¿Javier Milei y Mauricio Macri se reunieron a solas este viernes? La versión fue imposible de chequear en las últimas horas. Los voceros macristas se mantuvieron en silencio. Del lado libertario, sólo dijeron que no tenían información, aunque en el entorno del presidente electo deslizaron que el encuentro entre ambos estaba “en agenda” desde el miércoles pasado. Al día siguiente parece haber cambiado todo: la que se vio con Milei fue Patricia Bullrich y selló su ingreso al próximo gabinete nacional.
“Mauricio está desilusionado con Milei”, aseguran los que hablan a diario con el ex mandatario. Con Bullrich, en cambio, está enfurecido. Los mismos colaboradores del fundador del PRO que en la campaña contra Horacio Rodríguez Larreta la ponderaban como si fuera la versión argentina de Angela Merkel, ahora dicen cosas irreproducibles sobre ella. Su “pecado” imperdonable fue haberse “cortado sola” en una negociación directa con Milei, sin aceptar la estrategia elegida por Macri, partidario de un acuerdo político integral para garantizarle gobernabilidad el presidente libertario.
Bullrich se enfrentó a Macri como no se animó a hacerlo Larreta. Primero le envió un mensaje demoledor a la periodista Viviana Canosa mientras conducía su programa en LN+: “Yo no me someto a MM”. Y una vez que fue confirmada como futura ministra de Seguridad, avanzó otro casillero en su distanciamiento: anunció que a principios de 2024 dejará la presidencia del PRO y convocará a elecciones internas para renovar las autoridades partidarias. Fue su gesto de independencia, pero a partir de una obviedad: su mandato vencerá en febrero y el llamado a internas era inevitable.
Como en un minué deforme en el que cada movimiento es para alejarse del otro, Macri respondió con un mensaje en las redes sociales en el que celebró la designación de Bullrich en Seguridad y de Luis Caputo en Economía, pero al desearles éxito en la gestión resaltó que asumirán un “compromiso personal”, es decir, no del espacio que comparten hoy sólo en el plano de las formalidades legales.
El ex presidente, de paso, dejó en claro que el ex secretario de Finanzas y titular del Banco Central de su gobierno tampoco llegará al equipo mileísta por una sugerencia de él. Es más, en privado, hace hincapié en los “enormes desafíos que tendrá por delante” porque se trata de un experto financiero y no en macroeconomía, casi como si pusiera en duda su capacidad para sostener el plan de Milei.
Se haya hecho o no su nueva reunión con el presidente electo, Macri confiesa en la intimidad que sólo piensa en irse a su “lugar en el mundo”, Cumelén, el country de Villa La Angostura, en Neuquén, donde suele refugiarse desde antes de las fiestas y hasta febrero. Cuando viaje al Sur, de todas formas, ya habrá consumado su distanciamiento de Milei, a quien le desea que le vaya bien, pero del que descree de su éxito porque da señales de que para gobernar se aliará a sectores del peronismo.
Macri juró ante algunos interlocutores que a Milei no le pidió cargos importantes en el gobierno. “Eso será para una etapa siguiente”, enfatizó. Sí imaginaba que iba a poder sugerir nombres para las segundas y terceras líneas de funcionarios. Para el ex presidente, el primer gabinete de Milei estará sujeto a fuertes presiones y problemas que lo desgastará rápidamente. Aun así, habló hace tiempo con el líder de La Libertad Avanza que la forma de asegurarle viabilidad a su gestión era que le diera la presidencia de la Cámara de Diputados a una figura del PRO como Cristian Ritondo.
En las filas de “los halcones” descontaban que los 50 diputados del PRO, más los 38 de La Libertad Avanza, podían ser un punto de partida para tejer alianzas parlamentarias que le dieran a Milei la aprobación de las leyes que necesita. El problema fue que el ala política de los libertarios, encarnada en Guillermo Francos, futuro ministro del Interior, planteó que la presidencia de Diputados debía recaer en Florencio Randazzo, compañero de fórmula de Juan Schiaretti, para sondear acuerdos con el peronismo no kirchnerista en el Congreso, con la certeza de que ya contaba con el apoyo del PRO.
Paradójicamente, en el dilema de la presidencia de Diputados (el tercer lugar en la línea de sucesión presidencial), a Macri le ganó Cristina Kirchner, quien, al negar que el kirchnerismo aspire a quedarse con la presidencia provisional del Senado, recordó que esos cargos en ambas cámaras “le corresponden” a un representante de La Libertad Avanza. Es lo mismo que pretendían los diputados libertarios, que en un arranque de rebeldía, como anticipó Infobae, rechazaron a Ritondo y a Randazzo y reclamaron que ese lugar clave fuera para un miembro de su propio bloque.
