La Boleta Única de Papel se estancó en el Senado el miércoles pasado, tras el abrazo del kirchnerismo a un dictamen de minoría que propuso Mónica Silva y que dejó a la ley sin los 37 votos necesarios que precisa para la mayoría absoluta, ya que abarca un área electoral. La legisladora en cuestión representa a Juntos Somos Río Negro, una fuerza provincial clave en el Congreso que viró del férreo apoyo en Diputados en 2022, al reclamo de modificaciones que pinceló un destino incierto a la iniciativa.
Un año y medio atrás, Juntos Somos Río Negro contó en la Cámara baja con los diputados Luis Di Giacomo y Agustín Domingo. Ellos y Silva respondieron siempre a Alberto Weretilneck, gobernador entre 2012 y 2019, y senador desde dicho año hasta diciembre de 2023, cuando retomó el comando de la provincia.
Weretilneck es el mandamás de Río Negro desde hace más de una década. Primero, se hizo cargo del distrito tras el asesinato del exgobernador Carlos Soria. Luego, venció por un amplio margen a Miguel Pichetto para ser reelecto en 2015 y, cuatro años más tarde, delegó el poder local en Arabela Carreras y aterrizó en el Senado. En diciembre del año pasado retomó el control provincial.
Entre 2015 y 2019 mantuvo un muy buen vínculo -gracias a su ex rival Pichetto- con la gestión de Mauricio Macri. Luego, como senador, activó un entendimiento aceitado con Cristina de Kirchner e incluso fue decisivo en polémicas iniciativas votadas tiempo atrás en la Cámara alta, como la ampliación de la Corte Suprema de Justicia, en septiembre de 2022. Tres meses antes de ello, los dos diputados rionegrinos empujaban la boleta única en la Cámara baja.
Un simple recorrido por las versiones taquigráficas muestra con claridad la postura de Di Giacomo y Domingo. Por caso, el primero manifestó en el recinto: “Aparece la necesidad de ir mejorando el sistema electoral. Por supuesto que están aquellos que dicen que esto es una pequeña mejoría -también es una forma de descalificarlo-, y que en realidad lo que habría que hacer es una reforma completa. Si nos ponemos a pensar en una reforma completa nunca vamos a hacer ninguna”.
“Nosotros venimos de una provincia y de un partido en el que hoy nos ha tocado tener una clara mayoría, donde contamos con representatividad en las 39 ciudades, en las 33 comisiones de fomento, y en realidad no necesitaríamos desde ese espacio tener que hacer modificaciones, porque tenemos fiscales en todos lados, el partido está formado en todos lados. Pero sí entendemos que este tipo de cuestiones hacen a temas de avance en la transparencia, cuestiones de avance que hay que entender que cada paso que se pueda ir dando es útil hacia una mejor representación democrática”, agregó Di Giacomo.
De hecho, el diputado fue más allá y se refirió a la tecnología. En ese sentido, detalló: “También es cierto que alguna vez trataremos -y en nuestra provincia, hemos trabajado desde 2014 hasta 2016, en que se cayó- el tema de la boleta única electrónica; una boleta que, en todo caso, no tenga las problemáticas de cuestionamientos que aparecen en las boletas en red, donde se dice que alguien puede entrar e interferir en la voluntad popular”.
Según Di Giacomo, en la provincia se había desarrollado “un modelo de boleta única electrónica en el que el ciudadano elige a sus candidatos en unas pantallas que se van sucediendo, y se imprime el voto que cae en una urna, la cual después, si hay alguna sospecha respecto de los resultados, se puede revisar y constatar todo perfectamente”.
Domingo fue más allá y preguntó: “¿Por qué no cambiar por un sistema que evite que ocurran cosas como éstas? ¿Por qué no ir a un sistema que garantice a los ciudadanos que cuando entren al cuarto oscuro toda la oferta electoral esté disponible en una boleta única? ¿Por qué no ir a un sistema que no necesite un ejército de fiscales presentes desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde para cuidar que estas avivadas no sucedan? ¿Por qué no ir a un sistema que está probado en la gran mayoría de los países del mundo, que está probado con éxito y que está probado en muchas localidades de diversas provincias de nuestro país?”.
El miércoles pasado, Silva explicó que el tema más importante de su dictamen es virar del modelo cordobés de boleta única para todas las categorías nacionales hacia el santafesino, es decir, de boleta para cada categoría. Por ende, se modificaría una cuestión principal de lo tratado en Diputados.
Otra cuestión que la legisladora consideró como “esencial para la igualdad de condiciones de partidos nacionales y provinciales” es la “eliminación del ‘botón’ para votar la lista completa”. En ese sentido, reclamó “elegir una cruz en cada una de las categorías que se votan”, algo que chocaría con el uso del modelo santafesino que ella misma exigió. Además, agregó puntos relacionados con mejoras en la actividad de las autoridades de mesa, fiscales y quienes se encarguen del escrutinio.
Al escuchar a Silva el cristinismo, que denostó el proyecto en Diputados y lo durmió en el Senado, se mostró receptivo con las sugerencias de la rionegrina y, en una astuta jugada, adhirió al dictamen junto al Frente Renovador de la Concordia. De esta manera, ambos despachos -el de mayoría que avala la iniciativa y el de la rionegrina- llegarían, en una eventual sesión y con todos presentes, a 36 votos. Por ser cuestión electoral y precisar de una mayoría absoluta del cuerpo -37- voluntades no podrá desempatar la titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel.
El proyecto no tiene ni siquiera esas 36 voluntades, en el caso del dictamen de mayoría, para el tratamiento en particular. Si el mismo cayera, después se trataría el despacho de minoría. En esa situación, la iniciativa volvería a Diputados en segunda revisión, si el oficialismo y la oposición anti K asumen una potencial derrota para unirse a Silva y mantener con vida el proyecto.