Aunque postergó el debate sobre la continuidad del plan de lucha, la CGT avanza en su objetivo de sumar aliados y coordinar esfuerzos para la ofensiva contra Javier Milei: este jueves se reunirá a las 16 con las confederaciones del transporte y de la energía en la sede cegetista de Azopardo 802. La idea es seguir constituyendo un bloque sindical homogéneo que lidere la oposición al Gobierno.
La cúpula de la CGT está conforme por el resultado del paro con movilización del miércoles 24 porque considera que obligó al Gobierno a ceder en algunos artículos de la ley ómnibus y ahora quiere medir los tiempos antes de realizar otra medida de fuerza. “Tenemos que ser tiempistas; esta carrera es larga y hay que ir de a poco”, afirmó a Infobae un dirigente sindical del ala dialoguista, partidario de esperar antes de lanzar una nueva protesta contra Milei, tal como propone el sector combativo de la CGT, que ya empezó a analizar la posibilidad de concretar un paro general de 24 horas en marzo.
Formalmente, la conducción de la CGT pasó para la semana que viene la discusión sobre cómo seguirá el plan de lucha contra Milei y toda la expectativa está puesta en la presión sobre los diputados para impedir que se aprueben algunos artículos de la ley ómnibus como las facultades delegadas, el agravamiento de las sanciones contra las protestas sociales y la privatización de las empresas públicas.
Ahora, se agregó en la agenda una reunión decisiva para el objetivo de la CGT de reforzar su estrategia con otros sectores sindicales: este jueves irán al edificio de Azopardo 802 las conducciones de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que preside Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), y de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA), encabezada por Guillermo Pereyra, del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa.
Se trata de dos agrupaciones poderosas que reúnen a poderosos sindicatos del transporte y de la energía, cuyo apoyo resulta clave para paralizar el país, por ejemplo. En la CATT figuran, entre otros, la Unión Ferroviaria, Sindicato de Camioneros, Dragado y Balizamiento, Vialidad, SOMU, peajes (Sutpa), pilotos de Aerolíneas (APLA), aeronavegantes y peones de taxis, entre otros. Y en CATHEDA están, además de los petroleros de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Camioneros y Unión Ferroviaria, los gremios de estaciones de servicio, Luz y Fuerza, gas, químicos y SUPEH (petroleros).
Curiosamente, la plana mayor de la CATT y de CATHEDA fueron las únicas confederaciones sindicales que se reunieron en diciembre pasado con el secretario de Trabajo, Omar Yasín, apenas asumió su cargo y cuando todavía no se conocía el DNU de Milei que incluye la reforma laboral.
Luego de que el Presidente dictó el decreto de necesidad y urgencia, los sindicatos que integran ambas agrupaciones se encolumnaron detrás de la CGT para rechazar los cambios propuestos por el Gobierno en la legislación laboral. Ahora, la cúpula cegetista apunta a consolidar ese decisivo apoyo.
En la central obrera existe una suerte de compás de espera para definir la continuidad del plan de lucha contra Milei que comenzó el 27 de diciembre pasado con una marcha hasta el Palacio de Tribunales para acompañar la impugnación judicial del DNU 70, que incluye la reforma laboral, y siguió el miércoles pasado con el paro de 12 horas con movilización hacia el Congreso de la Nación.
El cotitular cegetista Pablo Moyano (Camioneros) le dijo al diario Perfil que “el consejo directivo de la CGT está facultado para tomar las medidas que sean necesarias” y advirtió: “No voy a poner la fecha de un paro, pero esperemos que se modifique el panorama. Si no, va a haber problemas”.