La viralización de un video de la guardia del hospital Argerich repleta de pacientes que llegaron desde la provincia de Buenos Aires buscando atención médica generó un nuevo punto de conflicto entre los gobiernos porteño y bonaerense. Las imágenes expusieron una situación que no es nueva pero parece haberse acentuado en los últimos meses: la de muchas personas que no encuentran respuestas en la salud pública bonaerense y se trasladan a Capital Federal para ser atendidas, incluso en situaciones que no son de emergencia.
El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, informó que están trabajando en un nuevo sistema de diagnóstico y atención que priorice en los hospitales públicos a los porteños. Además, podrían empezar a trasladar el costo de las consultas a los bonaerenses al gobierno de Axel Kicillof. “Necesitamos que la Provincia asuma su responsabilidad en salud en su lugar de origen”, puntualizó en diálogo con Marcelo Longobardi en radio Rivadavia.
“Esto que sucede es algo histórico, pero está alcanzando su pico de complejidad más alto. El nivel de desmanejo y desinversión en la salud pública a nivel provincial es grave. Fijate que la mayoría de los municipios desde donde dicen que vienen no tienen salud municipal. Nosotros hacemos un gran esfuerzo, pero tiene un límite. Nuestra responsabilidad es tratar de priorizar al vecino que sostiene al sistema público”, explicó Macri.
El jefe de Gobierno aclaró que no habrá cambios en la atención de las personas que tengan riesgo de vida o estén en una situación de emergencia, pero explicó que en la mayoría de los casos de los bonaerenses que cruzan la General Paz buscando atención médica canalizan por guardia situaciones que no son realmente de atención primaria.
También diferenció la situación de los bonaerenses que trabajan y pagan impuestos en Capital, a quienes se les va a garantizar la salud pública en hospitales.
Un video que expuso una situación histórica
Este fin de semana se viralizó un video donde un médico del Hospital Argerich mantuvo un acalorado diálogo con una decena pacientes bonaerenses que se presentaron en la guardia y se quejaban de la lentitud en la atención.
“Hace cuatro horas que estamos”, se la escucha decir a una señora. El médico, completamente desbordado por las recriminaciones, empieza a preguntarles desde dónde venían para atenderse. “Yo vengo de La Plata”, dice otra de ellas. “De Florencio Varela”, “De acá de Zapiola”, “De Aldo Bonzi”, “De Avellaneda”, continuaron diciendo los presentes.
Al advertir esas respuestas, el médico fue contundente en su descargo: “Ninguno viene de La Boca. Yo acá atiendo y tengo una capacidad de recursos para pacientes de la Capital Federal, especialmente de La Boca. Por eso estoy sobrepasado de trabajo. Todo el mundo viene para acá”
“Yo atiendo a quiénes puedo atender porque este hospital de oncología se lavó las manos”, arremetió el médico en alusión a una paciente de IOMA que se presentó en ese hospital porteño. “El de Avellaneda también se lavó las manos”, agregó.
“Así que espérenme un ratito y ya los voy a atender”, se excusó el cirujano.
Hacia el final del video, cuando el médico continúa esgrimiendo los motivos por los cuales se demoraba la atención, las personas le reprochaban que nadie les había informado que estaban sobrepasados en la capacidad de la guardia.
“Espérenme porque otra no hay y la camilla cucheta todavía no la inventaron. Les pido un ratito y los voy a atender”, respondió el médico antes de volver a su consultorio
“Entonces, ¿cuatro horas más?”, le contestó ofuscada una mujer. “O cinco...”, redobló la apuesta el médico mientras se dirigía a su lugar de trabajo. “¡Sos un atrevido!”, le gritó indignada otra de las mujeres, quien luego amenazó con “quemar todo”.
Fuentes oficiales del gobierno porteño explicaron a Infobae que este tipo de situaciones no son nuevas. De hecho, el Ministerio de Salud trabaja en el fortalecimiento de la atención primaria a través de los Centros de Salud y Acción Comunitaria (SESAC) para que los vecinos se atiendan en los barrios con sus médicos de cabecera y no en los hospitales públicos. “Imágenes como las del video son las que justamente queremos evitar, que se colapsen las guardias”, explicaron.
Históricamente el uso de salud pública en la ciudad es 60/40. Un 60% son porteños y el 40% de otras localidades, la gran mayoría del conurbano bonaerense. Ese índice se mantiene relativamente estable hace varios años aunque las autoridades sanitarias porteñas están atentas porque creen que la demanda de personas de otras provincias podría aumentar en virtud de la situación económica.