Entre Ríos tendrá que cancelar en febrero un pago de su bono externo y el Gobierno no cuenta con los recursos. Recurrir a un nuevo endeudamiento o reestructurar son las dos opciones que se le plantean al gobernador Rogelio Frigerio.
El Estado entrerriano deberá atender el primer vencimiento anual del bono en dólares lanzado en 2017 el día 8 del segundo mes del año. Son USD 64 millones sumando capital e intereses. Y el ex mandatario justicialista, Gustavo Bordet, dijo que dejó en caja 47 millones de dólares.
La diferencia de USD 17 millones no parece tanta. Sin embargo, en Entre Ríos “no hay plata”, como sentenció el presidente Javier Milei. Hay un dato que sustenta esta afirmación: la administración de Frigerio tendrá que endeudarse en $30 mil millones para poder pagar en enero los sueldos de maestros, enfermeros, médicos, policías y empleados del Estado.
En su discurso de asunción del lunes 11, el actual Gobernador advirtió a los ciudadanos de su provincia sobre la ausencia de ese monto de dinero. En ese momento, el Gobierno necesitaba unos 6.800 millones de pesos para conseguir los billetes norteamericanos, una cifra que representaba un 27% de la recaudación tributaria provincial. No obstante, 24 horas más tarde, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció un “sinceramiento” del tipo de cambio y el dólar oficial se fue a $ 820.
El salto de la divisa trajo aparejado que se precisen casi $14 mil millones de pesos para hacerse de los billetes verdes. Este equivale a comprometer un 55% de la masa impositiva propia de la provincia.
El escenario le deja a Frigerio dos alternativas. La primera es de cortísimo plazo: se trata de echar mano al saldo de endeudamiento que autorizó la Legislatura en el presupuesto 2024. Así podrá comprar los dólares y afrontar el compromiso. “La posibilidad de acceder al mercado externo o al doméstico para cubrir las necesidades de financiamiento dependerá de las condiciones macroeconómicas nacionales”, indicó a Infobae un estrecho colaborador del mandatario entrerriano.
Pero pasado este sofocón aparecerá en el horizonte el vencimiento de agosto por USD 62 millones, por lo que surge entonces la segunda alternativa. Pasa por reestructurar la deuda a través de una negociación con los tenedores de bonos.
El génesis
El comienzo de la historia del endeudamiento en dólares de Entre Ríos tiene a los mismos protagonistas que ahora, Frigerio y Bordet, pero en distintos roles. El peronista acababa de asumir la gobernación y estaba sentado sobre un volcán: la Provincia pagaba gastos corrientes a través del endeudamiento en pesos con letras de tesorería que se refinanciaban mes a mes, sumando al capital los intereses. Era una bola de nieve que se tornaba imparable. Según Bordet “no podía dormir” durante aquellos meses pensando en cómo desactivar el mecanismo.
Frigerio era el ministro del Interior de Mauricio Macri. En su rol de negociador con las provincias, articuló la única alternativa viable y a la que echaron manos otros estados provinciales: colocar deuda en dólares y transformar el endeudamiento de corto plazo en uno de largo aliento.
El título se lanzó en 2017 y vencía en 2025. Sin embargo, durante la pandemia, Entre Ríos entró en cesación de pagos y forzó una renegociación. Los bonistas amenazaron con una demanda en los Tribunales de Nueva York. Bordet aceptó las condiciones que le imponían y coló las suyas: las menores tasas (5%) serían mientras ocupe el gobierno y el grueso de los vencimientos correrían a partir de 2024, cuando su segundo mandato haya entrado en la historia.
En el entorno de Frigerio califican a la deuda en dólares como “la bomba” que Bordet dejó en la provincia. Es que entre 2024 y 2027 se acumularán pagos por USD 360 millones de capital (el 72%), la tasa subirá al 8,25% y sumará otros USD 100 millones de intereses.
Para intentar encontrar una salida a este meollo, el gobernador de Entre Ríos mantendrá reuniones de alto nivel con las autoridades nacionales en las próximas semanas.