Mientras el kirchnerismo se acerca a la izquierda y radicaliza su posición frente al Gobierno, Javier Milei combina dos tácticas para posicionarse frente a Unión por la Patria. Por un lado, promueve una abierta confrontación con el bloque, por otro, practica secretos acercamientos a las terminales dialoguistas, a través de gobernadores, diputados y senadores que, muy por lo bajo, se muestran proclives a algunas de las reformas y apuestan a una marcha atrás de Ganancias para equilibrar sus cuentas. Además, en paralelo, la Casa Rosada apela al interés que se generó entre los duros por un artículo en particular de la reforma política.
El objetivo de mínima de Milei es lograr mayor cantidad de respaldos. Ya cuentan con los peronistas disidentes y con los legisladores de Pro que responden a Patricia Bullrich, ex rival devenida en funcionaria nacional. Además, confían en que las “palomas” amarillas y los radicales apoyarán el grueso de la ley “bases”, si registran apertura a ciertos cambios, imposibilitados para votar con el cristinismo. Pero también trabajan en lograr apoyo extra de parte de ciertos actores del bloque de UxP, para asegurarse un consenso más amplio que les permita mejorar la gobernabilidad y suplir eventuales bajas en el equipo de los aliados.
Existe, en simultáneo, un objetivo que va más allá del poroteo: la posibilidad de que el debate sobre tablas abra una grieta en la bancada opositora más numerosa. Con 102 legisladores, el bloque de UxP se encuentra acéfalo después de la derrota electoral de 2023, y en Balcarce 50 se refriegan las manos cuando vislumbran una división en esas filas. Admiten que no tienen ni buscan promover el diálogo con los legisladores más firmes en la posición opositora, que en su mayoría responden a Cristina Kirchner. Sin embargo, desde el Ejecutivo y la presidencia de la Cámara de Diputados que conduce Martín Menem tejen lazos con gobernadores peronistas y diputados que responden a ciertos ejecutivos provinciales que, creen, podrían seducir.
“Con los kirchneristas duros no tiene sentido hablar. Pero en UP no es todo lo mismo. Hay gente racional que entiende que aunque hayan sido reelectos o hayan ganado la elección provincial, tienen una mayoría de votantes de Milei en el territorio. Lo piensan y nos lo dicen”, dijo un asesor político del jefe de Estado, y mencionó “entre veinte y veinticinco” interlocutores que podrían devenir en voluntades a su favor.
Según calculan, además de la opinión pública en sus territorios, pesan las presiones que ejerce sobre los mandatarios el Ejecutivo. Tras el freno de la obra pública y el paso de los ATN a la órbita del Ministerio de Economía que lidera el ejecutor del ajuste, Luis Caputo, cuentan con que los gobernadores que dependen en mayor medida de la coparticipación estén dispuestos a ceder en sus reclamos con tal de que el Gobierno presente el proyecto que bajaría nuevamente el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. De esa reforma que Milei les prometió depende la salud de las cuentas públicas de los distritos más chicos, y el Gobierno ya avisó que sólo afrontará el costo político de aumentar el alcance del tributo una vez que las provincias hayan mostrado su compromiso con votos contantes y sonantes.
Aunque eviten decirlo en público, los libertarios se sientan a hablar con los gobernadores convencidos de que varios de los legisladores y jefes provinciales que militaron la candidatura de Massa el año pasado están de acuerdo con ciertas reformas que impulsa el Gobierno, y mencionan dos ejes: el productivo y el electoral.
En distintas oficinas de la sede administrativa nacional refirieron al unísono al catamarqueño Raúl Jalil, y al tucumano Osvaldo Jaldo como eventuales aliados. Y en el bloque de UP admitieron ciertos ruidos por esas conversaciones, que en las provincias niegan. Son mandatarios de provincias donde las inversiones en las industrias minera y azucarera son claves para sus respectivas economías, y en la Nación creen que están muy interesados en los beneficios que les prometen los artículos correspondientes de la ley. “Es muy posible que al final de cuentas se decidan y voten en particular”, sostuvo un armador de LLA.
Del otro lado del tablero de poder del bloque opositor ubican a los caciques más duros: Ricardo Quintela, que no renunció cuando ganó Milei como había anunciado durante la campaña pero entró en guerra con la Nación con su plan para emitir una cuasimoneda local; a Axel Kicillof, con quien mantienen una relación tensa, que se complicó ayer tras el tiroteo en La Matanza; al santiagueño Gerardo Zamora, y al formoseño Gildo Insfrán, que si bien cultivan por ahora el perfil bajo, son considerados kirchneristas puros.
“Los que no tienen tierra o responden a los más zurdos son imposibles de convencer. Con el resto hay otro margen”, deslizaron en un importante despacho nacional.
El caso de la reforma política se presenta como una anomalía en el sistema, que provoca otro virtual enfrentamiento entre kirchneristas y moderados en el bloque de UxP. Los gobernadores no darán apoyo a la reducción en la cantidad de representantes de las provincias menos pobladas, pero el kirchnerismo mira con cariño la migración del actual sistema de representación proporcional a uno de circunscripciones uninominales.
En UP ya les dejaron saber esa inclinación a algunos libertarios, por canales subterráneos, con la perspectiva de que los popes k y del PJ afines a Máximo Kirchner y a Axel Kicillof en conurbano puedan pisar más fuerte en el Congreso a partir de las legislativas de 2025 y de cara a las siguientes presidenciales. Es el territorio donde Cristina Kirchner conserva su principal cuota de poder, y en la Casa de Gobierno creen que podrían avanzar en ese sentido incluso sin el apoyo del PRO, que ya pidió tratar esa profunda reforma más adelante, en sesiones ordinarias y en un proyecto aparte.
Por lo bajo, varios kirchneristas en la Cámara baja les dejaron saber a los libertarios que podrían respaldar, también, la Boleta Única de Papel, una deuda pendiente sobre la cual el grueso del arco político estaría de acuerdo. “Excepto los más intransigentes, los que tienen planes políticos a futuro, hay varios que están dispuestos a comportarse como debe cualquier gobernador: con pragmatismo”, lanzó un alfil de Milei.
En las provincias mencionadas y en los despachos de UP niegan a rajatabla esos diálogos, y aseguran que sólo tuvieron contacto con el Gobierno durante las dos reuniones presenciales y virtuales de comienzos de enero con el ministro del Interior, Guillermo Francos, y con Milei, en Casa de Gobierno.
“Si algunos se cortan solos significaría un virtual quiebre entre kirchneristas y los peronistas pragmáticos, que tienen responsabilidades ejecutivas, que tienen que responder al pueblo de sus provincias”, dijo, frotándose las manos, un funcionario del círculo de confianza del jefe de Estado.
La primera, gran ambición del Gobierno es que salga la ley Bases, aunque sea con modificaciones, y que no les bloqueen el DNU. Si en el transcurso de esa discusión la oposición más intransigente se fragmenta, la sensación de triunfo, avisan los libertarios, será doble.