciones sobre el vínculo entre ambos.
El entonces jefe de Estado le obsequió al Papa un poncho de vicuña, varios CDs de tango y chamamé y la Cruz de Matará, un símbolo jesuítico de Santiago del Estero y Chaco. Por su lado, el Papa le dio el nuevo medallón del Vaticano, decorado con un olivo que simboliza la unidad, la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” y la encíclica “Laudato si’”.
Ocho meses después de aquel encuentro, el 15 de octubre de 2016, el papa Francisco volvió a recibir a Macri. Esta vez, los ánimos fueron distintos. La reunión se realizó en la sala Paulo VI de la Santa Sede y duró una hora. El entonces mandatario contó que hablaron sobre la pobreza, la lucha contra el narcotráfico y el cambio climático; y le obsequió una escultura hecho por el artista Alejandro Marmo, que simboliza el diálogo interreligioso, realizada con materiales de descarte. “Fue una buena reunión”, resumió el ex jefe de Estado.
El primer encuentro del Papa con Alberto Fernández ocurrió el 31 de enero de 2020. El tono del primer intercambio entre ambos dio la pauta de que se trataría de un encuentro distendido. Tras saludarse, el jefe de Estado le indicó al Sumo Pontífice: “Pase usted”. “No, primero el monaguillo”, le respondió, entre risas. Todavía no estaba en agenda lo que generó un fuerte malestar en la Iglesia: la ley que legalizó el aborto se impulsó desde la Casa Rosada con una vehemencia y una narrativa agresiva.
Fueron 44 minutos de un mano a mano, tras lo cual y la delegación argentina le entregó a Francisco un coffee table book con fotos de los bares históricos de Buenos Aires, una obra en telar realizada por trabajadores con discapacidad de la Asociación Civil Granja Andar, y una figura hecha a mano del Negro Manuel, un esclavo que fue el primer custodio de Nuestra Señora del Luján. El Sumo Pontífice, por su parte, le entregó al entonces jefe de Estado una escultura con forma de medallón que tenía un olivo, una vid y una paloma, simbolizando la paz.
La segunda vez que se reunieron fue el 13 de mayo de 2021, seis meses después de la sanción de la ley del aborto. Alberto Fernández y el Papa Francisco mantuvieron un encuentro en el Aula Paulo VI del Vaticano para analizar la situación del mundo ante la pandemia, la estrategia de negociación ante el FMI y la importancia del acuerdo de Cambio Climático de París. El Sumo Pontífice recibió al presidente argentino en el Aula Paulo VI, ubicada a pocos metros de Santa Marta. Estuvieron a solas durante 35 minutos, nueve menos que en su anterior reunión. Fernández le obsequió productos orgánicos de miel y de la cocina del Papa Francisco de jóvenes recuperados de adicciones de los hogares de la villa 3, una medalla por el aniversario de Malvinas, una estola de la Basílica de San José de Flores y estatuilla de San José (réplica de la que está en la basílica) con una estampita de Lujan, una colección de la Divina comedia traducida y un libro biográfico de Discépolo.
Ya fuera de la Presidencia, Alberto Fernández tuvo un nuevo encuentro con el papa Francisco. Fue el 15 de enero pasado, duró 20 minutos y sólo estuvieron el sumo pontífice, el ex presidente y Francisco, el hijo que lleva ese nombre en homenaje al Papa. La madre del pequeño, según se informó en esa oportunidad, no fue por una cuestión médica.
”Visité a nuestro querido papa Francisco para agradecerle todo lo que ayudó y ayuda a la Argentina”, informó Alberto Fernández a través de las redes sociales. “Tuve la dicha de poder escuchar una vez más con humildad sus valiosas reflexiones sobre el presente de nuestro mundo”, amplió minutos después de la audiencia privada, el último presidente, que desde que terminó su mandato se fue a vivir a España.