En medio de los cruces entre la Casa Rosada y el gobierno de la provincia de Buenos Aires, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, volvió a las recorridas por los distritos turísticos de la costa atlántica en el marco de una temporada de verano que se desenvuelve -en términos particulares- con un flujo inferior a lo que fue el verano 2023, evidenciado en una baja en lo que hace al turismo popular o familiar -como describió el ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa-. Atado a esta dinámica, el gobernador aprovechó para hacer una cáustica lectura de la temporada: “Veníamos de un verano récord, viene Milei y lo pincha”.
El gobernador bonaerense encabezó este miércoles la reinauguración del parque acuático Aquasol, que desde 2020 con la llegada de la pandemia cerró sus puertas y no volvió a abrir hasta el día de hoy. El regreso estuvo acompañado por el otorgamiento de créditos del Banco Provincia. “No es gobierno o privado, es gobierno con privados y eso es lo que ha dado resultados”, planteó el gobernador en un mensaje dirigido elípticamente al presidente Javier Milei, que al mismo tiempo -desde Davos- planteaba: “El Estado no es la solución, el Estado es el problema mismo”.
La agenda de Kicillof estuvo centrada en el municipio de Mar Chiquita. Allí, además de participar de la reinauguración del parque acuático, participó de la reunión de la Multisectorial PBA; un espacio lanzado para discutir, rechazar el proyecto de la Ley Ómnibus y el DNU que busca desregular la economía y avanzar en un ajuste con medidas de shock, dispuesto por el presidente. La multisectorial también tiene como objetivo llegar organizado al paro nacional del próximo 24 de enero.
Tras ello, el mandatario provincial encabezó un encuentro con más de veinte intendentes y representantes del sector hotelero, gastronómico, representantes de la cultura y del sector agropecuario, entre otros, en Santa Clara del Mar. Se trata de las llamadas “Conferencias de Verano”; una instancia en la que el gobernador escucha de primera mano los pedidos de distintos sectores.
La evaluación que desde el gobierno bonaerense hacen de lo que va de la temporada es que si bien se sostienen la ocupación en algunos puntos de la costa atlántica; en otros cayó producto de las medidas económicas que adoptó el gobierno nacional. “No tenemos ningún problema en reconocer que es un verano complejo y heterogéneo y lo que se está observando es una polarización”, planteó Kicillof.
“Se observa una polarización, una diferenciación de sector que le va igual, pero el grueso, lo que es el turismo de clase media, observamos todos los indicadores a la baja. Nos comentaban que mientras hoteles premium o de mayor costo tienen buena ocupación, los que son de una, dos o tres estrellas se encuentran con ocupaciones muy bajas”, advirtió Kicillof al encabezar la conferencia.
Allí fue que cruzó al gobierno nacional. “Si suben los alimentos, la nafta, el costo de vida y los salarios no suben… No hay que ser economista de la escuela austríaca -la línea económica que profesa el presidente- o de Harvard para darse cuenta del impacto”, planteó.
“Nuestra idea no es quejarse ni lamentarse, sino ver qué ideas hay para que ante esta adversidad podamos tener la mejor respuesta posible”, aseguró Kicillof.
Durante su exposición estuvo escoltado por los ministros de Infraestructura y Servicios Públicos, Gabriel Katopodis; de Producción, Augusto Costa, la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout y el intendente de Mar Chiquita, Walter Wischnivetzky. El ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez y la Jefa de Asesores de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez. Costa, dio detalles del movimiento turístico y habló de la polarización en el movimiento de la actividad, según el distrito.
“Difiere sustancialmente al año pasado”, dijo. “Veníamos batiendo récord de turismo. Estamos en una situación contradictoria”, esbozó. Es que, por un lado, la provincia recibió del 1 al 14 de enero de este año un 7,3% de turismo más que la misma fecha del año pasado -adjudicado principalmente al feriado largo de las fiestas- “el turismo se sostiene en los niveles de altos ingresos y hay una caída importante en el turismo masivo y popular”.
“La incertidumbre prevalece por el impacto de las medidas que está tomando el gobierno nacional”, explicó el funcionario de Kicillof. Dijo también que “el sector tradicional de los hoteles de una, dos y tres estrellas muestran niveles de ocupación muy baja”.
Algunos números que Costa puso sobre la mesa: en Mar del Plata la ocupación hotelera es del 72%, el año pasado había sido de 82%. En San Bernardo hoy es del 58% de ocupación contra 88% del año pasado. En Cariló, que es un destino que recibe turismo de alta gama, pasó del 91 al 88%. El caso más elocuente es el de Villa Gesell y sus distintas localidades con destinos que reciben a turistas de mayores ingresos y de sectores medios y populares. Mar Azul, por ejemplo, está en un 95% -el año pasado fue 97%- mientras que la localidad propiamente de Villa Gesell pasó de un 83,5% en 2023 al 63% este año.
“Nuestro compromiso irrestricto es que le vaya bien a los empresarios de la provincia de Buenos Aires. Seguir trabajando, no con menos Estado, sino con más, para enfrentar una situación compleja”, aseguró el gobernador. En la misma sintonía, la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout, aseguró que van “a estar acompañando a cada uno de los bonaerenses en este tiempo difícil. La Provincia va a seguir estando presente”.
En otro pasaje de su presentación, Kicillof habló sobre la transferencia de fondos nacionales a las arcas provinciales. Algo que también había planteado ayer en la reunión de Gabinete que mantuvo con todos sus ministros. “Cuando le quitan recursos a la provincia de Buenos Aires, el problema no es el gobernador o un gobierno contra otro: el problema es el pueblo de la provincia. Hay 17 millones de personas, es la principal provincia turística, principal provincia industrial. Esto no es un tema de un gobierno contra otro, es un problema de sectores enteros”, aseguró.
Durante la conferencia, que también participó público en general, algunos se animaron a corear: “Se siente, se siente… Axel presidente”, mientras Kicillof daba su discurso. Nadie se subió a esa ola.