Una encuesta relevó el impacto que tuvo en la opinión pública el decreto de necesidad y urgencia destinado a aplicar profundas desregulaciones en la economía y las reformas de la denominada “ley ómnibus”, dos iniciativas que anunció el presidente Javier Milei, que propusieron en más de 1.000 artículos cambios y derogaciones en cerca de medio millar de leyes y normativas.
Se trata de un relevamiento realizado por Julio Aurelio-Aresco, que dirige Federico Aurelio, y que registró en las últimas dos semanas de diciembre pasado, cuando ya se habían producido los anuncios del DNU y el proyecto de ley “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”- cómo reaccionó la sociedad ante dos medidas que son clave para el inicio de la gestión.
El experto en opinión pública recordó que la última medición, que Infobae reveló hace dos semanas, había registrado un aumento en la imagen positiva tanto personal de Milei, como también del incipiente gobierno. Según ese relevamiento -que está en plena elaboración y que acá se publica un anticipo-, se habían reducido en los primeros días de la llegada al poder del nuevo presidente el segmento de votantes con una posición abiertamente crítica del líder libertario. De acuerdo con esa medición, Milei había logrado ampliar su base original de sustentación electoral, del 55%, que consiguió en el balotaje ante Sergio Massa.
Después de esos días iniciales de fortaleza y de expansión, Federico Aurelio detectó en sus mediciones que empezó a darse un fenómeno distinto. “No responsabilizo de ese cambio al anuncio del DNU, porque la gente está alejada de lo que significa un decreto de necesidad y urgencia, pero la gente no está alejada de la inflación y de los efectos que eso provoca en los ingresos”, reconoció.
El director de Aresco describió que en los últimos días del año pasado empezaron a sentirse en los sectores medios las consecuencias de las medidas tomadas en el inicio del gobierno de Milei. Estamos hablando de un plan ultra ortodoxo, que incluyó medidas destinadas a estabilizar una economía que venía en caída libre -sin dólares, y con una brecha de más del 100% y un Banco Central quebrado- a frenar el déficit fiscal y la emisión y ordenar una extrema distorsión de precios relativos.
Cuestión de números
¿Pero entonces qué se empezó a ver? Federico Aurelio explicó que en las últimas semanas de diciembre, en encuestas realizadas en todo el país, la gestión de Javier Milei recogió un 46% de imagen positiva, mientras que el 37% fue negativa y un 14% regular. “Si extiendo ese regular, entre regular positivo y regular negativo, estamos hablando de un 54 a 44, calcado con el resultado electoral”, explicó el analista político.
Algo parecido ocurre con la imagen en términos personales de Milei. En ese sentido, el director de Aresco describió que sus números indican que en las últimas dos semanas el presidente se mantuvo en el orden del 56% a 42% de imagen positiva versus la negativa.
El analista de opinión pública describió que son números que muestran el impacto fuerte de las consecuencias inevitables que tienen los planes de ajuste y estabilización, tras los desequilibrios que recibió la nueva administración del gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa.
“En líneas generales, el acompañamiento que tiene Milei está en valores similares al voto. Cuando se analiza en detalle las distintas decisiones que se incluyeron tanto en el DNU como en la ley ómnibus predomina el equilibrio, la paridad entre de acuerdo y en desacuerdo, pero también asoman posiciones críticas sobre cuestiones puntuales”, explicó Federico Aurelio.
En ese sentido, mencionó que en las encuestas aparece una mirada crítica sobre la herramienta DNU, frente al debate en el Congreso del plan de gobierno. “Entre DNU o discusión en el Congreso, hay un 52 a 47 que opina Congreso”, explicó. Pero también resaltó que en cuestiones vinculadas a medidas específicas, en el caso de alquileres “la opinión mayoritaria es a favor de la derogación”.
“Cuando se pregunta sobre eliminar indemnización responden en contra. Las vinculadas con el trabajo tenían más desacuerdo, que acuerdo. Pero en sentido contrario hay opinión favorable sobre eliminar los controles de precios”, afirmó Federico Aurelio y resaltó: “En líneas generales, la posición de los argentinos está bastante equilibrado”.
Sobre este aspecto, reconoció que ante otra experiencia de llegada de un nuevo gobierno podría tomarse como negativo que en el inicio de la “luna de miel”, cuando los gobiernos llegan, en vez de tener un margen muy positivo de su gestión hay una paridad. Pero el titular de Aresco matizó esa opinión: “Argentina viene transitando una crisis profunda desde hace muchos años y ahora se acentúa una mala situación por todas estas medidas que se están tomando para estabilizar, que en un punto intensifican la inflación. Que tenga levemente favorable o equilibrado, no deja de ser positivo, porque Milei está atravesando en este momento la etapa más crítica del plan de ajuste”.
“Si las medidas de ahora obtienen resultados positivos, indudablemente va a tener un crecimiento mayor en su imagen. No hay ninguna duda que la, frente a los costos que implican un ajuste, que Milei tenga un acompañamiento de la mitad de la sociedad es un dato más favorable para el presidente”, describió el director de Aresco, quien recordó que Javier Milei llegó a la Presidencia con votos que no eran sólo de su núcleo duro, sino que provinieron de otros electores, de Patricia Bullrich y de Juan Schiaretti.
En ese sentido, recordó que su base, que lo eligió en las PASO y en la primera vuelta estuvo en torno al 30% y que a partir de ese escalón construyó una nueva mayoría. “El gran dilema que aparece ahora es cuánto van a estar dispuestos a aguantar el sacrificio la clase media y los que no lo votaron originalmente. Hay hoy un 44% que no lo votó y que hasta que no vea que su bolsillo mejora no va a cambiar de opinión”, afirmó. Y le dio un anclaje a ese sujeto electoral que suele ser oscilante: la clase media.