Pasaron más de ocho años de su última travesía, con Cristina Kirchner como presidenta. Desde entonces, el famoso Tango 01, un ícono del menemismo, descansa en el aeropuerto de El Palomar, a la vista de todos. Aunque estaba parado, el avión demandaba una inversión millonaria. Por eso, el gobierno de Alberto Fernández decidió entregarlo como parte de pago del nuevo avión presidencial. A nueve meses de esa operación, el avión finalmente está a punto de irse del país. En los próximos días, volará a Estados Unidos, donde se venderá por partes.
El Tango 01 es un Boeing 757 200 adquirido por el Estado argentino en 1992, durante la presidencia de Carlos Menem. Desde ese momento, fue utilizado por todos los presidentes hasta la segunda presidencia de Cristina Kirchner. En febrero de 2016, apenas asumió Mauricio Macri, hizo su último vuelo entre Aeroparque y El Palomar. Nunca más se movió. Sin embargo, generaba gastos por tareas de mantenimiento. Unos USD 220 mil anuales, entre personal, repuestos y el pago regular a la empresa Boeing.
Durante el gobierno de Macri, el avión se declaró en desuso y hubo varios intentos frustrados para comprar otra aeronave, con una inversión proyectada de unos 60 millones de dólares. Para intentar sumar transparencia se recurrió a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo que depende de Naciones Unidas. Pero el plan se diluyó entre internas y lobbies locales.
En el comienzo de su gestión, con el objetivo de mostrar austeridad, algo similar a lo que plantea Javier Milei por estos días, Macri decidió priorizar los vuelos comerciales. El plan entró en crisis cuando compartió un vuelo con dos narcotraficantes y 64 mil pastillas de éxtasis. A partir de ese momento, tras un informe de la Casa Militar, Macri incrementó el alquiler de vuelos privados, incluso en viajes internacionales.
Alberto Fernández tampoco usó el Tango 01, aunque en 2020 inició un proceso para remodelarlo y ponerlo en funciones. La inversión prevista, según las crónicas de ese entonces, oscilaba entre 12 y 15 millones de dólares. Los trabajos incluían la “rectificación” de los motores, la pintura exterior, reparar el tren de aterrizaje, y hasta agregar tanques suplementarios de combustible para poder volar hasta el sur de Europa o Estados Unidos sin realizar escalas, una de las grandes críticas al avión. En el interior se iban a cambiar pantallas viejas, retapizar asientos, y eliminar una puerta que comunicaba el despacho con la habitación presidencial.
El proceso estuvo trabado más de un año por un litigio entre la firma “Kestrel Aviation Management” y la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA).
Al final todo quedó en la nada. En 2022, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) le recomendó al Gobierno que desista de la reparación y avance con un “exchange”, esto es, cambiar el avión presidencial por uno similar.
Para eso se lanzó una licitación internacional. Se presentaron tres oferentes y uno solo cumplía con todos los requisitos: C&L Aviation Group, una empresa con sede en Maine (Estados Unidos) que tenía antecedentes de venderle repuestos y aviones a la Fuerza Aérea. Pese al enorme costo político que implicaba la decisión, Alberto Fernández dio la orden para comprar el nuevo avión.
La aeronave elegida, un Boeing 757-256, costó finalmente USD 21.730.000. Pero la operación final demandó una inversión de casi USD 25 millones porque el Gobierno le entregó al vendedor el viejo Tango 01, valuado en casi USD 3 millones por el Tribunal Fiscal de Tasaciones.
“El 31 de marzo del año pasado, el Tango 01 pasó a manos de la empresa C&L, pero al poco tiempo se lo vendió a otra firma, Bischoff Aerospace, en casi 4 millones, 1 millón más caro de lo que se había tasado”, reveló una fuente aeronáutica que participó del proceso. El viejo Tango 01 hace tiempo tiene matrícula de Estados Unidos (N757CL), pero necesitaba varias reparaciones para volver a volar.
Los nuevos propietarios contrataron mecánicos, importaron los repuestos necesarios, y en pocos días se llevarán el avión a Estados Unidos. Antes de ese viaje, deberán hacer las últimas revisiones en un taller de Aerolíneas Argentinas ubicado en el aeropuerto de Ezeiza. “Cuando llegue a Estados Unidos el plan es sacarle los motores y venderlos en el mercado”, contó esa misma fuente. Luego, el avión se terminará rematando por partes o se utilizará como “banco de prueba” para reparar otros aviones.
Milei y el destino incierto de la flota oficial
El avión que reemplazó al Tango 01, ahora denominado ARG 01, está parado, al igual que el resto de las aeronaves oficiales. Apenas asumió, en un gesto de austeridad, Javier Milei decidió viajar en Aerolíneas Argentinas y esta semana optó por la aerolínea Lufthansa para llegar hasta la Cumbre de Davos. En el regreso, el Presidente estuvo a punto de quedar varado en Frankfurt por una demora en un vuelo de conexión, tal como contó el enviado de Infobae. ¿Ese episodio cambiará los planes del Gobierno?
Hasta ahora, el Gobierno no dio señales claras sobre el destino de la flota oficial. Aunque estén parados, esos aviones siguen demandando una inversión millonaria.
De hecho, el ARG 01 debería realizar una inspección mayor en marzo, lo que demandaría una inversión de más de 3 millones de dólares. Tal como reveló Infobae, el gobierno saliente lanzó una licitación para realizar esos trabajos a horas del cambio de mando y con la mayoría de los funcionarios renunciados. Finalmente, el proceso habría sido frenado y ahora la Secretaría General, a cargo de Karina Milei, estaría tramitando una excepción para posponer la revisión.
El único anuncio oficial hasta ahora fue la venta de dos aviones de YPF, que utilizaba como propios la ex vicepresidenta Cristina Kirchner para sus viajes a Santa Cruz. Los aviones son un Learjet 60, matrícula LV-BTA, y un Embraer Praetor 550, registrado con la matrícula LV-KGJ.
“El proceso de venta arrancó con una revisión técnica y luego vendrá el proceso de tasación”, dijo una fuente de la empresa ante una consulta de este medio. Desde el anuncio, los aviones quedaron en tierra. De hecho, el presidente de YPF, Horacio Marín, tenía previsto viajar este fin de semana al Sur en un vuelo de Aerolíneas Argentinas. En el mercado aeronáutico estiman que el Gobierno podrá recaudar entre 15 y 19 millones de dólares por esas dos ventas.