A una semana de la toma de mando, con los cargos más importantes del Gabinete y el Congreso distribuidos, Javier Milei sienta las bases para el nuevo gobierno concentrado en dos pilares: la generación de poder propio más allá de la influencia de Mauricio Macri, y la contención de las urgencias sociales en la crisis. Ambas responden a la necesidad de gobernar en un contexto social y económico extremadamente complicado por la herencia de la administración de Alberto Fernández y Sergio Massa, cuyas complejidades se agudizarán por el ajuste que está decidido a aplicar, según dice el jefe de La Libertad Avanza (LLA), “para cambiar la Argentina por siempre”.
Uno de los objetivos de máxima del economista después del balotaje era sacarse de encima el estigma de que después de asumir se transformaría automáticamente en un “títere” del fundador de PRO. Y en su entorno, luego de arduas negociaciones sobre el armado del Gabinete y la designación de autoridades del Congreso, en su entorno creen que lo logró. “Quedó demostrado que no respondemos a nadie más que a Javier y que él decide”, sentenció, a modo de cierre de las disputas con sus socios, uno de los futuros ministros.
Durante las últimas dos semanas, con la excusa del aporte de gobernabilidad, el macrismo presionó sin cuartel para designar a Cristian Ritondo en la presidencia de la Cámara de Diputados, y pretendían que les entregaran cajas y ministerios clave a referentes amarillos, para forzar un acuerdo más amplio. Pero se quedaron con las manos vacías.
La distribución de cargos en el Gabinete y en el Congreso fueron clave en la estrategia de Milei. Determinado a generar un liderazgo personal más allá de Macri, reservó la mayor parte de los ministerios para técnicos libertarios; designó a funcionarios cordobeses en organismos de peso como YPF y Anses (Osvaldo Giordano y Horacio Marín); y se quedó con las presidencias de ambas cámaras legislativas, con los violetas Martín Menem en Diputados y Francisco Paoltroni en el Senado.
En LLA diferencian a Patricia Bullrich -que irá a Seguridad- y a Luis “Toto” Caputo -Economía- de Macri, porque, dicen, planteó una actitud de ofrecimiento, sin presiones. “Desde el día uno dijimos que tomaríamos lo que necesitáramos, y así lo hicimos. Patricia es una persona con experiencia, idónea para el cargo. Toto también. Los designamos por ese motivo”, señaló uno de los referentes que frecuenta el Hotel Libertador, donde atiende Milei desde las elecciones generales. Si Defensa quedara en manos del radical Luis Petri, ex candidato a vice de Juntos por el Cambio, sería un punto más a favor de la presidenta del PRO, que se vio obligada a renunciar a la reelección de su partido por los resquemores de sus pares y del ex jefe de Estado.
Aún está vacante el comando de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), pero desde el piso 21 del comando de Milei, en avenida Córdoba y Maipú, aseguraron que no hay ninguna posibilidad de que le entreguen ese sensible área. “Javier tiene dos nombres en mente, y ambos son allegados a él. En ese sillón tiene que sentarse un hombre del presidente”, sostuvo un dirigente afín a Milei, que descartó de plano a Miguel Ángel Toma pero se reservó los detalles de las figuras.
La frase de Guillermo Francos al final de esta semana, cuando remarcó que Macri “no compró acciones en el gobierno”, fue la coronación de una disputa de alta intensidad durante dos semanas. Que terminó con el corrimiento del ex mandatario de la negociación. Y los libertarios creen que se sacaron un peso de encima, aunque Macri marcó su malestar con el mensaje sutilmente irónico que dejó en redes deseándole “suerte” a ambos y remarcando que las aventuras de Bullrich en Seguridad y Caputo en Economía eran, respectivamente, “personales”.
A días de la mudanza a Olivos, los libertarios dicen que no están preocupados por el rencor que pueda haberse generado en el poderoso líder opositor y están convencidos de que la relación con el ex presidente se recompondrá bajo otros parámetros. Y no creen que esté en juego la gobernabilidad y la agenda legislativa del Ejecutivo.
