Hasta anoche, más de un mes después del desembarco de Javier Milei en la Casa Rosada, el Gobierno aún no había definido a su secretario de Culto y al representante del país ante el estado Vaticano, es decir, el Papa Francisco. Pero este jueves se destacaba, según fuentes internas, sobre el resto de los postulantes para el área de Culto, dependiente de Cancillería, el ex diputado Francisco Sánchez, cercano a Patricia Bullrich, un dirigente ultraconservador que durante la pandemia festejó la puesta en escena con bolsas mortuorias con nombres de dirigentes del kirchnerismo en la Plaza de Mayo y que, además, pidió en su momento la “pena de muerte” para la ex presidenta Cristina Kirchner.
En ámbitos eclesiásticos, también dentro del Ejecutivo, la demora en la designación del secretario de Culto -que administra el vínculo con todos los cultos pero en el que tiene especial gravitación la Iglesia católica- y del embajador ante la Santa Sede empezó a convertirse en las últimas semanas en un tema inquietante. Más aún porque la danza de nombres para ambos puestos acumuló, en un mes de gobierno, figuras variopintas, de los más diversos sectores, orígenes y padrinazgos. Según supo Infobae, hubo al menos tres dirigentes que, a la distancia, desde Buenos Aires, intentaron obtener la bendición de Francisco para quedarse con la representación del país ante el Vaticano. Los nombres no trascendieron, pero sí es vox populi que se trata de una práctica que al Papa no le causa ninguna gracia.
Ayer, en su tradicional conferencia de prensa matutina, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que Milei había decidido invitar oficialmente a Francisco al país. “En estos momentos, le está enviando una carta a Su Santidad, el Papa Francisco, invitándolo a visitar la República Argentina”, resaltó.
La carta tiene fecha del lunes 8 de enero, el día en que se empezó a escribir, pero según el vocero presidencial fue enviada y firmada por el jefe de Estado este mismo jueves, en el momento en que la Casa Rosada decidió hacerla pública. Según fuentes de la Conferencia Episcopal Argentina, a cargo de monseñor Oscar Ojea, se enteraron también por la conferencia de prensa de este jueves. Tiene lógica: el texto, según el protocolo, debería haberse enviado a través de la nunciatura.
Infobae quiso saber si la canciller Diana Mondino, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, o algún emisario del Presidente se comunicó antes del anuncio público con interlocutores del Papa para avisarle, en privado, de la invitación y del contenido del texto. Adorni no contestó los mensajes de este medio. El lunes, la hermana del mandatario había recibido en Casa Rosada a Ojea, una reunión, según trascendió, que había sido pautada con anterioridad, que fue para fortalecer las relaciones y en la que el jefe de la CEA le informó sobre el proceso de renuncia de los aportes del Estado para los sueldos de los obispos, que se terminó de materializar a fin del año pasado. “No se habló nada de la visita, ni de cargos, ni nada de eso”, aseguró una fuente al tanto del encuentro.
La fecha de la reunión coincide con la de la carta.
Hubo, sin embargo, un cónclave que tuvo lugar este miércoles y que motivó que el ministro Guillermo Francos se fuera a las apuradas del Congreso, entre gritos de la bancada K: tenía que reunirse a la hora del almuerzo con un grupo de obispos en la casa de la ex diputada Cristina Guzmán, según publicó el diario Clarín. Un gesto de distensión. Allí se habría hablado de la carta que se oficializaría al día siguiente. Guzmán, dijeron en su entorno, no oculta sus deseos de irse al Vaticano. Tiende permanentes lazos con la Iglesia. Y línea directa con Mondino.
En la Cancillería, la demora en los nombramientos es un tema tabú. Hasta ayer, el ministro Alberto Balboa Menéndez, con dos décadas de experiencia en Culto -segundó a Juan Pablo Cafiero y a Eduardo Valdés en la embajada en Roma-, seguía a cargo de la firma. Pero el nombre de Sánchez, que tiene aspiraciones electorales en la gobernación de Neuquén y que, según trascendió, podría asumir en ese lugar para darle volumen al proyecto político de la ministra de Seguridad -está en plena pelea interna por la jefatura del PRO con Mauricio Macri-, había cobrado mayor notoriedad.
Lo cierto es que, cuando asumió Mondino -la ministra asesoró al equipo de comunicación presidencial en la redacción de la invitación papal-, había circulado que la Canciller quería a un diplomático de carrera para esa oficina.
También para la embajada vaticana, aunque hasta ayer la timba de nombres era un descalabro y todavía se levantaban apuestas en el Palacio San Martín y entre los sectores en pugna interesados en ese lugar.
