Después de lanzar su esperado y explosivo paquete de ajuste de la economía, el Gobierno se encuentra en abocado a la puesta en marcha de las medidas, pero también al control de daños y la contención. Todos los ministerios están abocados al monitoreo de las repercusiones de los mercados, las organizaciones sociales y de la política, mientras los sectores más críticos empiezan a endurecer posturas después de la prudencia de los primeros días post-asunción.
Mientras gremios, organizaciones y partidos digerían los anuncios, preparaban sus reacciones y empezaban a sentar posturas públicamente, Javier Milei lideró, por tercera vez, la reunión de Gabinete de la primera mañana, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, junto a todos los ministros y los secretarios de la Presidencia. Aunque el contenido se mantenía bajo estricto hermetismo incluso horas después de que hubiera terminado, en Balcarce 50 informaron que los funcionarios de mayor rango pusieron en común perspectivas después de los anuncios que se pusieron en marcha anoche, y buscaban adelantarse a las reacciones.
En Gobierno siguen desde temprano el vertiginoso ritmo vertiginoso de repercusiones de las medidas, en especial de los dirigentes sociales en las redes y los medios. Por ejemplo, en varias dependencias de peso llamó la atención el diagnóstico que hizo Juan Grabois en una charla con Radio con Vos, donde pintó un panorama “catastrófico”. En la Nación tomaron nota de lo que decía. “Está planteando que firmamos la partida de defunción de la clase media”, resumieron.
El resultado de la reunión de urgencia que convocó para hoy la CGT también era motivo de preocupación. Pero en las filas libertarias lo esperaban e incluso consideraban “lógico”. “Están obligados s hacer ruido, y seguramente van a mostrar los dientes. Pero no creemos que vayan a empezar con los tapones de punta”, dijeron. Y agregaron que no esperan paros para lo inmediato, a pesar de que el gastronómico Luis Barrionuevo y el líder de los constructores Gerardo Martínez ya se mostraron en alerta.
Prácticamente la totalidad de los funcionarios no tiene agenda -propia- programada para la jornada, por fuera de la reunión de Gabinete. Además de que se están acomodando tras el desembarco que tuvo lugar hace apenas dos días, el plan, al menos para las próximas horas, es que Hacienda se ocupe de manejar absolutamente todos los aspectos comunicacionales y políticos del tema que marcó la semana. “No queremos meter la pata, son cuestiones muy técnicas y no nos conviene embarrar la cancha. Todo lo que digamos de más o de menos va a ser mal tomado”, explicaron en una de las sedes de la administración nacional.
Después del encuentro, aún por la mañana, el ministro del Interior, Guillermo Francos, que aún no habló sobre los anuncios de Caputo, recibió al líder de ATE Capital, Daniel Catalano, uno de los primeros dirigentes gremiales que salió con los tapones de punta en declaraciones radiales. “Ya está, nos la pusieron a todos”, había marcado posición poco antes el dirigente de los trabajadores estatales de la Ciudad. Antes de que asuma el gobierno libertario, “el Tano” había pedido unidad sindical para enfrentar el ajuste, que en buena parte afectará a la planta de empleados públicos. Una medida que el Gobierno incluyó en el paquete anunciado ayer y que no está dispuesto a negociar porque representa un gesto simbólico de acompañamiento desde la política a los ciudadanos de a pie.
En paralelo, el titular de la cartera política mantiene charlas telefónicas y prepara reuniones para los próximos días con los gobernadores con los que empezó a afianzar el vínculo desde que ganaron la PASO, y que se vieron afectados por las medidas de anoche.
La cúpula libertaria decidió ayer que las medidas fueran anunciadas exclusivamente por el ministro de Hacienda, y en el resto de las carteras cumplieron a lo largo del martes el compromiso de mantener estricto silencio sobre el detalle de lo que se venía. Una vez que estaban sobre la mesa, anoche, el propio Milei esquivó referirse a lo que acababa de pasar, durante la celebración de Jánuca a la que asistió por la tarde-noche. “Milei no quiere abarcar todo, es una persona que sabe delegar. Y si bien está encima de los temas, especialmente los económicos, va a dar libertad de acción a sus ministros”, explicaban antes de la asunción en el entorno. Al menos en las primeras jornadas de gobierno, el Presidente estaría cumpliendo con esa premisa.