El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, se encontró en Washington con Gita Gopinath, subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), para analizar la situación económica y la marcha del plan de ajuste que lidera Javier Milei.
Es la tercera vez en menos de dos meses que Posse y Gopinath se reúnen para tratar las variables macroeconómicas y financieras del país, y para debatir las próximas medidas que debería asumir la administración de Javier Milei para cumplir con las metas previstas en el último Staff Level Agreement (SLA).
En este contexto, el board del FMI aprobará mañana un desembolso de 4.700 millones de dólares, que se encuadra en la promesa oficial de ejecutar un fuerte ajuste de las cuentas públicas para reducir la inflación, bajar el déficit y sumar reservas al Banco Central.
Sin embargo, la promesa de ajuste de Milei se encuentra en jaque ante el fracaso de constantes negociaciones con la oposición que derivaron en la caída del capítulo fiscal de la Ley Ómnibus. La ausencia de estas medidas vinculadas a la recaudación –blanqueo, suba de retenciones y adelantos impositivos- complican las promesas del gobierno al FMI.
Durante su cónclave en Davos, el Presidente le describió a Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo, los recursos fiscales que tendría en su poder con la sanción de la Ley Ómnibus. Georgieva estaba con Gopinath, y ambas avalaron la presentación técnica de MIlei.
Pero ahora esos recursos se tornaron inciertos, y Posse explicó a Gopinath que la administración Milei estudia alternativas para lograr una poda eficaz del gasto público y un aumento exponencial de la recaudación tributaria. Junto al jefe de Gabinete y la subdirectora gerente del FMI también se alinearon Rodrigo Valdes y Luis Cubeddu, principales negociadores del organismo multilateral con la Argentina.
Gopinath no quiere repetir con Milei los sacudones políticos que sufrió en el Board por las promesas incumplidas por Alberto Fernández y Sergio Massa. Ella fue muy importante para que mañana el directorio del FMI apruebe el desembolso de 4.700 millones de dólares, y en este contexto tiene cierta preocupación acerca de los recursos necesarios para cumplir con las metas acordadas a fines de 2023.
Antes de la cita en el moderno edificio del Fondo en DC, Posse mantuvo una larga reunión con Jay Shambaugh, subsecretario de Asuntos Internacionales del Tesoro de Estados Unidos, para analizar la situación económica de la Argentina y describir los próximos pasos que tomará Javier Milei para bajar la inflación, reducir el déficit fiscal e incrementar las reservas del Banco Central.
La Secretaria del Tesoro controla la representación de Estados Unidos en el Fondo y Shambaugh siempre se ha mostrado muy crítico respecto a la Argentina y su natural tendencia a incumplir todas las metas acordadas con el organismo. Janet Yellen conduce con mano de hierro este resorte de poder global de la Casa Blanca, y Shambaugh es su fiel alter ego ante los deudores que llegan todos los meses a DC.
Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, pretenden un aporte excepcional del FMI para 2024 que oscilaría entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. Ese aporte sólo podría encaminarse si hubiera un nuevo programa negociado entre el Fondo y la Argentina. Y para que eso suceda, la secretaria Yellen debería estar de acuerdo con las metas que -a su tiempo- se plantearán desde el Palacio de Hacienda.
Posse ingresó cerca de las 16.30 (hora de Argentina) al edificio que la Secretaría del Tesoro. Su principal objetivo era explicar a Shambaugh y a Michael Kaplan, secretario Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, cómo marcha el plan de ajuste económico.
Las explicaciones de Posse fueron importantes ante la incertidumbre que causan en la administración Biden todos los tironeos políticos que se dan con la oposición respecto a la Ley Ómnibus.
Milei y Caputo no pueden aspirar al aporte extraordinario del FMI sin el apoyo de la Secretaría del Tesoro. Kaplan y Shambaugh ya conocen a Posse -estuvieron reunidos en DC y Buenos Aires- y su intención era escuchar a través del enviado presidencial cómo continuará la aplicación del programa de ajuste tras la decisión política de excluir el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus.
Kaplan y Shambaugh, dos funcionarios claves para lograr un eventual aporte extraordinario, preguntaron a Posse el origen de los recursos fiscales para cumplir con las metas del programa que vence en septiembre. La poda del capítulo fiscal implicó una pérdida -al menos de dos puntos del PIB- y en Washington aún se desconoce cómo se reemplazarán esas partidas que quedaron en el camino.
Además de recorrer los despachos de Washington vinculados a la economía global, Posse tendrá una reunión clave en los cuarteles generales de la CIA. Será recibido mañana por el director William J. Burns, muy influyente en la Casa Blanca, y los temas de agenda se vinculan a la seguridad nacional, el narcotráfico y el terrorismo internacional.
Posse cruzará el río Potomac rumbo a la CIA con Silvestre Sívori, titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y su objetivo es acordar una hoja de ruta común frente a las acciones de Hezbollah en la Triple Frontera, el lobby chino para quedarse con el control de la Hidrovía y la posibilidad de acceder a la información secreta sobre la situación de los 11 argentinos secuestrados por Hamas durante su ataque terrorista a Israel.