El intendente de la ciudad de Concordia, en la provincia de Entre Ríos, Francisco Azcué (Juntos por el Cambio), recorrió parte de la zona sur de la ciudad en el camión recolector. Al bajarse, anticipó mejoras para el personal y pidió más compromiso a los vecinos. “Siempre quise saber cómo era la experiencia. Y me pareció que era la mejor forma de conocer de primera mano el servicio para mejorarlo”, explicó el jefe comunal a Infobae.
En las últimas horas del viernes, el jefe comunal de una de las ciudades más pobres del país se calzó los guantes y el chaleco refractario y se subió al camión que levanta los residuos. Durante más de una hora, corrió a la par de los empleados municipales de limpieza, juntó las bolsas de residuos y las arrojó al compactador.
Azcué, que llegó a la intendencia después de 40 años de gobierno peronista, dijo que durante la faena había visto y comprobado muchas cosas que le servirán para mejorar su gestión.
Lo primero que señaló fue que encontró gran cantidad de bolsas rotas. “Hay muchas, muchísimas personas, que las rompen buscando comida. Impresiona”, reflexionó.
Según los últimos datos del Indec, Concordia es la segunda ciudad más pobre del país. El 47% de los hogares y el 58,3% de las personas están en niveles de pobreza. Es el resultado de décadas de pérdida de la estructura industrial manufacturera y del desmantelamiento del nodo ferroviario, entre otros factores.
Los cambios
El intendente de Concordia cumplió su primer mes de gobierno hace unos días. Tuvo que afrontar una situación difícil producto de las inundaciones provocadas por la creciente del río Uruguay que afectaron a gran cantidad de familias que viven en la zona ribereña. Y también dar un giro de 180 grados a la lógica política dominante en la ciudad desde la recuperación de la democracia.
En esa línea, tomó la determinación de terminar con el convenio que ataba el reciclaje de la basura a la cooperativa Mundo Reciclado, ligada al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que lidera el dirigente kirchnerista Juan Grabois.
El acuerdo caído había sido firmado por su antecesor, el justicialista Enrique Cresto. Incluía la cesión de las tareas de selección y reciclado de componentes secos urbanos tales como vidrio, bolsas y films plásticos, envases de tetrabriks, metales, papeles y cartones.
El gobierno local esgrimió como razón “una llamativa carga de obligaciones desproporcionadas en cabeza de la Municipalidad como ser proveer el material reciclable, otorgamiento del lugar y material de trabajo, pago de suma mensual de dinero, otorgar la posibilidad a la cooperativa de la enajenación de los residuos sólidos secos que se procesen dentro de la planta, gozando del beneficio económico”.
Durante la campaña electoral, Azcue siguió una estrategia de cara a cara con los vecinos que le permitió entrar y ganar en barrios históricamente peronistas. Una vez que asumió, prosiguió con esa práctica exitosa.
El viernes por la tarde, según contó a Infobae, estaba en su oficina y decidió ir a visitar el área municipal encargada de la recolección. Al llegar, pasadas las 19, intercambió algunas palabras con los responsables y luego les dijo: “Voy a salir a hacer el recorrido con los muchachos”.
De inmediato, lo invitaron a subirse junto al conductor de uno de los camiones que estaban por partir. “No - respondió - Voy a ir atrás, con los muchachos, juntando las bolsas. Tráiganme un chaleco y los guantes”, pidió.
Minutos después, salió colgado de la parte posterior del recolector junto a otros empleados municipales. “Hay que tener buen estado para la tarea - confesó - te tenés que tirar del camión en movimiento, correr a juntar las bolsas, arrojarlas al compactador y volver a colgarte. Sin parar”, indicó.
Tras la experiencia, Azcue adelantó que buscará mejorar la remuneración de los empleados de limpieza, servicio que en la ciudad presta directamente el municipio.
Además, intentará que los vecinos se comprometan más, respetando los horarios para sacar los residuos, colocándolos en los cestos correspondientes y en bolsas para poder manipularlos correctamente. En Concordia se intentó hace unos años instalar contenedores por cuadra, pero la medida fue descartada por la constante vandalización.