El enojo no decanta. Sigue activo en su cabeza y en el corazón del gobierno nacional. Javier Milei está convencido de que un grupo de gobernadores lo traicionó y por eso se cayó la sesión donde se estaba discutiendo - y al mismo tiempo negociando - el contenido particular de la Ley Ómnibus. Al Presidente no se le borra con facilidad lo que tiene enquistado en su pensamiento. Y por eso reaccionó en consecuencia.
“Si se va uno, se van todos”, fue la definición precisa y contundente de un funcionario de confianza del Jefe de Estado para marcar el futuro de Osvaldo Giordano (ANSES), Franco Mogetta (Transporte), Daniel Tillard (Banco Nación), Luis Giovine (Obras Públicas) y Flavia Royón (Minería). Un grupo de funcionarios que llegaron a sus lugares como parte de un acuerdo entre Milei -vía Guillermo Francos- con gobernadores.
Todos están bajo la lupa de la cúpula del gobierno nacional. No solo por su trabajo en la gestión, sino por responder a dos gobernadores acusados de traidores como el cordobés Martín Llaryora y el salteño Gustavo Sáenz. A ambos los ponen en el podio de los responsables por el fracaso de la Ley Ómnibus. “Prometieron votos que no estaban en el momento de la votación”, sentenciaron en el entorno presidencial. Ellos y otros apuntados como el neuquino Figueroa o el jujeño Sadir.
Si bien el vocero Manuel Adorni dijo ayer que el Presidente no evalúa echar del Gobierno a los funcionarios que llegaron por acuerdos con los gobernadores, lo cierto es que el tema está latente y que en Balcarce 50 hay quienes creen que cuando Milei regrese de su gira por Israel y Roma, ejecutará una renovación del esquema de gobierno.
Respecto al futuro del armado político existe una puja interna con las posiciones de dos pesos pesados dentro de Gabinete. El asesor Santiago Caputo, integrante de la mesa chica de Milei, es partidario de correr de su cargo al cordobés Giordano, mientras que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, ya habló con el Presidente y le pidió que mantenga en su cargo al titular de la ANSES debido a su idoneidad para llevar a cabo la función. En las próximas horas ambos se verán las caras en Roma, donde visitarán al Papa Francisco.
Milei deberá resolver en los próximos días si apuesta a concretar un importante cambio en su Gobierno apenas regresa del viaje o si, por el contrario, espera, deja que bajen las tensiones posteriores al fracaso legislativo y avanza en la modificación en el mediano plazo. Tiempo y forma. De eso se trata.
En la Casa Rosada no preocupa el nivel de confrontación que hay con los mandatarios provinciales. Después de las acusaciones del Presidente, la secretaría de Transporte anunció la quita de subsidios a empresas de colectivo del interior del país y generó una reacción inmediata de los gobernadores de todo el arco político. “Existe una discriminación sobre el interior del país”, dijo el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. Al santafesino se le sumaron los rechazos de algunas provincias como Córdoba, Buenos Aires, La Pampa, Río Negro, Neuquén y San Juan.
Las diferencias, las acusaciones y los resquemores que unen el vínculo entre los gobernadores y Javier Milei van en aumento a gran velocidad. En ese contexto, en el Gobierno dan por descartada la posibilidad de convocar a un pacto fiscal con los gobernadores en un plazo breve. “Nosotros no lo necesitamos. Si ellos se quieren venir a sentar con una propuesta....”, se sinceró un funcionario con acceso al despacho presidencial.
Durante los últimos días de negociación por la Ley Ómnibus el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, les pidió a algunos gobernadores - especialmente al cordobés Llaryora - que no incluyan en la discusión particular de la ley la coparticipación del Impuesto País. A cambio les propuso tratar un paquete fiscal entre la aprobación del proyecto en la Cámara baja y su tratamiento en el Senado. Promesas de fondos a cambio de votos.
Nada de todo eso sucedió porque los gobernadores no aceptaron y porque el tratamiento de la ley se frenó y volvió a foja cero. Por eso en el Gobierno parecen estar tomándose revancha de lo que consideran como una traición y pusieron en el freezer el pacto fiscal. “Cada gobernador deberá pagar los sueldos con la plata que tiene en sus provincias”, advirtieron en una importante oficina de la Casa Rosada. El pase de facturas recién empezó.
Quienes conocen al Presidente advierten que la intención es lograr una cohesión interna en el equipo político y que por eso no está descartada la salida de los funcionarios cercanos a los gobernadores. Buscan un crecimiento en la pureza de los perfiles políticos del Gabinete. En esa idea que sobrevuela la Casa Rosada hay tres nombres que siguen firmes pese al revés en la Cámara baja. Se trata del ministro del Interior, Guillermo Francos; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el presidente de la bancada oficialista, Oscar Zago. Por ahora, todos tienen el respaldo de Milei.
En el seno del gobierno nacional existen algunas contradicciones sobre temas puntuales que marcan la agenda política de cada día. Un caso de ejemplo es el del futuro de la Ley Ómnibus. Milei dijo desde Israel que prefería no aprobar la ley antes de que salga desguazada. En Balcarce 50 dieron el proyecto por muerto y el titular del bloque de diputados de La Libertad Avanza señaló que se evaluaba enviar el proyecto por partes.
Es extraño que haya una disociación de ese estilo teniendo en cuenta que el miércoles por la tarde hubo una reunión entre Guillermo Francos, Nicolás Posse, Martín Menem y Santiago Caputo donde se hizo un análisis de los pormenores del fracaso legislativo. Es decir, en esa mesa quedó en claro cómo continuar aunque no se lo expresara en público. Inconsistencias de un armado endeble que intenta avanzar con una reforma ambiciosa.
Algo similar ocurrió con el proyecto de ley para derogar la ley del aborto. La diputada nacional de La Libertad Avanza Rocío Bonacci fue la que tuvo la iniciativa pero desde el Poder Ejecutivo la desacreditaron. “No está en la agenda del Presidente”, sentenció Adorni. Importantes funcionarios del Gobierno coincidieron en remarcar que “no era el momento” para avanzar con ese tema, teniendo en cuenta el nivel de conflictividad que existe en el Congreso y que la diputada “se cortó sola”.
No hay una línea política clara que cohesione a las diferentes terminales del oficialismo. Queda a la vista todos los días. Mientras tanto, Milei avanza sin pausa y con furia contra los gobernadores. Los nuevos enemigos públicos. Con los que deberá gobernar por cuatro años y los que ya le pidieron que no incite a la violencia con sus expresiones en las redes sociales.
El Presidente es protagonista de un inicio de gestión traumático. El Gobierno en su conjunto. En la oposición esperan que logre un equilibrio y reduzca su nivel de confrontación. En el corazón de la Casa Rosada descartan esa opción y advierten sobre la construcción de una nueva grieta. De un lado el Jefe de Estado, su gobierno y el PRO. Del otro lado, el resto. Ellos y nosotros. Una vez más.