La semana entre Navidad y Año Nuevo volverá a ser intensa para la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya que nuevamente se pondrá a prueba el protocolo de seguridad que impuso para contener el reclamo social. Pero esta vez lo hará frente a dos grandes movilizaciones que incluirán cortes de calles y de rutas.
Así, la CGT dispuso para el próximo miércoles realizar la primera medida de acción directa contra el DNU firmado por el presidente Javier Milei para desregular la economía. Aún no están definidos los detalles de la manifestación. Un sector promulga que solo se movilicen los dirigentes y los cuadros sindicales y otro que sea acompañado por columnas de algunos de los gremios que ya se perfilan como más combativos al gobierno libertario, como Camioneros.
En ese sentido, Pablo Moyano fue uno de los más duros a la hora de declarar respecto del accionar de Bullrich y su protocolo, y planteó que la ministra busca “hacerse la guapa, aunque ya no asusta a nadie”. En diversas declaraciones radiales, también ironizó sobre el protocolo antipiquetes al señalar que “la ministra pretenderá el miércoles que miles y miles de trabajadores circulen por la vereda o las ridículas bicisendas”.
“Espero y deseo que la movilización y las presentaciones judiciales terminen temprano, porque si se retrasan y esta señora ministra almuerza, seguro nos mandará los tanques de guerra”, concluyó.
Pero mientras Bullrich buscará saturar los ingresos a la Ciudad de Buenos Aires con controles a personas en el transporte público o deteniendo autos y combis particulares, y coordina el operativo dentro de CABA, en la provincia de Buenos Aires se va a tener que enfrentar con dos viejos conocidos y un problema organizativo. Otro foco de conflicto.
El piquetero Luis D’Elía, de la Federación de Tierra y Vivienda, y Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa, dos dirigentes surgidos al calor de las gomas quemadas de los cortes de ruta de 2001, reeditarán el próximo jueves lo que en ese momento se conoció como el “Matanzazo” y volverán a cortar la ruta provincial 3.
El lugar elegido será Isidro Casanova, en el paso del ferrocarril Belgrano Sur, como lo fue hace 22 años, pero se replicará en otros 10 lugares más. Frente a la posibilidad de que las fuerzas de seguridad que comanda Bullrich busquen levantar el corte de ruta, el líder piquetero ya advirtió: “No se olviden que en esa zona estamos rodeados de barrios que van a salir a defenderse”.
Además, y como si eso fuera poco, Bullrich y su protocolo de Seguridad deberán enfrentar el problema que significa una incursión federal en tierra provincial. La ruta es una vía provincial en donde la jurisdicción es de las fuerzas de la provincia de Buenos Aires, administración que ya anunció que no aplicará la normativa.
A esto se le suma que los líderes piqueteros confirmaron que cuentan con el apoyo de Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza. Una incursión de las fuerzas federales sin autorización de la administración de Axel Kicillof implicaría un choque de frente con el gobierno de la provincia de Buenos Aires
El Decreto de Necesidad y Urgencia tiene que ser enviado al Congreso, en donde aún están en discusión sobre la conformación de la comisión bilateral que deberá tratarlo. Mientras tanto, y como un remake del año 2001, pero recargado, los movimientos sociales y sindicales se unen en los reclamos que empiezan a multiplicarse en las grandes ciudades del país bajo la atenta mirada de la ministra Bullrich.
La semana pasada, la ministra de Seguridad convocó en el Cuartel Central de la Policía Federal a una reunión con sus pares de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, y el porteño, Waldo Wolff, para armar un Comando Unificado para operar, entre otras instancias, en la disolución de piquetes y movilizaciones callejeras. El representante de Kicillof agradeció la invitación pero se retiró. Tenía otras órdenes de Kicillof.