La Federación Nacional de Trabajadores Camioneros, que lidera Hugo Moyano, cerró su primer aumento salarial en el gobierno de Javier Milei: para compensar la última estampida inflacionaria, los trabajadores recibirán un 12,5% en enero y un 21% en febrero. Y en este último mes comenzarán las negociaciones para definir los nuevos incrementos que regirán para el bimestre marzo-abril de 2024.
Se trata de una recomposición en sintonía con la política salarial fijada la Casa Rosada, que alienta acuerdos bimestrales con una proyección inflacionaria del 20%, pero en este caso sin ninguna cláusula gatillo de actualización automática, recurso que el Ministerio de Economía acepta que se incluya en los convenios con la expectativa de que no se reduzca el poder adquisitivo de los salarios.
La mejora obtenida por el gremio de Camioneros consiste en un aumento adicional en los salarios del convenio colectivo 40/89 a partir del 1° de enero de 2024 del 12,5% sobre los salarios de diciembre de 2023, que se suma al porcentaje pendiente pactado en los acuerdos del 24 de agosto pasado, y a partir del 1° de febrero un incremento del 21%, también sobre los sueldos de este mes.
En la práctica, explicaron en el sector, el aumento de enero era de 18% sobre la base de agosto y real era 12,59% sobre diciembre. A ese porcentaje se le sumará un 12,5%, que elevará a 25,09% el incremento para enero. Para febrero la mejora es de un 21% sobre los sueldos de diciembre.
El acuerdo fue firmado con una sola de las cámaras empresariales del sector, la Federación Argentina de Entidades de Transporte y Logística (FAETYL), y se estima que en las próximas horas se sumarán las otras dos, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) y la Confederación Argentina del Transporte Automotor Cargas (CATAC).
Moyano había reclamado a los empresarios del transporte automotor de cargas la revisión de la paritaria firmada en agosto pasado, que contempló un incremento salarial del 61% por seis meses, por pagarse en 3 cuotas no acumulativas (25% en septiembre, 18% en noviembre y 18% en enero de 2024), y las partes se comprometieron a revisar la mejora recién en febrero próximo.
Sin embargo, las autoridades de FAETYL, según consta en el acta firmada esta semana, manifestó “la imposibilidad de acceder al requerimiento del sindicato, pero, para preservar la paz social del sector y contribuir al sostenimiento de la actividad económica en general, ha extremado los esfuerzos” para formular una propuesta de incremento salarial para el período enero-febrero de 2024.
El sindicato de Moyano es el segundo de los más poderosos del país que firmó un aumento desde la asunción de Milei. El primero fue la Asociación Bancaria, que encabeza Sergio Palazzo, que el 14 de diciembre pasado cerró un acuerdo con las cámaras que le permitirá sumar una mejora del 6,2% retroactiva a noviembre, base diciembre 2022, por la aplicación de la cláusula gatillo, más un adelanto del 40% para diciembre con la misma base 2022. Eso significa un total acumulado del 188,2% entre enero y diciembre de 2023, que se actualizará automáticamente y retroactivo a este mes.
Cinco días más tarde, luego de que el Ministerio de Economía definió la política salarial, el primer gremio que firmó las paritarias a tono con las pautas del Gobierno fue la Federación Argentina de Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas, que lidera Fabián Hermoso: el acuerdo firmado consistió en un 15% para noviembre, 16% para diciembre y 16% para enero.
Según lo decidió el ministro de Economía, Luis Caputo, y fue transmitido al secretario de Trabajo, Omar Yasín, desde la Casa Rosada se alentarán acuerdos trimestrales con cláusula gatillo de actualización automática. “Sin topes salariales porque las paritarias son libres”, aseguran.
La inclusión de la cláusula gatillo obliga a los empresarios a compensar un eventual desfase inflacionario, por lo que si se generaliza se convertirá en una señal de buena voluntad de Milei hacia los sindicatos en un período en el que se estima una fuerte alza del costo de vida.
En el Gobierno aseguran que esta pauta salarial no aumentará aún más la inflación a raíz de la aplicación de la cláusula gatillo en medio de índices del costo de vida muy elevados: “Creemos que no porque se utilizará por períodos cortos, no de manera permanente”, afirman.