La decisión de Javier Milei de incorporar a Daniel Scioli en el Gabinete, a cargo de una súper Secretaría a cargo de Turismo, Ambiente y Deportes, derivó en una renuncia inmediata. Se trata de Ricardo Schlieper, un rosarino que trabaja como representante de jugadores de fútbol está relacionado con Mauricio Macri y había asumido como Subsecretario de Deportes en los inicios de la actual gestión.
“Comunico por este medio mi renuncia al cargo de subsecretario de deportes de la Nación. Ante la designación de Daniel Scioli como secretario del área decidí dejar el cargo para darle libertad de acción para elegir sus colaboradores. Le agradezco al presidente Milei por honrarme con el cargo y le deseo el mayor de los éxitos en su gestión”, publicó el dirigente en sus redes sociales.
Y agregó: “En esta foto va mi admiración y respeto por los deportistas de este país. Conocí a varios de ellos en estas semanas y les agradezco como argentino su entusiasmo y dedicación para sacar lo mejor de ellos y brindarnos permanentes alegrías”.
La renuncia se conoció un día después de que se comunicara de manera formal la decisión de Milei de sumar al ex vicepresidente y gobernador bonaerense a su administración. “Junto al presidente Javier Milei nos reunimos con Daniel Scioli, quien asumirá en la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes del Ministerio del Interior”, confirmó en su cuenta de X el titular de la cartera política, Guillermo Francos, con quien trabajó durante la gestión de gobernador bonaerense del ex embajador argentino en Brasil.
El nombramiento generó un fuerte revuelo político, tanto en las filas libertarias como en el peronismo. De hecho, esta mañana fue un tema en la conferencia de prensa que brindó el vocero presidencial, Manuel Adorni. “Scioli es una persona de confianza del ministro Francos y en quien el ministro confía para llevar adelante la tarea de ser secretario de Turismo. Es un tema en el que el presidente Milei apoya a cada uno de sus funcionarios y confía en que los colaboradores que cada ministro elija son las mejores para ese lugar. Las críticas siempre son bienvenidas en este y en cualquier otro de los temas”, dijo el funcionario en su habitual conferencia de prensa brindada en la Casa Rosada.
Esta mañana, Ricardo Schlieper -que supo representar al lateral campeón del mundo Nicolás Tagliafico y actualmente gestiona al defensor de Boca Lucas Blondel- difundió en sus cuentas de X y de Instagram su paso al costado, pero trató de evitar las polémicas. Desde el entorno del flamante funcionario -que tuvo como primera cargo ejecutivo en 2002 la secretaría de Turismo y Deportes- no se refirieron al tema. De hecho, hasta ayer sus colaboradores cercanos no confirmaron quiénes integrarán el equipo con el que va a trabajar el hasta ahora embajador argentino en Brasil.
Ricardo Schlieper llegó a la subsecretaría de Deportes tras ser sugerido al reducido grupo de incondicionales de Milei que delinearon la conformación de los primeros integrantes de su gobierno. Rosarino, de 54 años, con pasado de periodista la revista El Gráfico y en un diario nacional, su relación política está indudablemente ligada al mundo del PRO. Más precisamente al entorno que mixtura en partes iguales el fútbol y la política de Mauricio Macri.
En sus redes sociales, el fugaz subsecretario se define como “agente de futbolistas desde 1987″ y muestra fotos y mensajes sobre Rosario, fútbol y varias imágenes con el ex presidente, su primo y jefe de Gobierno, Jorge Macri, y otros dirigentes y referentes destacados del PRO.
El cruce entre esos mundos -el político y el futbolístico- viene signado estos nuevos tiempos. Milei tuvo un alto protagonismo en la interna de Boca Juniors, al punto que fue a votar en favor de la candidatura de Macri, que perdió con Juan Román Riquelme, y decidió incorporar al mega DNU desregulador de la economía la autorización para las Sociedades Anónimas Deportivas. La posibilidad de que los clubes puedan convertirse en SA es un viejo anhelo del líder del PRO al que Milei le corresponde. Tanto que ayer dejó trascender que va a apelar el fallo que frenó su aplicación.