Sonó desde Cynthia Hotton, que se ocupó personalmente en figurar, hasta Victoria Morales Gorleri, que fue nombrada en el gobierno porteño. Uno de los primeros mencionados fue Adalberto Rodríguez Giavarini que, según confiaron, rechazó la invitación. Hay ministros del gabinete que también acercaron otras opciones. Por ejemplo, Francos. La ex embajadora en la OEA Paula Bertol, de bajísimo perfil, también habría sido propuesta.
En las últimas semanas, de todos modos, apareció otro candidato. Se trata del empresario Jorge O’Reilly, muy ligado a los sectores más conservadores de la Iglesia que, según su entorno, no ve para nada con malos ojos la idea. “Está para ayudar a fortalecer el vínculo y representar al gobierno”, aludieron. En los próximos días, según fuentes de la Cancillería, podría haber novedades. El empresario, dueño de la desarrolladora Eidico, con fuerte presencia en la zona norte del Gran Buenos Aires, tuvo varias conversaciones con Ojea en los últimos años.
O’Reilly, además, tiene vínculo con Santiago Santurio, diputado de La Libertad Avanza, de buenos nexos con parte de la Iglesia. Según resaltaron fuentes oficiales, el propio Milei habría avalado las gestiones, a pesar de que no tiene vinculación con el empresario. Tampoco Mondino.
Quince años atrás, durante el segundo gobierno kirchnerista, con Jorge Mario Bergoglio al frente del Arzobispado de Buenos Aires, O’Reilly fue señalado como parte de una operación para desprestigiar al arzobispo. Fuentes de la Iglesia y cercanas al empresario abundaron en que, después de ese episodio que fue reflejado de manera incesante por los medios, el desarrollador y Francisco aclararon los cortocircuitos. O’Reilly, de hecho, tiene su foto con el Papa, al que visitó en más de una oportunidad en Roma.
La indefinición del Gobierno se transformó, puertas adentro, en una cuestión de Estado, en un rubro que la anterior administración de Alberto Fernández nunca pudo enderezar por los sucesivos errores que el propio ex presidente cometió en el manejo de la relación con Roma. No solo por la decisión de impulsar la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en las fiestas navideñas del 2020. Si no porque Fernández se empeñó, cada vez que pudo, en ventilar información que el Papa hubiese preferido conservar en la intimidad del vínculo. Una tentación en la que suelen caer todos los gobiernos.
Le pasó, semanas atrás, a esta gestión en los primeros días de Milei al frente del Ejecutivo: desde el corazón de la Casa Rosada dejaron trascender que, después de pasar por Davos -el presidente prevé viajar este lunes al foro económico suizo-, el jefe de Estado podía visitar al Papa en Roma, “de pasada”. Se sabe que a Francisco, como a cualquier líder, le importan las formas. “No le gusta que lo usen de escala”, resaltaron.
En ese contexto, Milei se verá con el Papa el mes próximo en una audiencia privada. El viaje fue confirmado esta mañana: el Presidente estará en Roma el 11 de febrero para la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, popularmente conocida como Mama Antula, que ese día se convertirá en la primera santa mujer argentina -el primero fue el cura gaucho José Gabriel Brochero, en 2016, una ceremonia a la que asistió Macri-, un evento que tendrá lugar en el Vaticano. Mama Antula había sido beatificada en el 2016 durante una multitudinaria misa celebrada en Santiago del Estero, su tierra natal, después de que Francisco aprobara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador. María Antonia de Paz y Figueroa murió en marzo de 1799 a los 69 años: está sepultada en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced, en la Ciudad. Por eso también se especuló con que podrían viajar autoridades porteñas.
Milei había logrado hablar telefónicamente con Francisco antes de asumir la Presidencia por intermedio del oftalmólogo papal, a través de una gestión iniciada por el legislador Ramiro Marra y después de que tuviera que pedir en un par de oportunidades disculpas públicas por sus muy polémicos dichos sobre la figura del Papa durante la campaña: dijo que tenía afinidad con “comunistas asesinos” y que era el “enviado del maligno en la tierra”.
Desde su asunción, la vicepresidenta Victoria Villarruel se ocupó en entablar mayores relaciones con la Iglesia e hizo averiguaciones para el viaje a Roma que se confirmó este viernes. Se especula que el jefe de Estado podría llevarle el nombre del nuevo representante del país en ese destino. Según fuentes de la Iglesia, María Fernanda Silva, la ahora ex embajadora, cercana al Papa, que el Gobierno oficializó semanas atrás en una resolución de Cancillería que debía volver al país, ya no estaría para ese momento en la residencia de la Via della Conciliazione.
Francisco, según trascendió, mandó a decir que su intención no era imponer ningún candidato de reemplazo: que esperaba que la Casa Rosada le acercara el o los nombres de los postulantes. Hasta anoche, igual que en Culto, todavía había una cuenta pendiente.