“Ninguna crisis puede ser la oportunidad para arrasar con los derechos fundamentales de todos los argentinos”. La frase está incluida en el documento que leerá esta tarde la CGT en la movilización ante el Congreso y el que explica por qué realizan el primer paro general contra Javier Milei.
En la declaración, la central obrera destaca su “profunda preocupación” ante la iniciativa del Gobierno de “pretender reformar más de 600 leyes, el Código Civil y Comercial y el Código Penal a través de un DNU absolutamente inconstitucional y de una Ley Ómnibus que, sin debate, pretende imponerse con la fuerza de las necesidades económicas de todos los sectores”.
Tras detallar sus críticas contra el DNU y la ley ómnibus que impulsa el Gobierno, la CGT pide a los legisladores que rechacen esos proyectos con el fin de “honrar el mandato político recibido y defender con su voto la división republicana de los poderes y la Constitución Nacional”.
“Las sociedades se transforman con diálogo y consenso -afirma el texto de la CGT-. En cada sector social, económico y productivo hay interlocutores legítimos para ofrecer opiniones valederas, no se pueden imponer cambios de semejante envergadura y de tan variada temática en plazos perentorios bajo amenaza de sufrir consecuencias económicas más severas aún”.
Además de la lectura del documento, en el acto frente a la Plaza de los Dos Congresos, que comenzará a las 14.30, hablarán los cotitulares cegetistas Pablo Moyano (camioneros) y Héctor Daer (Sanidad). La movilización contará con la participación de las dos CTA, los movimientos sociales, sectores políticos (tanto del peronismo como de la izquierda) y representantes de la cultura, entre otros.
El palco principal está sobre la avenida Entre Ríos, frente al cual se ubicarán los manifestantes de los sindicatos que integran la CGT, flanqueadas por la CTA Autónoma, sobre la avenida Rivadavia, y la CTA de los Trabajadores, sobre la calle Hipólito Yrigoyen, mientras que los partidos políticos y movimientos sociales estarán detrás de los gremios, sobre la plaza, entre Virrey Ceballos y Luis Sáenz Peña.
La presencia del kirchnerismo, el trotskismo y los piqueteros duros, según temen en la CGT, podría derivar en los reclamos de que se ponga fecha a un paro general “cuanto antes”.
Sin embargo, en la cúpula cegetista predominan los moderados que esperan que, tras el paro, el Gobierno abra una instancia de diálogo para bajar la intensidad del enfrentamiento. Aunque en la Casa Rosada nadie lo admite, hay funcionarios que aguardan instrucciones para hablar con la CGT.
La protesta cegetista paralizará los colectivos, trenes y subtes entre las 19 y las 0 horas del jueves 25. Los bancos atendieron hasta las 12. Los hospitales sólo atenderán guardias de urgencia, mientras que los turnos médicos y las cirugías programadas serán canceladas. El correo no realizará entrega de mensajería. La recolección de residuos funcionó hasta las 12. En el caso de las aerolíneas, los gremios enrolados en la CGT pararán sólo medio día, pero los que están en las CTA lo harán durante las 24 horas, por lo que habrá demoras y reprogramaciones todo el día. En el sector marítimo y fluvial, pararán los astilleros, el dragado, los embarques de granos, los amarres y el sector portuario.
Pasaron 4 años, 7 meses, y 23 días desde que la CGT hizo su último paro general, el 29 de mayo de 2019, en el gobierno de Mauricio Macri. Alberto Fernández, pese a los malos resultados económicos, fue el único presidente desde el regreso de la democracia que no sufrió ninguna protesta cegetista. Milei ya tiene un récord: en su gobierno se registrará el paro general más rápido desde 1983.