El Comité Nacional de la UCR, que preside Martín Lousteau, hizo explícita su posición al día siguiente de que Javier Milei anunciara el mega decreto con reformas económicas, contractuales y laborales.
A través de un comunicado, el partido centenario le pidió a Milei que convoque a sesiones extraordinarias del Congreso para poder tratar cada iniciativa por separado. “Por la vía del DNU resulta imposible hacer este trabajo, porque solo se puede aprobar o rechazar en su totalidad. Y en el contenido hay cuestiones positivas, pero también otras muy preocupantes”, señalaron.
En esa línea, propusieron que la Casa Rosada envíe al Congreso un proyecto de ley “espejo”, es decir, que contenga los mismos puntos que el DNU pero que sea debidamente tratado por ambas Cámaras.
El planteo, que iba en línea con los deseos de otros sectores de la oposición, fue descartado por el ministro del Interior Guillermo Francos a las pocas horas. Para los libertarios, los tiempos del Congreso son demasiado prolongados y perjudican la estrategia de shock que impulsan desde la Casa Rosada.
Sin embargo, en el radicalismo las posturas no son unánimes. Eso quedó cristalizado en la reunión del bloque que los diputados radicales tuvieron este mediodía. Allí algunos correligionarios defendieron la postura maximalista de avalar el decreto, mientras que otros plantearon caminos intermedios.
Una de las posibilidades consiste en que el Gobierno libertario “desglose” el decreto en varios decretos acotados. Esto permitiría rechazar los puntos que entran en contradicción con la Constitución, mientras se avalan las reformas económicas y laborales. “Por más que yo estoy de acuerdo, no hay ninguna urgencia en permitir que los clubes de fútbol se conviertan en sociedades anónimas”, detalló uno de los legisladores que participó del encuentro. Así, los libertarios tendrían el camino despejado para avanzar en el corto plazo con el núcleo duro de sus propuestas.
“Si el Gobierno no evalúa enviar las leyes correspondientes al Congreso, que es el camino adecuado, pueden ayudar las aprobaciones parciales sobre gran parte de las propuestas, o bien que el Gobierno esté dispuesto a remitir las reformas de forma segmentadas en varios DNU para su tratamiento”, publicó en las redes sociales Rodrigo de Loredo, nuevo jefe de la bancada.
Pero también se discutió otro camino: reformar la ley 26.122 de 2006, impulsada por el kirchnerismo, que estipula que la comisión bicameral de Trámite Legislativo debe avalar o rechazar el DNU en conjunto. Este cambio, que recién podrá hacerse en marzo mediante una ley (no por decreto), serviría al mismo objetivo, que el radicalismo rechace solo algunos de los puntos pero mantenga el corazón de la reforma libertaria.
“El radicalismo le quiere hacer entender a los libertarios que si van a una votación en marzo, el DNU se va a caer. Entonces arrancarían rengos el año”, analizó un hombre del partido centenario.
Por el momento, los libertarios apuestan a exponer ante la opinión pública a los sectores -”de la casta”- que rechazan las políticas del nuevo gobierno. Por eso, desde el radicalismo pensaron una táctica para anular los argumentos de Milei: presentar proyectos propios en el Congreso con los puntos de DNU en los que hay consenso.