Javier Milei ya hizo tres gestos políticos que exhiben su perspectiva respecto a las futuras relaciones bilaterales con China: aún no definió al embajador argentino en Beijing, postergó hasta hoy su encuentro con el enviado de Xi Jinping a la asunción presidencial y no tiene intenciones de utilizar los créditos blandos de la Ruta de la Seda, una iniciativa diseñada por el régimen comunista para avanzar a nivel global.
Desde Beijing, la respuesta fue inmediata. Si Argentina pretende disponer del swap de yuanes del Banco Central para pagar el próximo vencimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) y mantener los niveles de importación y exportación desde China, Milei tiene que escribir una carta personal o llamar a Xi para pedir su utilización, una práctica política que Alberto Fernández ejecutó cuando era presidente.
El swap tiene una vigencia de 3 años, pero está en rojo. Hay un acuerdo por 5.000 millones de dólares más, que China se comprometió a girar al Banco Central. Sin embargo, Xi decidió esperar hasta recibir la carta de Milei o establecer una conversación telefónica. El líder comunista quiere leer o escuchar al presidente antes de apoyar su agenda económica.
Xi había logrado una sintonía diplomática con Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, y en Beijing ya extrañan el lazo político que habían tejido con Sabino Vaca Narvaja, embajador argentino en épocas del Frente de Todos.
Milei está en las antípodas del anterior gobierno: desconfía del régimen comunista, no tiene voluntad de mantener ese nivel de relación bilateral, y evitará las iniciativas estatales chinas que afecten los intereses regionales de Estados Unidos.
En este contexto, la administración de La Libertad Avanza cancelará las negociaciones para comprar aviones de combate, excluirá la tecnología de China en las licitaciones públicas y suspenderá la construcción de las dos centrales nucleares que Alberto Fernández había pactado con Xi.
Pero Milei es consciente de su debilidad financiera, y Argentina tiene que pagar 900 millones de dólares al Fondo antes que concluya diciembre. No hay dólares en el Banco Central y es poco probable que en dos semanas haya un desembolso del board para evitar un default (Arrears) con el organismo multilateral de crédito.
El titular del Banco Central, Santiago Bausili, se reunió en secreto con Wang Wei, embajador de China en la Argentina, para sondear acerca del uso del swap. Wang escuchó a Bausili y le contestó simple: Argentina tiene que aclarar qué hará con el Banco Central porque allí se girarán los yuanes, y Beijing necesita entender cómo es -de verdad- la agenda diplomática de Milei y la canciller Diana Mondino.
Bausili elevó el mensaje del embajador Wang, y la posición de Milei se mantuvo inmóvil.
A través de otros canales extraoficiales, la diplomacia china también dejó trascender su malestar por la decisión del gobierno de mantener una mínima representación en Beijing y por su lentitud en designar al sucesor de Vaca Narvaja. La Casa Rosada confirmó a Gerardo Werthein en Estados Unidos, Daniel Scioli en Brasil y Shimon Axel Wahnish en Israel, mientras aún estudia la designación ante la República Popular China.
En Gobierno aseguran que la embajada en China estará a cargo de un diplomático de carrera y todavía no definieron como se relacionará Milei con la administración comunista. El presidente y la canciller Mondino recibieron hoy a Wu Weihua, enviado especial de XI y vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional.
La cita fue en Balcarce 50 y Wu traía un mensaje directo de Xi. El líder comunista es pragmático y siempre elige las relaciones vis a vis. Cuando Alberto Fernández se descompensó en el G20 de Bali, su entorno comunicó al canciller Santiago Cafiero que sólo se anunciaría el nuevo swap de 5.000 millones de dólares, si el presidente -que estaba internado- concurría a la bilateral agendada entre ambos mandatarios. Y así sucedió.
Ahora, Xi repite idéntica lógica de poder. Milei puede tener los yuanes del swap para pagar el FMI, pero exige un contacto personal -carta o celular- para facilitar la relación de Argentina con el board del Fondo.
Tras la reunión con Wu, le toca mover a Milei: juega con negras.