A medida que se complejiza el debate en el Congreso sobre la Ley Ómnibus y el DNU, pilares del Gobierno, Javier Milei empezó a formalizar y robustecer su equipo de asesores en las sombras, suma nuevos actores y amplía las facultades de sus funcionarios. El Presidente se dispone a contratar formalmente a dos de sus principales colaboradores políticos, el consultor Santiago Caputo y el ideólogo del decreto, Federico Sturzenegger; sumará como asesor al ex funcionario macrista Demián Reidel; y ordenó ampliar las atribuciones de su secretario de Comunicación, Eduardo Serenellini, que multiplica día a día los contactos con el sector privado.
Milei tiene decidido nombrar como asesor presidencial a Reidel, ex vicepresidente segundo del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando se transformó en mano derecha de Federico Sturzenegger. El primer mandatario estaba decidido a sumar al Gobierno al físico y economista, que integró las filas de JP Morgan al igual que el ministro de economía, Luis Caputo, otro ex funcionario de Cambiemos. En la previa de la toma de mando, le había propuesto liderar el Banco Central, pero recibió una negativa por parte del académico, que tiene aceitados vínculos con Wall Street. Y ahora logró incorporarlo a su gabinete.
Mientras tanto, Milei tiene planeado darle un cargo formal a Santiago Caputo, consultor proveniente de las filas del gurú del macrismo, Jaime Durán Barba, entre 2011 y 2015, que trabajó para cuentas en el extranjero y en 2022 se sumó a las filas de La Libertad Avanza dentro del círculo más estrecho de Milei. Hasta ahora había preferido quedarse en las sombras, pero en los últimos días se decidió corregir esa situación, por demás irregular, para evitar inconvenientes.
Es que el especialista en comunicación tiene un rol muy activo en la administración del Estado. Trajina todos los días los pasillos y despachos de la Casa Rosada; tiene oficina en el Salón de las Mujeres, donde desplegó el equipo de comunicación digital que está compuesto por unos diez técnicos; y participa en muchas de las reuniones oficiales. Esta semana estuvo en uno de los primeros encuentros de la mesa chica que convocó Milei en Olivos, a donde se mudó el lunes, de la que también participaron la hermana del jefe de Estado, Karina, secretaria General de la Presidencia. En Balcarce 50 aseguraron que decidieron nombrarlo por cuestiones “administrativas”.
Lo mismo ocurrirá con Sturzenegger, el autor de una parte de la Ley Ómnibus y del grueso del decreto que basó en el plan económico y administrativo liberal que venía preparando desde hace cinco años, y adaptó desde noviembre para el gobierno libertario (aunque antes se lo había entregado a Patricia Bullrich). Sería nombrado al mando de una unidad transitoria, cuya denominación y detalles aún no se conocen, también para regularizar su intervención en la gestión, luego de que todo el arco político opositor arremetiera contra el Gobierno por justificar la ausencia del cerebro detrás la ley en las reuniones informativas del Congreso sobre ese proyecto con el argumento de que no tiene cargo.
Por último, Serenellini, que desembarcó hace diez días en la Casa Rosada, amplió notoriamente las atribuciones habituales de un secretario de Comunicación. El ex conductor televisivo, que reemplazó a la pasajera consultora Belén Stettler y tiene vínculo directo con Javier Milei, cultiva una agenda pública mucho más cargada que la mayoría de los ministros, y se dispone a aceitar especialmente la relación con el establishment.
Desde que tomó el mando del área, además de participar de las reuniones de Gabinete los martes y jueves, organizó y concretó una profusa serie de encuentros con los dueños de compañías. Y si bien tuvo algunas actividades estrictamente relacionadas con su rol -como recibir a directivos del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) y congregar a los voceros de los ministerios-, ya se reunió, por separado, con directivos de cinco áreas empresariales: la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME); de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), del mercado inmobiliario y de la industria turística. Además, estuvo con el jefe de Promoción Económica, Comercial y Cultural de la Embajada de Italia, Dario Savoritti, para planear las visitas de empresarios italianos interesados en “comerciar con Argentina en el marco del nuevo Gobierno, que escucha al sector privado”, según dijeron desde la Presidencia.
En todos los casos, el objetivo declamado fue “analizar” o “evaluar” los beneficios del DNU y la Ley Bases para cada sector. Pero en la sede nacional confiaron que su tarea, paralela a la comunicacional, será reunir adhesiones para esas iniciativas, especialmente, y en principio, con los puntos relacionados con las normativas laborales. Una prioridad para la Presidencia, donde listan las actividades de Serenellini en el primer lugar de la lista de la agenda oficial diaria, por encima de las que tienen previstas los ministros cada mañana.
Para la semana que viene, Serenellini tiene planeado armar un encuentro entre el Ministro de Economía, Caputo y representantes de otras cámaras empresariales que apoyan la reforma laboral. Varios de ellos, deslizaron en Gobierno sin dar nombres, presentaron acciones ante la Justicia para defender la iniciativa, que se encuentra en jaque por la medida cautelar dictada por la Cámara del Trabajo a partir de un amparo interpuesto por la CGT, y amenazada por las presentaciones judiciales de asociaciones civiles.
En la Casa Rosada reconocieron que sus actividades exceden las atribuciones habituales de un secretario de comunicación, que oficialmente se encarga de asistir al Ejecutivo en la elaboración de los mensajes, discursos y declaraciones públicas; así como de la relación con los medios privados y el manejo de los públicos y la distribución de la pauta oficial (aunque en este caso esa tarea no correría, desde que Milei ordenó frenarla al menos por un año por la crisis). “Estamos colaborando todos con el DNU y la ley Ómnibus. Defendemos en el Congreso y ante el sector privado para que todos entiendan lo que se necesita”, dijeron en la Casa Rosada sobre el perfil todoterreno de Serenellini.
El funcionario tiene en agenda uno de los temas más espinosos de la gestión de Milei: la venta de la agencia oficial Télam. Pero por ahora mantiene en secreto sus planes para el área. La última novedad fue hace dos semanas, cuando su predecesora Stettler, recibió a la comisión directiva de la agencia oficial de noticias, incluida Bernarda Llorente, pero no les aceptó la renuncia porque no estaba previsto aún cómo proseguir.