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Cuando Javier Milei reciba hoy la banda y el bastón presidencial de Alberto Fernández se convertirá en el 13° presidente de Argentina desde el regreso de la democracia, en 1983, hasta la actualidad. El libertario será el primer economista de profesión, en un ambiente - el de la política - donde suelen predominar los abogados. Sólo otros dos presidentes democráticos, además de Milei, no siguieron la carrera de Derecho: Mauricio Macri, que gobernó entre 2015 y 2019, y Ramón Puerta, que estuvo a cargo del Poder Ejecutivo apenas dos días durante la crisis de diciembre de 2001. Además de amigos entre sí, ambos comparten la profesión de ingeniero.
Milei asumirá el cargo como líder de La Libertad Avanza, el partido político que más rápido ascendió al poder en estos 40 años de democracia. Creado en 2021, para poder presentarse en las elecciones legislativas de ese año, tuvo un llamativo crecimiento de la mano del descontento social y el descreimiento en la política tradicional.
La mayoría de los mandatarios de la corta historia desde 1983 fueron peronistas: ocho de los mandatarios fueron elegidos por distintas variantes del Partido Justicialista, que ejercieron el poder durante 28 años en total. La Unión Cívica radical, en cambio, fue el partido de solo dos presidentes, Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, con siete años y medio en total entre los dos. Si bien la UCR participó de la alianza Cambiemos bajo la presidencia de Macri, sus dirigentes tuvieron un lugar secundario en el Ejecutivo durante su mandato. El líder del PRO fue el único presidente - hasta ahora -que había logrado romper el tradicional bipartidismo de peronistas y radicales. Milei sigue sus pasos, pero en versión acelerada.
Milei se convertirá en el tercer porteño en gobernar Argentina desde 1983, después de Pinedo y Fernández. La provincia de Buenos Aires es la que más presidentes democráticos proveyó en este período: Alfonsín, Camaño, Duhalde, Cristina Kirchner y Macri. Todos nacieron en territorio bonaerense, más allá de que luego hicieran política en otro distrito: la ex mandataria en Santa Cruz y el fundador del PRO, en la Ciudad. Desde el retorno democrático, otros cinco presidentes son oriundos del interior: Menem en La Rioja; De la Rúa en Córdoba; Rodríguez Saa en San Luis; Puerta en Misiones; y Kirchner en Santa Cruz.
El nuevo presidente libertario que tomará posesión hoy de su cargo tiene la misma edad de Kirchner al asumir: 53 años. Solo hubo otro mandatario más joven, Puerta, aunque no había sido electo para ese puesto por el voto popular.
A la salida de la larga noche de la dictadura, Alfonsín fue el presidente del retorno democrático que sentó las bases de un Estado de derecho. Llegó a la Casa Rosada con el 51,75% de los votos. Fue el impulsor de la CONADEP y del inédito Juicio a la Juntas Militares que condenó a los jerarcas de las Fuerzas Armadas por sus crímenes de lesa humanidad. En medio de una seguidilla de levantamientos militares, también fue quien promovió las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Pero por la debacle económica de su gobierno, este abogado oriundo de Chascomús, creador de la corriente interna referenciada en su figura, tuvo que irse seis meses antes del poder.
Su sucesor, el peronista Carlos Menem, asumió un primer mandato de seis años en 1989, con el 47,49% de los votos. Pero tras el Pacto de Olivos que firmó con Alfonsín y la modificación de la Constitución en 1994, logró habilitar una reelección. Así, se convirtió en el presidente democrático que más días permaneció sentado en el sillón de Rivadavia: más de una década. El riojano estuvo en el cargo exactamente 3.807 días, en los que cambió radicalmente el país con un fuerte sesgo neoliberal que contó con el apoyo de gran parte del peronismo. Privatizó las empresas públicas y se alió con la UCeDé, fundada por Álvaro Alsogaray. Con un tendal de denuncias de corrupción durante su gobierno, le entregó el mando a De la Rúa, quien ganó al frente de la llamada Alianza - que integraban la UCR y al Frepaso, con el 48,37% de los votos.
De la Rúa, entonces jefe de Gobierno porteño, solo duró dos años. Su caída comenzó con la renuncia de su vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez, del Frepaso, por la sospecha del pago de coimas en el Senado, y terminó con las crisis de 2001, desatada tras la decisión del Gobierno de imponer un “corralito” a los depósitos bancarios en dólares. Una ola de manifestaciones lo forzó a dejar el poder en un helicóptero que partió de la terraza de la Casa Rosada, en medio de la declaración del estado de sitio. Fue después de una feroz represión de parte de las fuerzas policiales en todo el país, que dejó un saldo de 39 personas muertas.
Lo sucedieron tres presidentes en el lapso de 10 días. Puerta, entonces presidente provisional del Senado, a cargo del Ejecutivo durante 48 horas, llamó a la Asamblea Legislativa que eligió el 23 de diciembre de 2001 a Adolfo Rodríguez Saá. El puntano, entonces gobernador de San Luis, anunció el default con el cese de pagos de la deuda externa, prometió un millón de puestos de trabajo y un seguro de desempleo, en su discurso inaugural. Si bien intentó calmar el descontento social con estas medidas, no lo logró ya que anunció el mantenimiento del corralito. El 28 de diciembre se produjo otra masiva revuelta popular, y durante la madrugada un grupo intentó forzar las puertas de la Casa de Gobierno y otro logró ingresar al Parlamento. Al día siguiente el Gabinete renunció, y en medio de las marchas y los cacerolazos, Rodríguez Saá debió dejar el poder, ya sin apoyo de los gobernadores peronistas.