Finalmente, Milei eligió al libertario Martín Menem para presidir Diputados y abrió un abanico de interrogantes sobre el futuro del “pacto de Acassuso”. La primera consecuencia en el Congreso del corrimiento de Macri de las negociaciones con Milei fue la definición de Ritondo de que el PRO sostendrá su bancada en Diputados sin conformar un interbloque con La Libertad Avanza. “No haremos oposición ni oficialismo”, advirtieron ahora en las filas de Macri, en un repentino endurecimiento de su postura ante los libertarios. Anticiparon que se negociará “ley por ley”, aunque habrá espíritu de colaboración para dar quórum y apoyar “la agenda del cambio”.
La elección de Menem, según interpretó el diputado liberal de JxC José Luis Espert, confirmaría que fue porque Milei “habrá logrado los acuerdos con el kirchnerismo o el peronismo”. En La Libertad Avanza insinuaron que también avanzan las negociaciones con un sector de la UCR para que sus diputados faciliten la sanción de leyes en el Congreso. Aún hay casilleros sin ocupar en el gabinete libertario que asumirá el 10 de diciembre y, por lo tanto, hay chances de enhebrar acuerdos políticos.
Cuando no hay muchos testigos, Macri responsabiliza a Francos y Guillermo Ferraro, el designado ministro de Infraestructura, por haber sido quienes le aconsejaron a Milei tomar distancia de él y tratar de pactar con el peronismo. “El apoyo electoral del PRO no significa que compraron acciones del gobierno”, fue la frase que eligió Francos para ponerle límites al “afán expansionista” de Macri.
Aunque se repliegue en la Patagonia, Macri no estará tan inactivo en febrero: en el PRO ya lo dan como el futuro presidente del partido una vez que Bullrich cumpla su mandato. La primera movida en este tablero la hizo este sábado Federico Angelini, el macrista-bullrichista que se desempeña como vicepresidente del partido y ocupa una banca de diputado nacional por Santa Fe. “Patricia dijo que no iba a ser y, como gustar, me gustaría que sea Mauricio el próximo presidente del PRO -dijo-, pero es una decisión personal, no sé qué es lo que va a hacer”.
Con un Macri lanzado a la jefatura del PRO, además, se disiparía la posibilidad de elecciones internas: ¿quién se animaría a competir contra el fundador del partido? Larreta no descartaba hacerlo con un candidato propio, aun con la expectativa de perder, porque quiere debatir la necesidad de que el PRO mantenga autonomía del gobierno de Milei. Sin embargo, ahora es Bullrich la que irá a un cogobierno con los libertarios y Macri, movido por su desilusión, buscaría brindar un apoyo a Milei con la suficiente independencia como para criticar desviaciones del rumbo de cambio. Por esas extrañas volteretas de la política, quizá Macri y Larreta terminen juntos y enfrentados a Bullrich.
La ex candidata presidencial de JxC, mientras, confiesa a sus allegados que se cansó de los manejos de Macri para apropiarse del vínculo con Milei. También lo acusa de cortarse solo, como cuando al día siguiente del balotaje fue a visitarlo al Hotel Libertador sin avisarle a ella. Y lo cuestiona porque “se mueve como el presidente alterno” pese a que el que ganó las elecciones fue Milei. “Hay que dejarle las manos libres a Javier, sin presionarlo ni condicionarlo”, insiste para diferenciarse de Macri.
En La Libertad Avanza hablan de una lista de 50 candidatos que Bullrich le entregó a Milei para ayudarlo a conformar sus equipos de gobierno. Uno de ellos es Luis Petri, su compañero de fórmula, a quien promueve para el Ministerio de Defensa, aunque en la tropa libertaria suena el nombre de Juan José Gómez Centurión para pilotear esa cartera. Hernán Lombardi es otro dirigente que aparecería en la nómina bullrichista para volver al Sistema de Medios Públicos, aunque el diputado del PRO, también leal a Macri, bromea con que se siente como “hijo de padres divorciados”.
En un contraataque, los fieles a Bullrich aseguran que Macri también pidió cargos en el gobierno: desde Germán Garavano a Justicia y Guillermo Dietrich a Transporte hasta Leandro Cuccioli a la AFIP y Sergio Cassinotti al PAMI, pasando por Javier Iguacel a YPF. Si fuera así, algo que el macrismo niega, sería lógica la desilusión del ex presidente por haber quedado excluido del nuevo esquema de poder, pese a que fue el visionario que anticipó el ascenso de Milei, vaticinó su ingreso en el balotaje, coqueteó con él en la campaña y lo recibió en su casa para cerrar el “pacto de Acassuso”.
Ahora, Milei parece tomar distancia de Macri de una forma que hace acordar un antecedente de hace 20 años, pero con una diferencia: Néstor Kirchner tardó mucho más en romper con Eduardo Duhalde, su mentor político, para construir su propio liderazgo sin nadie que le hiciera sombra.