A pesar de que decepcionaron a Florencio Randazzo -era impulsado por el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos para liderar la Cámara baja, pero fue descartado- creen que tienen asegurado el apoyo de los diputados y senadores del peronismo disidente, al que entregaron varios puestos de peso y con caja en el organigrama nacional. Y no consideran que los representantes del PRO se atrevan a cuestionarlos, a pesar de que ya les advirtieron que ahora revisarán “ley por ley” el paquete “ómnibus” que enviarán al Congreso tras convocar a sesiones extraordinarias.
“No pueden votarnos en contra. Lo que proponemos es prácticamente lo mismo que vienen pidiendo desde hace años. Además, nos apoyaron en la elección, sería contradictorio de cara a la gente que nos votó”, analizaron en la cúpula libertaria. “El bastón de mando lo tiene Javier, y lo va a hacer valer”, aseguraron.
A diferencia del apoyo político, sí los inquieta la contención social. Decididos a aplicar un paquete de shock en la economía para evitar cometer el “error del gradualismo” que eligió Macri en 2015, son conscientes que un desborde de protestas podría amenazar la gobernabilidad después del 10 de diciembre.
Hoy sienten el impulso del triunfo: las investigaciones de opinión pública que consultan a diario, revelaron, les indican que tienen un margen de alrededor de ocho meses para aplicar el ajuste. Pero ese período, que consideran de por sí escaso, podría acortarse sustancialmente. “El nivel de tolerancia es imposible de predecir. Hoy nos da que la gente está dispuesta a bancar, pero en poco tiempo eso va a cambiar”, alertó un referente libertario de la primera hora.
En el círculo de confianza del Presidente electo repiten que su prioridad será garantizar que la calle esté bajo control, y que no será necesariamente apelando al uso de la fuerza. El encuentro del miércoles entre Milei, Bullrich y Pettovello, previo a la oficialización del nombramiento de la primera por las intrigas con Macri, fue una señal de la urgencia que tienen para empezar a diseñar un plan de contención con el menor grado de violencia posible.
Además de “mantener la billetera abierta para cuidar a los caídos”, como dijo Milei en una entrevista esta semana, el mandatario electo apuesta para eso a la futura titular de Capital Humano, Sandra Pettovello, y a su futuro secretario de Desarrollo Social, Pablo de la Torre. Aunque la primera no tiene experiencia en el Estado ni el contacto con los referentes sindicales y sociales, confían en la muñeca del hermano del intendente de San Miguel, Joaquín De la Torre por su trayectoria como secretario de Bienestar y Salud en el municipio bonaerense. “Conoce bien el trabajo, está familiarizado con los movimientos sociales y los curas villeros. Comprende la situación de pobreza y tiene mucho conocimiento del territorio, de los resortes y los actores en juego. Sabe y tiene las conexiones para entender lo que está sucediendo”, dijeron.
Aunque la idea en el mediano plazo es “eliminar intermediarios y modificar el sistema”, el recorte y la reforma en el sector social no será prioritaria ni inmediata. Así se lo aseguraron a Bullrich en la reunión con Pettovello, el miércoles. “Javier tiene una mirada innovadora, que viene de su perfil de economista”, contaron en el entorno de la futura ministra de Seguridad. “Él se pregunta cuánto le cuesta. Si le sale poco comprar la paz social, seguramente la pague. Nosotros los políticos hacemos otra ecuación, pensamos en la discusión simbólica, de poder. Y nos parece una mirada interesante”, dijeron, abiertos a dejar para más adelante la discusión con las “mafias” contra las que despotricaron durante la campaña.
Según dicen los liberarios, en lugar de ajustar en ese sector, al menos durante los próximos meses, priorizarán el diagnóstico. “Una de las preocupaciones de Sandra es la información. Necesitamos una base de datos clara de cuánto va a cada familia en subsidios, hoy todo funciona mal”, dijeron.