Después del triunfo a medias que logró Javier Milei en el Congreso, con el dictamen con disidencias para la modificada ley Ómnibus, el Presidente monitoreó el paro de la CGT desde Olivos y recibió a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich para informarse sobre el desarrollo del protocolo antipiquetes en la manifestación contra el Gobierno. El encuentro fue otra muestra de sintonía entre el Presidente y su ministra de perfil más alto, que hizo tres apariciones públicas en las últimas 24 horas destinadas a chocar con los gremios y los partidos que acompañan la medida de fuerza que el vocero presidencial, Manuel Adorni, consideró esta mañana “una marcha política”. Sin embargo, el encuentro en la residencia oficial se mantuvo bajo estricta. reserva
Esta vez, Milei no acompañó a la funcionaria de PRO en el comando unificado como en la primera marcha piquetera, el 20 de diciembre. La funcionaria fue sola al centro de monitor en las primeras horas de la tarde, y poco antes de las 17 se desplazó hacia la residencia presidencial, donde la esperaba Milei. En principio iba a llevarle buenas noticias. “Iba a presentarle un amplio informe al Presidente. Considera que se alcanzaron los logros en materia de orden y seguridad para todos”, deslizaron desde el edificio de Gelly y Obes. Y calcularon que la marcha convocó a unas 40 mil personas, en contraste con las estimaciones de los organizadores, que contaron 80.000.
Sin embargo, tanto en el Ejecutivo como en la cartera decidieron mantener en secreto la conversación entre el primer mandatario y Bullrich, que se realizó a puertas cerradas en la hermética quinta presidencial. Solo avisaron que la funcionaria se encontraba en camino a ver a Milei, y luego cortaron todo tipo de comunicación sobre el encuentro.
El Presidente suele quedarse los días que no hay reunión de Gabinete y hoy mantuvo intacta su agenda habitual, una muestra de relativa indiferencia frente a la masiva medida. Estaba enfocado en continuar las negociaciones con la oposición que llevan su asesor, Santiago Caputo, el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem para sumar apoyos para la controvertida ley “Bases”.
“Esto nos sirve más a nosotros que a los gremios. Son un digno rival, con muy mala imagen, y salen a 45 días de la toma de mando. Y la marcha se politizó mucho, con Axel (Kicillof) ahí. Nos dan una mano con esto”, dijeron en la Casa Rosada poco antes del discurso de los líderes cegetistas, que tuvo lugar a las 15. Aunque otro funcionario admitió luego que hubo cierta “preocupación”. ”Nosotros somos racionales, por eso es más difícil tratar con sectores irracionales”, dispararon
La estrategia política del Gobierno frente a la huelga y la manifestación no es sólo defensiva, sino de planificada confrontación. Milei decidió usar el paro para reforzar el mensaje de la campaña que sostiene en la gestión, que divide conceptualmente al país está entre aquellos que quieren “continuar en la decadencia”, y los “argentinos de bien”, es decir, todos aquellos que apoyan el DNU de desregulación de la economía, la reforma laboral, y la extensa y polémica ley Ómnibus.
En la misma línea, esta mañana la canciller Diana Mondino dijo que el paro es convocado por “la oligarquía de millonarios con autos blindados y chofer”, y el ministro de Economía, Luis Caputo, lo relacionó con los “privilegios” vinculados con la política, y cuestionó que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se sume a la medida de fuerza. “Tiene que cumplir la ley, no violarla”, deslizó.
El ministro estuvo hoy en la sede de Hacienda y no tenía previsto visitar a Milei, pero trabajaba, en privado, para forzar la aplicación de todas las reformas que impulsa el Gobierno en el Congreso. Por caso, estuvo reunido con el secretario de Hacienda y la subsecretaria de Provincias para delinear todas las partidas provinciales que se recortarán “inmediatamente“ si alguno de los artículos económicos es rechazado, como reveló en su cuenta de Twitter esta tarde. “No es una amenaza, es la confirmación que vamos a cumplir con el mandato que nos han dado la mayoría de los argentinos de equilibrar las cuentas fiscales para terminar con décadas de inflación y flagelo económico”, justificó el ex secretario de Finanzas de Mauricio Macri. Y ratificó así la linea que había marcado ayer Adorni en su conferencia de prensa matinal contra los gobernadores críticos de los capítulos del ajuste que perjudican las cuentas provinciales.
Mientras tanto, Guillermo Francos, titular de Interior, estaba en la Casa Rosada sin agenda, dedicado a sumar consensos en privado para el debate en el recinto del dictamen para el proyecto reformado de la ley “Bases” que salió anoche con disidencias de un sector de PRO. En paralelo al monitoreo de la protesta, Milei estaba en comunicación con el ministro y con Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, para evitar perder más voluntades legislativas, sobre todo en el capítulo de las jubilaciones y las retenciones, que los amarillos no están dispuestos a apoyar, al igual que los gobernadores radicales, con el santafecino Maximiliano Pullaro a la cabeza, y varios de los peronistas disidentes que responden a Miguel Pichetto.
Mientras tanto, entre el comando unificado y la sede de Seguridad, en Recoleta, seguían de cerca el desarrollo de la marcha, en comunicación con la Policía Metropolitana que controla el ministro de Jorge Macri, Waldo Wolff, diputado de PRO devenido en funcionario porteño con ideas afines a las de la administración de Milei.
Los líderes cegetistas, en tanto, dejaron trascender con antelación a Infobae algunas líneas del documento que leerán a las 15. “Ninguna crisis puede ser la oportunidad para arrasar con los derechos fundamentales de todos los argentinos” es una de las frases incluidas en la explicación sobre el primer paro general contra los libertarios. “Las sociedades se transforman con diálogo y consenso -afirma el texto de la CGT-. En cada sector social, económico y productivo hay interlocutores legítimos para ofrecer opiniones valederas, no se pueden imponer cambios de semejante envergadura y de tan variada temática en plazos perentorios bajo amenaza de sufrir consecuencias económicas más severas aún”.