Es conocido el rechazo de Javier Milei, un obsesionado de la economía, hacia las negociaciones políticas. Pero desde la semana pasada, consciente del panorama adverso que enfrenta en el ámbito legislativo, el presidente electo no deja de hacerse cargo, en primera persona, del armado de La Libertad Avanza en el Congreso, con prioridad en la Cámara de Diputados.
Después de su reunión, la semana pasada, con los legisladores electos de los bloques de ambas Cámaras, y de confirmar que las autoridades del Congreso serán libertarias, ayer invitó a sendas reuniones a varios actores -propios y de otros partidos-, que considera clave para reunir consensos. Su principal ambición es que avance rápido y llegue a buen puerto su -aún misterioso- proyecto de ley “ómnibus”, que incluirá una serie de reformas económicas y políticas para el primer tramo de su gestión, y cuyo contenido se mantiene bajo siete llaves.
En el entorno del presidente electo ya avisaron que tiene previsto convocar a sesiones extraordinarias apenas después de asumir, el domingo próximo. Si se cumple la promesa, realizaría el llamado el mismo lunes 11 de diciembre, para apurar el tratamiento en comisión y sobre tablas de la batería de medidas orientadas a bajar la inflación y disminuir la carga fiscal en el ámbito privado, que se inspiran en el formato que adoptó Carlos Menem al asumir en un contexto de hiperinflación, en 1989, y por Mauricio Macri, en el inicio de su gobierno, en 2015.
La semana pasada, Milei había convocado por primera vez a todos sus diputados electos en el subsuelo del Hotel Libertador, pero evitó todo lo que pudo hablar de política. En cambio, se dedicó a dar una clase de economía, sin detalles, y los legisladores libertarios todavía no pudieron acceder a la letra fina del documento que deberán defender. Por ahora sólo trascendieron lineamientos a grandes rasgos, como que las reformas prevén modernizar el Estado, modificar el régimen económico para orientarlo a la apertura comercial y el libre comercio; aplicar reformas en el área energética; e implementar cambios progresivos en el régimen cambiario, entre otros puntos.
El proyecto, que tendrá un fuerte contenido económico, es prioridad para Milei. Con ese plan, dice, planea empezar a resolver la crisis heredada de los últimos gobiernos, por medio de un ajuste que sólo afectaría a “la política”. Por eso ayer hizo lugar en su apretada agenda pre-asunción para recibir, una vez más personalmente, a Martín Menem, el legislador libertario “puro” de La Rioja, a quien confirmó como presidente de la Cámara de Diputados. Es la segunda vez que se ven en pocos días. La primera había sido el sábado por la mañana, cuando lo recibió en el hotel Libertador, durante casi tres horas, para ratificar su lugar y empezar a diseñar la estrategia legislativa, aunque bajo estricto secretismo.
Los números, a priori, son poco favorables para La Libertad Avanza en la Cámara baja, donde sólo tienen 38 diputados. Y si bien pueden pescar votos en las filas de Pro -que tiene 43-, las adhesiones amarillas no están aseguradas, sobre todo tras las discusiones fallidas por los cargos en el Congreso y en el Gabinete, donde sólo Patricia Bullrich salió beneficiada y quedaron varios heridos, entre ellos, el macrista Cristian Ritondo, que aspiraba a quedarse con el lugar que terminó ocupando Menem.
Por eso, ayer Milei también convocó a sus oficinas en Retiro a uno de los principales laderos de la futura ministra de Seguridad, Damián Arabia, que trabajaba bajo su mando durante el gobierno de Cambiemos en el Ministerio de Seguridad y ocupará por primera vez una banca. Según revelaron fuentes legislativas, Milei le transmitió al bloque de Pro, a través de distintos emisarios, su necesidad de reunir consensos en el nuevo esquema parlamentario, donde su proyección de apoyos es escasa.
Además, llamó al hotel Libertador a un tercer miembro afín del cuerpo: el economista José Luis Espert, de quien se había distanciado y con quien se reconcilió progresivamente después de ganar los comicios. Según dejaron trascender desde la fuerza del referente de derecha, Avanza Libertad, Milei le pidió que aporte desde su expertise en temas económicos, en particular en la esfera tributaria que intentará reformar desde el Parlamento.
Por ahora, las negociaciones con la pata peronista del Congreso están en manos del futuro ministro del Interior, Guillermo Francos. Y ayer por la mañana, Victoria Villarruel convocó a los radicales en el Senado. Si bien en el bloque más importante es el de Unión por la Patria, donde no creen poder sumar voluntades, en LLA miran con expectativa a los referentes de las fuerzas provinciales -16 en total-, que se identifican en general con el peronismo, y que podría ayudarlos aunque sea a alcanzar el quórum. Y en el caso de la UCR, piensan que hay margen para convencer, al menos, a un grupo. La inclusión de Luis Petri en el Gabinete como ministro de Defensa fue un gesto directo a los correligionarios en ese sentido.
Milei, llamativamente, no se encontró en persona aún con el formoseño Francisco Paoltroni, a quien propondrá como presidente provisional del Senado. La interlocución del empresario con la cúpula del Ejecutivo se limita a la vicepresidenta, que se encuentra distanciada del líder tras quedar relegada del manejo de Seguridad y Defensa. Juntos trabajan en sintonía con el ministro del Interior, Guillermo Francos, para enfrentar un escenario aún más adverso en la Cámara alta, dónde sólo tienen siete bancas propias y el PRO, ocho. No se descarta que mañana Milei convoque a una reunión con senadores propios en alguna de las sedes donde atiende, sea el hotel Libertador o las oficinas de Av. Del Libertador al 600.
Por ahora, Milei no oficializó quién liderará el bloque libertario, pero lo más probable, cuentan en LLA, es que sea el porteño Oscar Zago, que acaba de dejar su banca en la Legislatura de la Ciudad, tiene experiencia en el poroteo y la negociación parlamentaria, y con quien Milei tiene una relación estrecha en comparación con sus compañeros de bancada. Además, evalúan conformar un interbloque con los restos de la fracturada coalición de Juntos por el Cambio. En primer lugar, con los diputados duros del PRO. Y en segundo plano, con los radicales.
El escenario político podría complicarse aún más en ambas Cámaras si Milei decidiera mantener firmes sus intenciones de evitar dirigirse a la Asamblea Legislativa el domingo, durante la ceremonia de asunción. Sus planes para ese día, que trascendieron el lunes por la noche e implican un discurso “de cara a la gente” y no a los legisladores, generaron malestar en los pasillos del Congreso, donde considerarían un destrato que omitiera hablarles como es tradición de todos los presidentes a la hora de tomar el mando.