La vicepresidenta Victoria Villarruel fue la primera figura de peso del Gobierno nacional que salió a responder a la advertencia de la CGT, que tras las medidas del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, dijo que no se quedará “con los brazos cruzados” ante los efectos que el plan tenga sobre los trabajadores.
Villarruel también fue consultada hoy sobre el aumento de precios que se registran desde hace días, y los adjudicó a la “herencia” que recibieron de la gestión de Alberto Fernández.
Ayer, en una reunión convocada de urgencia, la CGT consideró que “el ajuste de Milei castiga al pueblo y no a la casta” y que las medidas anunciadas por Luis Caputo “generarán una fuerte aceleración del proceso inflacionario que dinamitará el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores”, por lo que reclamó al Gobierno “una convocatoria al dialogo” porque “sigue siendo nuestra vocación contribuir a la gobernabilidad”, pero advirtió que “no se va a quedar de brazos cruzados”.
Hoy, la vicepresidenta le pidió prudencia al sindicalismo hasta que se tomen medidas.
“Es un Gobierno de cuatro días, así que espero qqe la CGT sea lo suficientemente prudente como para esperar que se tomen las medidas y, además, no adelantarse. No hace falta empezar con un grado de agresión o conflictividad social sobre algo que todavía no se especificó en los hechos”, afirmó Villarruel en declaraciones a los medios en la Casa Rosada, en donde participó de la reunión de Gabinete que encabezó el presidente Javier Milei.
La mesa chica cegetista, ampliada a otros sindicatos, analizó esta tarde en la sede de la UOCRA los anuncios económicos y su diagnóstico, expresado en un comunicado de prensa, fue muy duro contra el rumbo elegido por el flamante gobierno: “De acuerdo a lo pronosticado por las propias autoridades económicas del actual Gobierno, las medidas anunciadas ubicarán el índice inflacionario mensual entre un 20 y un 30%, al menos por el próximo cuatrimestre, situación que, de no ser acompañada por una política de ingresos ejercida a través del libre ejercicio de las negociaciones paritarias y de políticas activas compensatorias, pondrá a millones de argentinos y argentinas en una situación socioeconómica desesperante, sin garantías de poder acceder a sus necesidades básicas”, afirmó.
Para la central obrera, “las medidas anunciadas, más que un ajuste ortodoxo, son un disciplinador social” y a continuación agregó: “Ahogan a las provincias vía recortes impositivos y pretenden una transferencia de recursos de los trabajadores y jubilados a la Nación por la ausencia de una política de ingresos. Además, implican una fuerte paralización de la actividad económica con su consecuente puesta en riesgo de cientos de miles de puestos de trabajo”.
Con el título de “No es la casta, el ajuste lo paga el pueblo”, la declaración difundida por la CGT señaló que “no estamos ante un plan económico, estamos ante medidas desordenadas de ajuste”, mientras hizo hincapié en que “el ordenamiento de la macroeconomía no debe ser fundamento para cargar sus costos de manera inequitativa sobre la sociedad argentina”.
Vilarruel también fue consultada por los fuertes aumentos de precios que se registran desde hace varios días, que ponen presión a la ya alta tasa de inflación. La vicepresidente fue contundente y se lo adjudicó a la “herencia” que recibió el Gobierno.
“Es lo usual de todo Gobierno que empieza, que recibe una herencia como la que estamos recibiendo nosotros, que son 16 años de desmadre (por el kirchnerismo), y los cuatro del macrismo, son 20 años de una situación profundamente difícil para el pueblo argentino. Así que no sé qué otra herencia esperaban que recibiéramos. Magia no podemos hacer en cuatro días”, aseveró.
El primer mes del plan económico de Luis Caputo podría llegar con una inflación de 7% semanal, lo que daría una piso muy alto de suba de precios para diciembre, tras el impacto de la inflación y los fuertes incrementos en productos de consumo masivo, alimentos y combustibles. Ese 7% semanal forma parte de un escenario base que estimaron, de manera inicial, en el equipo económico. El panorama para los primeros meses del plan económico es de una aceleración inflacionaria muy marcada, con la expectativa de cortar la carrera nominal entrado el 2024.