Javier Milei habló 33 minutos y medio ante miles de simpatizantes de La Libertad Avanza que se acercaron este mediodía al Congreso y lo aplaudieron 41 veces para blindar el inicio de una gestión con promesa de ajuste inmediato al grito de “prendé la motosierra”, en una jornada de calor que tuvo energizados cánticos de “Cristina se va presa” y silbatinas para las apariciones, durante la transmisión de la Asamblea Legislativa, de cualquier integrante de la gestión kirchnerista.
“Hola a todos”, lanzó Milei -latiguillo utilizado de una canción de rock nacional durante su campaña- ante la explanada del Congreso. Sus votantes estallaron. Él no habló en el recinto de Diputados ya que sólo lo hizo, por un puñado de minutos, la vicepresidenta, Victoria Villarruel. El jefe de Estado miró hacia la plaza y prometió a sus votantes un “quiebre en la historia” tras modelos “fracasados” y déficits gemelos negativos. “Libertad, libertad, libertad”, contestaron sus simpatizantes
“Milei, querido, el pueblo está contigo”, se oyó desde la plaza ante la sentencia de “pagar con inflación” los errores de los últimos gobiernos. En este sentido, los votantes reclamaron al Presidente que los responsables de la situación macroeconómica “no salgan del país”.
El acercamiento de los más entusiasmados al Palacio Legislativo se inició de madrugada. Para las 10.30, banderas de todo tipo decoraban los alrededores de la plaza y del monumento a los dos Congresos. Para la venta cotizaban $3.000. En tanto, las militantes, como las de agrupaciones como “La Juan Bautista”, o la “Julio Argentino”, lograron lugares de relevancia.
También aparecieron pancartas para “que se vayan todos” o que “se privatice todo”. Las remeras no quedaron atrás: una amarilla con letras violetas y la frase “no hay plata” se diseminó sobre el recorrido de avenida Rivadavia y de Hipólito Yrigoyen. No fallaron representantes con insignias de Brasil y Venezuela.
En momentos de silencios y, a la espera de Milei, siempre resurgió la convocatoria de “viva la libertad”, con su consiguiente respuesta efusiva de “viva”.
La custodia policial entre las vallas que dejaban limpio el tránsito sobre Rivadavia fue estricta y celosa. De hecho, en la previa del discurso de Milei, un masculino armó un pequeño tumulto al subirse a una camioneta de televisión y, tras una regadera de salivazos para defenderse de los botellazos dirigidos hacia su anatomía, fue bajado y llevado por la fuerza de seguridad ante la felicitación de los libertarios.
Familias, jóvenes de distintas zonas de CABA, el conurbano bonaerense y el interior del país se presentaron en el Congreso. Hasta un papá Noel se mostró con traje protocolar ante una temperatura que, cada vez, aumentaba. Algunos aprovecharon el tiempo muerto para preguntarse por qué, ante la definición de los puestos de Gobierno, quedó afuera uno de los fundadores del espacio, el legislador porteño y excandidato a jefe de Gobierno, Ramiro Marra.
“Cristina se va presa” fue lo primero que se gritó al conectarse la pantalla que transmitía la Asamblea Legislativa para los simpatizantes. Fue repetido, al menos, una decena de veces. Una batucada y pancartas de “con mis hijos no te metés más” para criticar la ideología de género -con aclaración de “educación sexual, sí”- animaron la previa a la llegada de Milei junto a su hermana, Karina. “El jefe” también tuvo banderas a favor.
Al ser recibido en el Congreso por Cristina Kirchner, los votantes libertarios direccionaron de nuevo los cañones contra la saliente vicepresidenta. “Chorra” y otros cariñosos elogios fueron vociferados. Seguido a ellos aterrizó el clásico “la casta tiene miedo”.
Después de los breves minutos en el Palacio Legislativo, Milei tuvo el plato fuerte ante su gente. No apuntó a plazos, pero sí a la “luz al final del camino”. “El que las hace, paga”; “desafío titánico”; “verdad incómoda que mentira confortable” y “nueva era” fueron parte de su final de discurso. Después subió al auto descapotable junto a su hermana y emprendió rumbo a la Casa Rosada, aunque manifestó que trabajará desde Olivos.