El juez Andrés Basso asumió este jueves como nuevo presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (AMFJN), en un evento realizado en la sede de la entidad que contó con las presencias del juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y el presidente del Colegio Público de Abogados, Ricardo Gil Lavedra, entre otros reconocidos magistrados, consejeros y funcionarios judiciales.
“Es necesario redoblar todos los esfuerzos y sacrificios que sean necesarios para tratar de lograr consensos básicos sobre problemáticas puntuales que creo que nos interesan a todos”, manifestó Basso, quien es juez del Tribunal Oral Federal 3 que el año pasado condenó a Cristina Kirchner en la causa por la obra pública en Santa Cruz. Además, consideró que “la Asociación de Magistrados ocupa un lugar central en toda la incumbencia judicial”.
Y remarcó: “Debemos tratar de hacer una Asociación de Magistrados cada vez más fuerte para convertirla en un actor central de interlocución con los demás poderes. Eso solo lo podemos lograr si nosotros podemos lograr ciertos consensos, ciertas políticas institucionales básicas y que estemos todos de acuerdo, por supuesto con los matices propios de cada espacio. Pero ese es el objetivo que me he impuesto y espero poder llevarlo adelante: una Asociación más fuerte, un Poder Judicial más fuerte, que pueda velar por los intereses de los asociados, pero sobre todo del justiciable”.
Gil Lavedra, en su discurso, afirmó que la tarea de la Justicia “es vital en una sociedad democrática, sobre todo en épocas de incertidumbre, de incertezas”. En ese sentido, resaltó que “lo que le da integridad, estabilidad y previsibilidad a una sociedad es la Constitución y las leyes. Este es el marco necesario donde todo gobierno, cualquiera sea su ideología, tiene que respetar”.
“Los custodios de eso son ustedes, los jueces. Por lo tanto, no puede haber una democracia sin una justicia independiente”, enfatizó.
Luego llegó el turno de Lorenzetti, quien recordó que hace varios años, en la cena de la Asociación, habló un ministro “con muchísima agresividad contra el Poder Judicial”.
“Nosotros estábamos azorados. Y me acuerdo que nuestra queridísima y siempre recordada amiga Carmen Argibay me dijo ‘Ricardo, tenés que contestarle’. Eran momentos muy, muy duros, pero la contestación tenía dos aspectos. El primero era que él decía que el Poder Judicial no estaba cumpliendo con su rol, y lo que le contestamos nosotros, y en eso había una gran unidad, era que los jueces y juezas de todo el país ejercen la función con mucha dignidad, pero también con muchísima fuerza, y sin tener los recursos que son necesarios”.
Y agregó: “En ese momento le dijimos: ‘la responsabilidad es de ustedes, porque las reformas que se implementan quedan siempre por la mitad, las leyes que se sancionan no son consultadas previamente al Poder Judicial, las reformas institucionales que se deberían hacer deberían partir del Poder Judicial porque nosotros conocemos qué es lo que hay que hacer y qué es lo que no hay que hacer’. Y todo eso es algo que continúan en la actualidad”.
“Hoy tenemos una gran oportunidad, tanto la Corte Suprema, pero principalmente la Asociación de Magistrados, que es la que ejerce muchas veces el rol en las reformas, y junto con la abogacía, porque en eso hay intereses muy comunes y es necesario que haya un diálogo institucional con el Gobierno en todos los niveles para impulsar las reformas. Y creo que en eso tenemos que tener un rol activo”, destacó Lorenzetti.
Asimismo, sostuvo que “el Poder Judicial tiene que ofrecer las reformas”. “Por eso estamos trabajando con muchos de ustedes para definir cuáles son las principales reformas necesarias para hacerle llegar al ministro de Justicia. Esa es una tarea que tenemos en conjunto, la Corte y la Asociación de Magistrados”, puntualizó el juez del máximo Tribunal.
Por otro lado, recordó que la función del Poder Judicial “es poner límites a los demás poderes y defender los derechos de los ciudadanos”.
En su cierre, citó una frase del ministro inglés William Pitt: “La casa del hombre humilde es frágil. Entra el viento, entra la lluvia y a veces corre el riesgo de desmoronarse, pero no va a entrar nunca el rey porque siempre habrá un juez -y una jueza, diríamos ahora- que pondrá límites a la prepotencia real”. Lorenzetti explicó que “en definitiva, ese mensaje, que es muy antiguo y que transitó de generación en generación, hoy es el mensaje que casi todos los poderes judiciales en occidente están defendiendo”
“Esa es nuestra: nuestra tarea es poner límites al poder y defender los derechos a los ciudadanos”, concluyó.