En medio de las fricciones entre el oficialismo y la oposición que generó la caída de la Ley Ómnibus, Miguel Ángel Pichetto señaló que el Gobierno tiene que continuar con el trabajo de conseguir una mayoría parlamentaria que apoye las propuestas y reformas que pudiese presentar en el futuro. “La relación con el Congreso tiene que ser reformulada”, afirmó en referencia a los señalamientos que realizaron en contra de los diputados que votaron en contra durante el tratamiento particular.
“El pase a comisión significa empezar de nuevo, yo creo que hay que buscar bajar los ánimos”, analizó el presidente del bloque de Hacemos Coalición Federal, en referencia al freno puesto al tratamiento de la propuesta de ley enviada desde el Poder Ejecutivo luego de que no se obtuvieran los votos necesarios para la media sanción. Asimismo, consideró que el haber tildado de “traidores” a los miembros del Congreso de la Nación que se negaron a apoyar la iniciativa podría resultar contraproducente para la actual gestión.
A pesar de que el diputado intentó ponerle paños fríos a la situación, se diferenció de la postura de enojo que encarnó el Gobierno al manifestar que “el concepto de traidor en política nunca lo tuve incorporado en la cabeza”. De esta manera, explicó que en la concepción que tiene de la política las modificaciones y actitudes que pudieran reflejarse serían parte de la propia “mecánica” del ámbito.
“Hay que dialogar, la política es eso”, indicó el referente de Encuentro Republicano Federal después de que defendiera que el sistema parlamentario funciona al poner de ejemplo el bloque político que lidera, ya que está conformado por varios dirigentes con “historias y posiciones personales” diferentes. Como consecuencia del crisol de posturas incluidas en el frente, el representante legislativo afirmó que en el grupo hubo tanto diputados que votaron a favor, como aquellos que optaron por el negativo a la iniciativa.
“Hace poco tiempo dije que el Gobierno tiene que consolidar una mayoría parlamentaria, no estaba tan lejos si vos analizas las jornadas que se vivieron”, señaló al recordar que en la votación general de la Ley Ómnibus consiguieron la aprobación con el apoyo de 144 diputados. En este sentido, Pichetto sostuvo que “la relación con el Congreso tiene que ser reformulada y fundamentalmente hay que ir a un encuentro a un camino de diálogo institucional con las provincias”, debido a que sería una cuestión clave para los cuatro años de gobierno que quedan por delante.
Pese a que desde la oposición calificaron el paso de la Ley Ómnibus por el Congreso como una derrota para el oficialismo, el representante de Hacemos Coalición Federal reconoció que el Gobierno debería trabajar más en el diálogo con los opositores. “Cuando hicimos el cuarto intermedio el viernes a la noche, que era precisamente para ajustar algunos detalles de la votación en particular, nosotros pensamos y creímos que iba a haber un diálogo con los gobernadores que habían acompañado la votación general”, expuso al interpretar que varios de los mandatarios provinciales habrían retirado su apoyo ante la falta de “certezas”.
Por otro lado, el miembro de la Cámara Baja planteó que “hubiera sido positivo para el Gobierno que la ley hubiera salido aún con modificaciones”, pero apuntó que la falta de “flexibilidad” de parte del oficialismo para poder avanzar con al menos una parte de las reformas que fueron planteadas en el escrito compuesto por 382 artículos. Pese a que valoró que la nueva administración aspire a modificar la visión de la sociedad, admitió que “una mega ley de 600 artículos tiene contingencias” a la hora de debatirlo.
“Creo que la ley tenía mucho más de simbólico, en términos de los planteos y de las propuestas de cara a la modificación de una visión de la sociedad, que el propio contenido de la ley”, interpretó el jefe del bloque federal en el marco de una entrevista para el programa A dos voces, por TN. De esta forma, indicó que el gran abanico de temas que abarcó la Ley Bases habría sido el eje del problema luego de recomendar que habría sido más fructífero tratar las reformas fiscales necesarias y sumar las modificaciones legislativas paulatinamente.
De hecho, la idea de dividir el proyecto de ley sería el camino que mayor apoyo tendría dentro del oficialismo luego de que el Gobierno planteara no volver a presentar el dictamen en el recinto. Sin embargo, la última palabra recaerá en el presidente Javier Milei, quien acordaría la decisión final en una reunión que se celebrará entre el Ejecutivo y Diputados éste jueves.
Mientras que el jefe de Estado y su gabinete idean la siguiente estrategia a adoptar, el diputado destacó el rol que tuvieron el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el asesor presidencial Santiago Caputo en las negociaciones parlamentarias. “Creo que siempre hubo una vocación y creo que lo que faltó y hubiera ayudado mucho fue el diálogo con los gobernadores”, reiteró al mencionar que los diputados cordobeses de su bloque fueron parte de los detractores de la iniciativa.