La Ciudad de Buenos Aires es, desde hace muchos años, epicentro de las protestas sociales del país. La avenida 9 de julio suele ser el escenario en el que los movimientos sociales llevan sus reclamos, principalmente frente al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, lo que genera, en los días de protestas, graves problemas en el tránsito. Y siempre que el signo político respecto al Gobierno nacional es diferente, la principal polémica es cómo se controla esas manifestaciones por parte de las fuerzas de seguridad.
Ahora, con la llegada de Jorge Macri a la jefatura de Gobierno porteño y de Javier Milei a la Casa Rosada, con Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad nacional, todo parece indicar que habrá una política unificada en cuanto al control de protestas en la Ciudad. Y así lo confirmó el flamante alcalde porteño.
Pocas horas después de asumir, el exintendente de Vicente López dio detalles de lo que planea hacer ante las manifestaciones piqueteras en la Ciudad, que amenazan con extenderse en los primeros días del nuevo Gobierno nacional. Durante una entrevista el jueves por la noche con el programa Sólo una vuelta más, que conduce el periodista Diego Sehinkman por TN, aseguró que tiene la decisión de que ya no se corten calles y avenidas.
Macri dijo que, en principio, si en la marcha no hay niños, se evitará cortar la calle con la Policía de la Ciudad, y en el caso de que en las manifestaciones haya menores de edad, algo frecuente en las marchas piqueteras, denunciarán a los organizadores.
“Vamos a demandar a las organizaciones que movilicen con niños porque el derecho a manifestarse es un derecho de adulto, igual que al de circular, a trabajar o a estudiar, pero el derecho del niño es un derecho superior. Primer cambio, vamos a iniciarle demanda penal a todas las organizaciones sociales que están vulnerando derechos del niño”, dijo Macri.
Asimismo, adelantó la coordinación con las fuerzas de seguridad nacionales para evitar que los manifestantes lleguen a la Ciudad de Buenos Aires. “Ya lo estamos haciendo con Patricia (Bullrich), hablando con (Javier) Milei, para hacer lo que hacíamos antes: evitar la entrada tan masiva, por ejemplo que no te lleguen desde el sur, por el puente Pueyrredón; empezar a impedir la entrada en las estaciones de tren, porque después terminan todos acá en Constitución y te caminan hasta el Ministerio de Desarrollo Social, porque todo eso tiene incumplimientos anteriores. Entonces, empezás a dividir esa cantidad de movilización y cuando llega acá, evitás que se corte. Simple”.
Cuando fue consultado sobre en qué lugar van a poder protestar las organizaciones sociales, siendo que el hecho de manifestarse está amparado en la Constitución nacional, Jorge Macri fue contundente: “Arriba de la vereda, simple. En un lugar donde no impiden otros derechos. En las plazoletas centrales. En la Plaza de Mayo, arriba de las veredas, y no me rompen ni me dañan nada. Hemos naturalizado el hecho de que manifestar es romper algo, o la paciencia de otro, o el derecho de otro, o un bien que es público”.
Macri ratificó esa idea este viernes esa idea, aunque aclaró que “no va a ser de un día para el otro, tiene que haber una decisión firme de tratar de ordenarlo y de ir ganando cada batalla y no va a ser una sola marcha, van a ser varias”.
“El objetivo es evitar los cortes de calle, tendremos más o menos éxito. Nuestra firmeza y decisión es desde el primer día, estamos trabajando en protocolos y proyectos de ley, trabajo conjunto con Nación, este fin de semana habrá trabajos de coordinación. Yo creo que la gente lo que espera de nosotros no es magia, quieren decisión”, dijo en declaraciones a radio Continental.
Sintonía con el futuro Gobierno nacional
Los dichos de Jorge Macri coinciden con lo que pretende Javier Milei para el inicio de su Gobierno, que viene preparando una estrategia destinada a recuperar el control de las calles y garantizar el libre tránsito. El futuro presidente apura la consolidación de una estrategia destinada a contener la protesta social, dejando atrás la lógica de las movilizaciones con bloqueos de la circulación de vehículos y personas.
Según lo que pudo recoger Infobae de fuentes que tuvieron contacto con el futuro presidente y su equipo, Milei cree que tiene por delante dos pruebas de fuego: una coincide con su asunción, el próximo domingo, y otra el día en que se recuerda un nuevo aniversario de los luctuosos episodios del 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando en medio de un estallido social y una crisis política terminal murieron decenas de personas y cayó el gobierno de Fernando De la Rúa. Para esta última fecha, de hecho, la Unidad Piquetera que encabeza Eduardo Belliboni tiene planeada su primera marcha con el nuevo gobierno.
Para cumplir ese objetivo, Milei ya tiene todas las piezas clave en el tablero: la designada ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, los candidatos a continuar a cargo de las fuerzas federales, y la contraparte de la ciudad de Buenos Aires, el teatro de operaciones donde se concentran las manifestaciones callejeras. El futuro jefe de gobierno, Jorge Macri, ya eligió como su titular en el área a Waldo Wolff, y al secretario y brazo operativo en el territorio, Diego Kravetz.
La primera muestra de ese giro estuvo el viernes pasado, cuando la Policía de la Ciudad le impidió al Polo Obrero que cumpliera con su rutina de cortar la Avenida 9 de Julio e imposibilitar que los autos, el transporte público y la gente de a pie circule sin impedimentos. “La fuerza de la ciudad está capacitada para hacer esto. Lo único que hay establecer es una decisión política unificada que acepte y sepa tolerar los riesgos de estos operativos. Hay que estar preparado para las contingencias”, explicó la semana pasada una fuente oficial involucrada en el área de seguridad porteña.