El senador y presidente de la Unión Cívica Radical, Martín Lousteau, le pidió hoy a Javier Milei que retire el decreto de necesidad y urgencia que desregula la economía anunciado anoche por cadena nacional y que envíe al Congreso Nacional una ley espejo con el mismo contenido, para que pueda ser discutida artículo por artículo.
El dirigente se expresó de esa manera tras un análisis pormenorizado que hicieron los equipos técnicos del radicalismo del DNU que fue comunicado por cadena nacional por el presidente, junto a la mayoría de los integrantes de su Gabinete, en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
Ese estudio, al que tuvo acceso Infobae, releva cada uno de los 366 artículos que componen el decreto que presentó una profunda, masiva y extensa desregulación de la economía, denominado “Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina”. En ese informe se detalla cada ley que fue modificada, con el texto original y el que quedó establecido por la nueva norma firmada por el presidente Milei en acuerdo general de ministros.
Lousteau estuvo desde anoche en contacto con gobernadores, diputados, dirigentes partidarios y los equipos técnicos y legales que tiene la UCR para expresar una posición fundada sobre el decreto. Según pudo saber Infobae, anoche mismo el presidente del radicalismo había detectado graves inconsistencias en el articulado, pero esperó el trabajo que elaboró asuntos públicos y parlamentarios.
Si bien coincidió la UCR con el rechazo que expresaron los distintos bloques con representación parlamentaria, se diferenció en varios aspectos de los sectores opositores más cerrados, el kirchnerismo. Es que el senador se expresó “de acuerdo en que debemos cambiar muchas cosas en Argentina, entre ellas el improductivo desempeño de partes de nuestro Estado y regulaciones que traban el buen funcionamiento de diversos sectores de la economía”.
Pero cuestionó que sean las propuestas de reformas realizadas mediante un DNU que supone que sea aceptado o rechazado de plano, sin posibilidad de modificar nada de su contenido. Por eso, Lousteau planteó como una solución política para atender la necesidad de un cambio profundo que permita la apertura de la economía, que Milei anule el DNU y que presente, en cambio, una ley espejo, que incorpore todo su articulado para, así, poder discutir reforma por reforma.
En el informe que recibió Lousteau y la cúpula de la UCR se destaca que no existen casos de derogación de un DNU por el Congreso, y que una situación de ausencia de apoyo político para una medida de este estilo de un presidente ocurrió con el DNU 54 de 2017, que Mauricio Macri firmó para modificar la ley de ART. “La comisión bicameral de trámite legislativo avanzó en declararlo inválido y el Gobierno volvió otra vez sobre sus pasos y, ante las críticas que llovieron de múltiples sectores, decidió dar marcha atrás”, resaltó el informe.
El siguiente es el mensaje que publicó Lousteau:
Anoche el presidente anunció un Mega DNU de una amplitud y longitud inédita. Estoy de acuerdo en que debemos cambiar muchas cosas en Argentina, entre ellas el improductivo desempeño de partes de nuestro Estado y regulaciones que traban el buen funcionamiento de diversos sectores de la economía.
Pero este DNU tiene 82 páginas con 366 artículos que derogan y modifican un sinnúmero de leyes y decretos. En el contenido del Mega DNU hay algunas iniciativas que pueden ser interesantes y otras irrelevantes para la agenda urgente. Otras pueden juzgarse como buenas, malas o realmente muy malas para las urgencias de la sociedad. Cada una de ellas merece un análisis riguroso e individual y para eso está el Congreso.
Pero los DNU no se pueden modificar: se aprueban o rechazan enteros. Además, con este método, en cuatro años podría venir otro presidente y mediante otro Mega DNU hacer exactamente lo contrario, lo que agregaría más incertidumbre e inestabilidad a la que ya padecemos. Ninguna reforma de fondo duradera puede lograrse de esta forma.
El respeto a la institucionalidad evita abusos que dañan la sociedad. Es sano hacer el ejercicio de pensar cómo reaccionaría uno si un presidente de signo político contrario al propio hubiera: 1) dado la espalda a la Asamblea Legislativa; 2) tomado medidas económicas con fuerte impacto para amplios sectores; 3) hubiera hecho exhibicionismo de fuerzas de seguridad y 4) dictado un DNU fuera de la legalidad que interfiere en múltiples áreas de la vida y la actividad. Así no funciona una democracia plena.
El presidente debería reemplazar este inválido DNU por una ley espejo que se pueda votar por capítulos, y convocar a extraordinarias para darle tratamiento urgente. Así las reformas positivas, que tendrán consenso, podrán sancionarse y las que no lo sean, evitarse. Toda otra alternativa, ya sea no hacer ninguna reforma o hacer las que no deberíamos, es mala para el presente y el futuro de los argentinos.