“Quiero agradecerle a quien es el presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, el compañero y amigo Máximo Kirchner”. El agradecimiento corresponde al diputado bonaerense, Alejandro Dichiara y fue pronunciado hace horas, al momento de asumir como el nuevo presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. El nuevo titular de la Cámara baja también incluyó en los agradecimientos al gobernador bonaerense, Axel Kicillof y al ex candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa. Sin embargo, su llegada estuvo empujada durante toda la negociación por el diputado Kirchner. El arribo del legislador de la Sexta sección electoral al comando de un lugar estratégico y complejo al mismo tiempo como es la presidencia de Diputados, ratifica el despliegue de Máximo Kirchner en el esquema peronista y en la provincia de Buenos Aires.
Dichiara no es de La Cámpora. Integra el grupo de intendentes bonaerenses que hasta hace poco reportaban explícitamente al ex Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. Por eso, su designación cobra más valor para las acciones de Kirchner. Extendió su despliegue más allá de las fronteras camporistas. Fue intendente de la ciudad de Monte Hermoso, cargo al que llegó en 2007. Desde ese momento, siempre tuvo la botonera del ejecutivo local.
En la negociación por la presidencia de la Cámara, el titular del PJ bonaerense acordó con el ministro de Economía, una presidencia rotativa de un año y un año. El puntapié lo dará Dichiara desde este jueves. Luego, para el período 2025 será el turno del ex ministro de Transporte de la Nación, Alexis Guerrera.
La decisión de que sea Dichiara por sobre otros postulantes —hasta el mismo día de la jura sonaba el intendente de Almirante Brow, Mariano Cascallares— ratifica la alianza política entre Insaurralde y Kirchner.
Lo de Dichiara es también un reconocimiento a parte del peronismo de la Sexta sección electoral, donde Kirchner tiene acciones. En las últimas elecciones, Unión por la Patria ganó las intendencias de Bahía Blanca, Monte Hermoso, Tres Arroyos, Coronel Rosales, Carmen de Patagones, Coronel Suárez, Salliqueló, Benito Juárez, Tornquist, Guaminí, Laprida y Daireaux. De ese total, Bahía Blanca y Coronel Rosales se lo adjudica La Cámpora.
Hay algunas señales elocuentes de la relación Kirchner-Dichiara. La que más se repitió en la madrugada del jueves en los pasillos de la Cámara de Diputados era que la única reunión —si se quiere— de carácter formal que encabezó Kirchner a nombre del PJ bonaerense por fuera la locación de La Plata fue en Monte Hermoso con intendentes y dirigentes de la región. Aquella reunión fue impulsada por Insaurralde.
Dichiara también le agradeció a Kicillof. Sin embargo, el gobernador aún no puede intervenir con fuerza en las negociaciones de reparto de poder que se dan en la Legislatura bonaerense y que tienen al eje Kirchner/Insaurralde y Massa como protagonistas. Lo que busca Kicillof, admiten en su entorno, es que la Cámara de Diputados “funcione”. Durante buena parte de este año, dicho cuerpo legislativo estuvo bajo la lupa con el escándalo de Julio “Chocolate” Rigau y las tarjetas de débito. La trama de la corrupción revelada choca con la impronta y perfil de honestidad que se le adjudica al gobernador. Más allá de eso, este año que se va la Legislatura no le dio ninguna ley potente a pedido de Kicillof.
La designación de Dichiara también materializa el esquema con el que se cerraron las listas de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires en las elecciones 2023. Con nombres de La Cámpora, los intendentes cercanos a Insaurralde y también del Frente Renovador en los primeros lugares de las listas —tanto para la Cámara de Diputados como para el Senado bonaerense— quedaron relegados el gobernador como un grupo de dirigentes de peso entre los que había intendentes como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) o Fernando Espinoza (La Matanza). Se especula que tendrán lugares en el Gabinete bonaerense.
Dichiara fue uno de los intendentes que respaldó la llegada de Kirchner a la presidencia del PJ bonaerense. Ese lugar que ostenta el líder de La Cámpora volvió a entrar en una etapa de discusión dentro del peronismo tras los resultados de las elecciones. Por un lado, por la victoria de Kicillof que lo posiciona en un lugar expectante hacia el futuro del peronismo. Hoy por hoy, el gobernador bonaerense prácticamente no tiene injerencia en la vida partidaria. Sí tiene diferencias con Máximo Kirchner, que tienen que ver con el futuro y la discusión del peronismo en la etapa que se inicia. El núcleo de poder del peronismo hoy se da en la provincia de Buenos Aires.
Al gobernador no le interesa estar al frente del PJ bonaerense, según cuentan quienes lo conocen. Pero el que reclama y cuestiona la conducción de Kirchner es el intendente de Esteban Echeverría —Fernando Gray— que fue corrido de la presidencia partidaria y terminó judicializando la designación de Kirchner. Tras el resultado del balotaje pidió que Kirchner presente su renuncia a la presidencia del Justicialismo provincial. También lo hizo con el PJ Nacional, donde el reclamo estuvo dirigido hacia Alberto Fernández. Por el momento no tuvo un respaldo público.
En las últimas reuniones que Kirchner encabezó por el PJ bonaerense había adelantado que convocaría a la renovación de autoridades para marzo del año que viene, pese a que él tiene mandato hasta 2025. Iba a ser una convocatoria que se oficializaba en diciembre de este año. Hasta ahora no hubo mayores señales al respecto. El diputado nacional por la provincia de Buenos Aires tiene hoy un resorte fuerte además del PJ bonaerense y las 12 intendencias gobernadas por La Cámpora: la presidencia de la Cámara de Diputados.
Cuando Dichiara deje la presidencia pasará a ser el vicepresidente, es decir que mantendrá la firma de los actos administrativos. También es más que probable que un integrante de La Orga presida el bloque de Unión por la Patria en la Cámara baja bonaerense.