“Vengo a despedirme de todos ustedes porque quizás este es mi último día en esta casa”. Así se presentó el presidente Alberto Fernández, en uno de los patios interiores cubiertos de la Casa de Gobierno debido a las condiciones climáticas, para despedirse de los empleados de la Rosada. Lo hizo un día antes de viajar a Río de Janeiro donde participará de la Cumbre del Mercosur y a escasos cuatro días de entregarle la banda presidencial a Javier Milei.
Ante unas 400 personas, con gente en los balcones y banderas argentinas en las barandas, el Presidente habló durante casi 6 minutos, haciendo un repaso de los cuatro años que lleva en el poder. Les agradeció por el esfuerzo realizado durante la pandemia. “No les voy a contar a ustedes el esfuerzo que debimos hacer, fueron cuatro años muy difíciles. Tan difíciles que no pudimos compartirlos en los pasillos de esta Casa Rosada, porque la pandemia nos obligó a trabajar a distancia y tardamos mucho tiempo en recuperar la habitualidad”, dijo en el comienzo.
“En todo momento ustedes trabajaron y conseguimos poner a la Argentina de pie. Me voy con la tranquilidad de haber puesto todo lo que había que poner en este tiempo, para ayudar a este país. Estamos dejando un país que está funcionando”, aseguró. Entre quienes lo escuchaban no solamente había habitués de la Rosada, sino también de dependencias aledañas como el SENASA, el ministerio de Economía, el Banco Nación y el Centro Cultural Kirchner.
“Me voy con la conciencia tranquila por la misma puerta por la que entré, con el mismo auto con el que entré y me voy a la misma casa de la que salí”, sostuvo para remarcar que terminará su mandato sin haberse enriquecido.
“El que me sucede no tiene que recibir un país que al año tenía que pagar 19 mil millones de dólares, y al año siguiente 18 mil como el que me tocó a mí. El que me sucede no tiene que recibir 10 puntos de desocupación, recibe la tasa más baja de los últimos años. El que me sucede va a recibir 4.000 obras públicas en todo el país nuevas y otras 3 mil que están en marcha”, enumeró.
“El que me sucede (nunca mencionó a Javier Milei con nombre y apellido) va a ver que ya hay 140 mil familias que no tienen problemas de vivienda porque el Estado se los dio. Universidades en marcha, con nuevos edificios, mejoradas. Una salud pública mejor. Un satélite más en órbita. Va a encontrar que si el Covid vuelve a aparecer, no tendrá que ir recorriendo el mundo porque en la Argentina se fabrica la vacuna”, agregó.
Quiso también remarcar la tarea de los trabajadores estatales. “Quiero destacar el trabajo de cada empleado del Estado. Injustamente maltratado. No lo hubiéramos podido lograr sin el apoyo de ustedes. Fueron la columna que mantuvo al Estado en marcha. Me voy con la tranquilidad de haber recompuesto el salario de los trabajadores estatales. Aunque tengo un enorme pesar de no haber resuelto el tema de la pobreza”, indicó en uno de los pocos rasgos de autocrítica que exhibió sobre su paso por la Rosada. Este sábado 9, aunque aún no se sabe el horario, el Presidente dará un mensaje por cadena nacional para despedirse de su Gobierno.
“Me voy tranquilo de no haber dictado ninguna medida en contra de los que menos tienen”, expresó en el tramo final. Infaltable en mucho de sus discursos, incluyó a uno de sus cantantes favoritos para dejar un mensaje esperanzador. “Como dice Spinetta en la Cantata de los Puentes Amarillos, no me hagan decir que todo tiempo pasado fue mejor. Mañana es mejor”, expresó ante los empleados, que en su mayoría, lo grababan con sus teléfonos móviles.
“Quiero poder mirarlos a los ojos. Porque ustedes y yo sabemos que trabajamos por la Patria. Brindemos por eso. Brindemos por ese futuro”, cerró.
El brindis fue austero: hubo gaseosas, agua mineral y sidra de una marca de las más económicas. Al final, mientras se le acercaban numerosos empleados para guardar el momento con una selfie en sus celulares, se produjo un breve incidente entre el Presidente y un par de periodistas radiales que quisieron entrevistarlo. “No voy a hablar con los periodistas”, le dijo a uno de ellos mientras lo apartaba el brazo en el que sostenía su teléfono para grabarlo. Los custodios se encargaron de apartarlos inmediatamente.