En un giro de política militar que ratifica la cercanía de Javier Milei con la Casa Blanca, el Ministerio de Defensa acelera los trámites burocráticos para comprar a Dinamarca 24 aviones supersónicos F-16, que permitirán a la Fuerza Aérea recuperar el potencial bélico que perdió durante la Guerra de Malvinas en 1982.
Los aviones de combate fueron fabricados por la compañía estadounidense Lockheed Martín y sin la aprobación de la administración de Joseph Biden no hubiera sido posible cerrar el trato comercial que tendrá financiamiento de Washington y se cancelará en cuotas anuales.
Xi Jinping ofreció a Alberto Fernández 34 aviones de guerra JF-17 a un precio de ganga y una financiación atípica en el mercado mundial. El líder comunista está en una ofensiva geopolítica destinada a desplazar a los Estados Unidos de sus áreas de influencia, y la venta de esos aviones era una pieza clave en su estrategia de competir mano a mano con la Casa Blanca.
Alberto Fernández viajó a Beijing en octubre de 2023 para reunirse con Xi en la III cumbre de la Iniciativa de la Ruta de la Seda, y en ese marco se iba a firmar el contrato de los aviones JF-17. El ex presidente peronista había decidido incluir en la comitiva a Jorge Taiana, por entonces su ministro de Defensa y principal promotor del contrato que implicaba una fuerte demostración de softpower del régimen comunista.
En este contexto, Marc Stanley invitó a Sergio Massa a tomar un café en sus oficinas de Avenida Libertador y Avenida Kennedy, adonde adelantó que la Casa Blanca vetaba la operación comercial con los proveedores chinos. El ex ministro de Economía y ex candidato presidencial es amigo del embajador de los Estados Unidos y transmitió la información reservaba a Alberto Fernández, que no soporta a Stanley y su velocidad de movimientos.
Taiana finalmente no viajó a Beijing, y la operación comercial quedó en un limbo hasta después de la llegada del proximo gobierno. Milei asumió el 10 de diciembre y adelantó que se alineaba con Estados Unidos y que “jamás firmaría tratados comerciales con el régimen comunista”.
Desde el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca se bajó la instrucción secreta de ayudar a la Argentina en la compra de los aviones fabricados por la Lockheed Martín y en posesión de Dinamarca. Esa instrucción fue conocida por Milei cuando viajó a DC antes de asumir como Presidente.
La demora en la negociación y el ajuste técnico del contrato final complica al país y beneficia a Ucrania en guerra contra Rusia: al principio había 34 aviones F-16 para comprar, pero Volodimir Zelensky hizo lobby en Washington y se llevó a Kiev una partida de 10 naves de combate para enfrentar a las tropas de Vladimir Putin.
Milei y su ministro de Defensa, Luis Petri, conocen está dinámica en la compra de los aviones de combate y los trámites burocráticos en el Edificio Libertador se mueven a marcha forzada. Si la operación no se cierra a fines de febrero, se cae la adquisición por falta de financiamiento que es aceitado por el Pentágono.
La decisión política de Washington no sólo significó desplazar al régimen chino y avalar la compra de los 24 aviones, sino también la ejecución de un movimiento geopolítico que incluyó al Reino Unido y su plan de control y protección de las Islas Malvinas.
Por la gestión del Pentágono, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, la administración británica aceptó que Argentina compre aviones de guerra para regresar a un status de defensa que había perdido en 1982.
En las próximas dos semanas, el ministro Petri debería entregar toda la documentación al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, para cerrar la operación con Dinamarca. Los fondos para comprar los aviones de guerra están disponibles, y Milei ya tomó la decisión política.
Balcarce 50 comparte la agenda de contención de China en América Latina que se diseñó en el Pentágono, y aprovecha la coyuntura geopolítica para recuperar la capacidad bélica de la Fuerza Aérea. Una mirada del mundo y de la defensa nacional que fortalecen las relaciones bilaterales entre Argentina y Estados Unidos.