Desde el regreso de la democracia, en 1983, los paros generales de la CGT fueron parte del folklore sindical. Una metodología desgastante que castigó particularmente a algunos gobiernos, con excepción de la actual gestión de Alberto Fernández-Cristina Kirchner, que entregarán el mando con 40,1% de pobreza y 142,7% de inflación interanual.
De las 42 huelgas cegetistas que se hicieron hasta hoy, 26 tuvieron lugar durante administraciones no peronistas. Y en los años electorales, los gobiernos no peronistas sufrieron el doble de paros generales que los del PJ.
¿Qué dice el ranking hasta hoy? Raúl Alfonsín sufrió 13 paros generales; Carlos Menem, 8; Fernando De la Rúa, 8; Eduardo Duhalde, 2; Néstor Kirchner, 1; Cristina Kirchner, 5; Mauricio Macri, 5, y Alberto Fernández, 0. Los datos surgen de un informe elaborado por la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral que podría anticipar cómo se moverá el sindicalismo en el nuevo gobierno libertario.
Marcelo Bermolén, director del Observatorio de Calidad Institucional y profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, es el responsable del informe sobre los paros generales, y destacó a Infobae que a los presidentes no peronistas, la CGT les hizo el primer paro a los 275 días de iniciada su gestión, mientras que los mandatarios de origen peronista recién sufrieron una medida de fuerza general a los 1108 días de haber asumido.
“Alberto Fernández consigue el récord de ser el único presidente sin reelección en terminar su gestión sin paros”, agregó Bermolén, esta vez en diálogo con Radio Mitre.
El académico, además, recordó que a Macri le hicieron el primer paro general el 6 de abril de 2017, a los 484 días de haber asumido, y anticipó qué podría pasar bajo la presidencia de Milei. “El sindicalismo no hace un paro desde el 29 de mayo de 2019, han pasado más de cuatro años sin que el sindicalismo haya tenido la menor reacción. Es verdad que está desgastado, pero la realidad es que Milei representa un gobierno que se parece más en la herencia que va a recibir al comienzo de Carlos Menem, y Menem fue el presidente peronista con más paros generales”, indicó.
Y agregó: “Milei es un presidente de gen no peronista; va a recibir una actividad sindical mucho más hostil y si sus políticas son de shock, entiendo que el sindicalismo va a reaccionar y despertar de su letargo”.
El ranking
El récord de paros generales lo mantiene Raúl Alfonsín: sufrió 13 protestas de ese tipo promovidas por la CGT sus cinco años y medio de su gobierno, siempre con el impulso de su titular, Saúl Ubaldini, el dirigente cervecero que representó la más dura oposición que tuvo la administración radical y detrás del cual se encolumnó un peronismo dividido (como casi siempre en la historia).
El mandatario radical tuvo su primer traspié con la frustrada sanción de la Ley de Reordenamiento Sindical, bautizada como la “Ley Mucci” por el primer ministro de Trabajo del alfonsinismo, Antonio Mucci, un ex dirigente gráfico. Proponía una mayor democracia en los sindicatos, con la participación de las minorías y limitación de las reelecciones. El proyecto se frustró por un solo voto en el Senado. Ese fue el comienzo de una relación tensa entre Alfonsín y el sindicalismo. Los 13 paros se convirtieron casi en un acto de hostigamiento, aunque las dificultades económicas y sociales marcaron a fuego la gestión del primer gobierno democrático desde 1983.
El analista político Rosendo Fraga sostuvo a Infobae que “los gobiernos radicales fueron los que más sufrieron este tipo de protestas porque así como Alfonsín enfrentó 13 en 5 años y medio de gobierno, Fernando De la Rúa sufrió 8 en dos años″. “Esas dos administraciones tuvieron casi la mitad de los paros generales desde 1983, habiendo gobernado sólo la quinta parte del tiempo”, agregó. A De la Rúa le tocó una feroz oposición sindical también por su programa económico y por el proyecto de reforma laboral que terminó con el escándalo de los sobornos en el Senado, que los dirigentes del PJ inmortalizaron como “Ley Banelco”.
Curiosamente, Macri es el presidente no peronista afectado por menos paros generales: sólo 5 en sus cuatro años de gestión. Para Fraga, “un nivel de protesta sindical algo menor que mostró mayor aptitud para lidiar con este tipo de problemática”. Bermolén rescató otro dato interesante: el fundador del PRO sufrió la misma cantidad de paros generales que Cristina Kirchner en sus dos mandatos presidenciales (en sus primeros cuatro años, ninguno y todos se concentraron en la segunda parte de su gestión, cuando se produjo la ruptura con el jefe del Sindicato de Camioneros, Hugo Moyano, el impulsor de todas esas medidas de fuerza generales).
En el informe de la Universidad Austral se destaca que el mandato de Macri superó el promedio de paros por días gobernados de Eduardo Duhalde (el presidente peronista con peor promedio de paros con relación a sus días en el poder): el dirigente de Cambiemos sufrió 5 paros generales en 1238 días de gobierno, mientras que el referente del justicialismo bonaerense tuvo 2 paros en 509 días.
Si se toma el indicador de “frecuencia de paro medido en días”, como se sostiene en el trabajo de Bermolén, De la Rúa es quien se llevó la peor parte con un paro general cada 92 días, y cierra la lista Macri, con un paro cada 292 días.
Fraga también hizo hincapié en que “los gobiernos peronistas han gobernado el 80% del tiempo desde 1983 y han tenido sólo la mitad del total de paros generales”, aunque añadió algunos detalles significativos: “Los 10 años y 5 meses que gobernó Menem mostraron una situación diferente. En el primer mandato (fue de 6 años y medio) tuvo un solo paro general y en el segundo, en cambio, 4. El año y medio que gobernó Duhalde se registraron 5 paros generales, un nivel muy alto para un gobierno peronista. Se explica por la convulsión social que generó la crisis 2001-2002. Con la llegada de Kirchner al poder, la Argentina retorna al crecimiento económico. Tiene un solo paro general en 4 años y medio de gobierno. Cristina Kirchner tuvo 5 en los 8 años de sus dos períodos”.
En este marco, destacó el director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, el gobierno de Alberto Fernández no ha tenido paros generales: “El fenómeno registra cierta relación con lo económico-social -sostuvo-. Los períodos de crisis, como fue la segunda parte del gobierno de Alfonsín, de Duhalde y De la Rúa, son los mayor de intensidad de paros generales”. ¿Y ahora, con 40,1% de pobreza y 142,7% de inflación interanual?
Corresponde a otro fenómeno: esta “corpo” sindical, debilitada por la caída del trabajo formal y el aumento de los trabajadores en negro, hace mucho que no logra concretar paros generales que hagan dar marcha atrás a los gobiernos para cumplir con sus reclamos. Realizar una protesta extrema sin lograr transformar la realidad es el reflejo más palpable de la pérdida de poder del gremialismo. Distintos presidentes ya se dieron cuenta de que pueden afrontar paros y desoírlos sin que se altere la gobernabilidad.
“En los 85 años transcurridos desde 1947 -como apuntó Fraga-, el peronismo ha gobernado la mitad del tiempo, pero desde 1989 lo ha hecho 27 de los 33 años transcurridos. Ha sido la mayor participación del sindicalismo en el poder de su historia”. A los dirigentes gremiales no les gustará esa última conclusión: creen que justamente los resultados de los gobiernos han sido los que están a la vista porque marginaron a los sindicalistas del esquema de poder.
Ahora, se abrirá otra realidad bajo la gestión libertaria. A modo de anticipo, el sindicalismo esta semana exhibió una señal junto a dirigentes piqueteros.