Instalado en su despacho de la planta baja de la Casa Rosada, el recién desembarcado ministro del Interior, Guillermo Francos, empezó a acelerar las primeras reuniones políticas del gobierno de Javier Milei. Se mantiene al margen de la comunicación de las medidas de gobierno, aunque sigue de cerca las reacciones y formará parte de la estrategia de contención del los dirigentes gremiales y sociales. Como nexo con los gobernadores, mañana recibirá por primera vez a un jefe provincial en su despacho -el cordobés Martín Llaryora-, estuvo con dirigentes libertarios bonaerenses que ya piensan en 2025 y visitó la Cámara Nacional Electoral para dar impulso a una reforma en ese ámbito.
El ex asesor de Domingo Cavallo, que conoció a Milei durante el paso de ambos por Corporación América y se transformó en uno de los principales asesores del primer mandatario en la campaña, empezó a acomodarse en Balcarce 50 desde la primera hora del lunes y participó de las tres primeras, misteriosas reuniones de Gabinete que encabezó el Presidente junto al jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
Desde que entró en funciones no dio declaraciones a la prensa por prudencia -se decidió que el protagonismo al menos en los primeros días recayera sobre el presidente-, pero también porque el grueso de la atención estuvo puesto en las medidas económicas que anunciaría el martes por la noche el ministro de Hacienda, Luis “Toto” Caputo. Y los titulares de todas las carteras fueron instruidos desde la Presidencia para que mantuvieran el perfil bajo en el convulsionado contexto que se desataría después de la publicación del paquete de ajuste.
Mientras sindicatos, organizaciones sociales y empresarios, entre otros sectores, digerían el nuevo panorama económico, la primera actividad de Francos hoy fue recibir al titular de ATE, Daniel Catalano, uno de los dirigentes que planteó posiciones más duras, para escuchar sus reclamos y transmitir tranquilidad. Según pudo saber Infobae, el encuentro fue propiciado por el ministro para abrir un canal de diálogo con los trabajadores estatales, pero les transmitió que la postura del Gobierno será firme con respecto a la necesidad de recortar el gasto y reducir el déficit para bajar la inflación a largo plazo. “Vamos a defender la voluntad del Presidente”, dijeron.
La segunda reunión de la jornada también fue eminentemente política, en la CNE, donde participó de un acto por los 40 años de democracia, fue recibido por el presidente de la institución, Alberto Dalla Vía; el vicepresidente, Santiago Corcuera y el juez de Cámara, Daniel Bejas; y habló de impulsar una reforma electoral, más específicamente, la implementación de la polémica Boleta Única de Papel.
En el Congreso tiene media sanción un proyecto en ese sentido, impulsado por el peronismo cordobés. Y está vigente en varias provincias, pero nunca se aplicó a nivel nacional. “Debemos generar los consensos necesarios y trabajar con aquellos que transitaron estos 40 años de democracia para cambiar el sistema e ir por uno de boleta única”, dijo Francos, de manera directa, en el acto donde también estaba su par de Seguridad y referente de Pro, Patricia Bullrich.
Desde la cúpula de La Libertad Avanza están preparando desde hace semanas el famoso paquete de medidas que denominaron “ley ómnibus”, que, se había informado, podría contener una reforma en ese sentido. En particular se habían mencionado modificaciones en la ley electoral, que podrían implicar la eliminación de las PASO que para recortar el gasto público. Mientras la presentación de la ley se demora y sólo trascienden rumores sobre el contenido, el mensaje de Francos trae algo de luz sobre las intenciones de la flamante gestión nacional con respecto a la materia electoral, donde hay coincidencia en buena parte del arco partidario sobre la necesidad de cambios, aunque también controversias sobre el sistema de votación.
En busca de apoyos legislativos, justamente para aprobar esa ley, que implicará también reformas laborales y económicas, Francos se prepara para recibir mañana a Llaryora, que se perfila como uno de los pesos pesados del peronismo para la etapa que se abrió a partir de los últimos comicios. Tenían buena relación desde antes de la asunción, a pesar de que también el ex ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, había hecho varios intentos de acercamiento al jefe de Hacemos por Córdoba.
Pero como candidato a gobernador, desde la intendencia capitalina, Llaryora adoptó un posicionamiento muy crítico hacia el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner y nunca se volcó por apoyar la opción de Milei ni de Massa. Solo respaldó a Schiaretti, aunque más por responsabilidad partidaria que por afinidad política. Ahora independizado de su predecesor, buscará tender puentes con el oficialismo nacional. Desde antes de que tomara el mando de la provincia el domingo de manos de Juan Schiaretti habían dejado de ser un secreto las ambiciones presidenciales del nuevo líder político cordobés.
Como en cualquier reunión entre el ministro del Interior y un gobernador, en el encuentro aparecerá muy probablemente el factor económico. Los líderes del interior están preocupados por el freno a la obra pública y el corte a los giros de fondos discrecionales a las provincias que se anunciaron ayer.
Sin embargo, el panorama cambió con respecto a anteriores gestiones del ministerio político: Caputo acaba de traspasar a la órbita de Economía el manejo de los fondos que seguirán vigentes para las provincias. Sin embargo, en Gobierno aseguraron que Interior continuará teniendo injerencia en las negociaciones sobre esas erogaciones.
En Interior recibieron ayer, también, brevemente, a diputados nacionales y provinciales de La Libertad Avanza. A las 16 pasó por su despacho Sebastián Pareja, senador de la Provincia de Buenos Aires, que tuvo un rol central en el armado de listas y de la campaña bonaerense; y a su par nacional por ese distrito en la Cámara de Diputados, Pablo Ansaloni, que había tenido roces con la cúpula libertaria entre las Generales y el balotaje al punto de que había amenazado con abrirse del espacio.
Las charlas con esos referentes se mantuvieron en reserva. Y si bien la carrera proselitista acaba de terminar, los libertarios no dejarán de estar abocados al armado político en el territorio más poblado, que quedó en manos del kirchnerismo con Axel Kicillof a la cabeza. Miran a las legislativas de 2025, decididos a construir poder para la joven fuerza de derecha en paralelo a la complicada gestión nacional.