Tras la dimisión de Puerta como presidente provisional del Senado, la jefatura del Estado recayó en el segundo en la línea de mando: el presidente de la Cámara de Diputados, el peronista Eduardo Camaño, que convocó nuevamente a la Asamblea Legislativa.
Finalmente el 2 de enero de 2002, Eduardo Duhalde fue ungido presidente por la Asamblea. Contó el apoyo del peronismo y con un sector mayoritario de la oposición, para completar el mandato de De La Rúa, en un contexto donde era necesario pacificar el país en medio de la convulsión social. Le puso fin a la ley de Convertibilidad con una fuerte devaluación de la moneda, pero debió adelantar las elecciones después del asesinato de los militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en junio de 2002.
Con apenas el 22,25% de los votos, Néstor Kirchner se alzó con la primera magistratura, después que Menem se bajara del balotaje tras su triunfo en primera vuelta con el 27%, el 23 de abril de 2003. Fue el presidente electo por la voluntad popular que menos votos obtuvo. Todos los demás, salvo los provisionales que asumieron el cargo en la crisis de diciembre de 2001, obtuvieron más del 45% de sufragios. El ex gobernador santacruceño estuvo 1.660 días en la presidencia, ya que asumió el 25 de mayo de 2003 y se quedó hasta el 10 de diciembre de 2007.
Le entregó el mando en 2007 a su esposa y senadora nacional, Cristina Kirchner, quien sacó 45,28% de los sufragios en su primer mandato. La muerte de Kirchner el 27 de octubre de 2010 dejó trunco el proyecto presidencial de una alternancia en el poder del matrimonio santacruceño. Cristina fue reeelecta al año siguiente con el 54,11% de los votos. Se convirtió así en la segunda mandataria con más días en la Casa Rosada después de Menem: estuvo 2.921 días. Si se suman los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner, superaron a Menem en permanencia en el poder. Hoy, la actual vicepresidenta cumplirá otro ciclo de cuatro años al frente del Senado, en los que ostentó el poder en las sombras.
El mandato más corto fue el de Federico Pinedo, que - como presidente provisional de la Cámara alta- fue el protagonista de todos los memes cuando, como senador, quedó por unas horas a cargo del Poder Ejecutivo después que Cristina Kirchner se negara a entregarle los atributos a Macri, el 10 de diciembre de 2015. El líder del PRO y ex jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llegó a la presidencia con el apoyo del 51,34% de los argentinos que lo votaron en el balotaje en el que compitió con Daniel Scioli.
Pese al aval a su gobierno en las elecciones de medio término, su fallida gestión económica permitió la vuelta del kirchnerismo. Y pese a su intento de ir por un nuevo mandato en 2019, perdió esa chance a manos de Alberto Fernández en 2019.
Ex jefe de Gabinete de Néstor y de Cristina Kirchner, devenido en uno de sus críticos más feroces y reconvertido en su aliado un adécada después, Fernández llegó al poder con un inesperado 48,24% de apoyo en 2019, gracias a los votos que conservaba su compañera de fórmula y la hasta hoy vicepresidenta. Se retira del gobierno, casi en soledad, con más deudas que logros. Una inflación acumulada de 814% en cuatro años, la más alta de las últimas tres décadas; un 40% de pobreza según los último datos del INDEC, que en los menores de 17 años supera el 60% de acuerdo a la medición de la UCA; más de 100.000 muertos por el coronavirus que podrían haber sido menos si no se hubiera privilegiado la geopolítica por sobre los contratos de vacunas con laboratorios norteamericanos; un entramado de subsidios estatales que será difícil extremadamente de desmontar; y un descontento social que aumentó en paralelo al deterioro de la figura presidencial, equiparable sólo al que sufrió De la Rúa.
Después de una gestión marcada por su enfrentamiento con Cristina Kirchner, a quien no ve desde la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner hace siete meses, hoy, Fernández le traspasará los atributos presidenciales al candidato menos pensado hace menos de un año. Ubicado ideológicamente en sus antípodas y surgido del apoyo de un creciente número de votantes que consumen redes sociales y escapan a los encasillamientos políticos, Milei asumirá al frente del Ejecutivo luego de despotricar contra la “casta”, los partidos tradicionales y los sectores corporativos.
El nuevo mandatario libertario es el presidente más votado de toda la serie histórica, con el 55,6% de los sufragios, aunque obtuvo ese porcentaje en segunda vuelta, después de haber sacado el 30% en las generales. Aventajó por 11 puntos a su rival, Sergio Massa, de Unión por la Patria, que obtuvo el 44,35%. Así, Milei superó el porcentaje de votos que había sacado Macri en el balotaje de 2015 y el de Cristina Kirchner en los comicios generales de 2011. Sin embargo, la ex mandataria sigue siendo la presidenta más votada en primera vuelta en estos últimos 40 años.
A cuarenta años de la recuperación del Estado de derecho y de espaldas al Congreso que lo consagró junto a su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, hace 10 días, Milei dará hoy su primer discurso inaugural como el 13° presidente de la democracia. Lo espera la que quizás sea la crisis económica más profunda que enfrenta el país y un desafío político enorme, cuya resolución es aún incierta.
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